Proverbios (hebreo מִשְׁלֵי, Mishlei) es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo, que se clasifica entre los Libros Sapienciales del cristianismo, y entre los Ketuvim o "Escritos" del judaísmo. Está compuesto por extensas colecciones de máximas o sentencias de contenido religioso o moral y se ubica en la Biblia entre el libro de los Salmos y Eclesiastés, y en la Biblia judía entre los libros de Job y Rut.
Contenido
|
Datos
generales
Nombre del
libro
Enseñanzas
de inspiración más bien religiosa y moral, fundadas en observaciones comunes,
las más de las veces expresadas por medio de imágenes evocadas o sugeridas, que
reclaman un esfuerzo de reflexión para ser comprendidas[1]
La Septuaginta la denomina παροιμίαι y la Vulgata usa proverbia ambos son
términos que restringen el sentido original de la palabra hebrea al de refrán o
máxima.
Estas sentencias morales son con
frecuencia fruto de la revelación divina y otras veces provienen de la
experiencia humana y de su sabiduría (otros aspectos de la influencia de Dios). Suelen expresarse, como otros
conceptos de la pedagogía bíblica, en forma de comparaciones, ritmos verbales,
expresiones agudas o relatos enigmáticos. Está destinado a lectores
inteligentes, porque la mayor parte de las veces el esfuerzo de desentrañar sus
contenidos exige una cierta preparación. La palabra "proverbio" se
entiende también como refrán conciso, alegoría o adagio, siempre encerrando una enseñanza
simple de la experiencia humana que puede contener o no una afirmación teológica.
Autor y
época
Los Proverbios se atribuyen
tradicionalmente al rey Salomón. Los capítulos 10 al 22, 16 así
como 25 al 29 son atribuidos a Salomón y al menos se puede demostrar, por
medio del uso que en ellos se hace de géneros literarios más arcaicos como el dístico, que son de los más antiguos del
libro. Asimismo se hacen menciones a la vida cortesana que no podrían provenir
de tiempos posteriores dado que el índice de esplendor y de florecimiento no
será igualado en los reinados posteriores. La sección de máximas de la segunda
de ellas eran ya antiguas y muy bien conocidas en tiempos de Ezequías, esto es, durante las invasiones asirias de alrededor de 722 a. C.
Sin embargo, también se encuentran
algunos arameísmos que complican la datación o, al
menos, dan cuenta de ciertos retoques o añadidos posteriores.
Canonicidad
y uso en la liturgia
Las discusiones realizadas en ámbito
judío sobre su canonicidad se cerraron
tras el Concilio
de Jamnia. Por su parte, en ámbito cristiano, Teodoro de Mopsuestia al parecer no negó que el libro de
los Proverbios pertenezca al canon pero sí consideró que su contenido versaba
sobre prudencia humana. Asimismo, en siglos posteriores algunos autores como
Spinoza y Leclerc han negado también su canonicidad.
Contenidos
Estructura
Es muy difícil clasificar el
contenido del libro, porque no ha podido encontrarse ningún orden lógico en la
secuencia de proverbios que contiene. El orden de las secciones es indiferente
a los contenidos, y dentro de cada una de ellas no se advierte ningún método.
El libro tiene un prólogo, una serie
de colecciones y un epílogo. El prólogo (Prov. 1-9) consiste en un largo
discurso que se interrumpe dos veces para insertar arengas que provienen de la Sabiduría, mientras que las dos grandes
colecciones (Prov. 10-22 y Prov. 25-29) muestran la forma antiquísima del mashal
tradicional. La redacción actual, sin embargo, es muy posterior.
Según los estudios de Whybray que
han sido generalmente aceptados por los demás exegetas se puede dividir el libro de los
Proverbios en ocho secciones:[2]
- 1, 8 – 9, 18 Elogio de la
sabiduría
- 10,1 – 22, 16 Reglas de
comportamiento
- 22, 17 – 24, 34 Templanza y
pereza
- 25 – 29 Diversas máximas
- 30, 1-14 Sabiduría de Dios
- 30, 15-33 Proverbios numéricos
- 31, 1-9 Consejos a los reyes
- 31, 10-31 Alabanzas a la mujer
fuerte
Más simple, se puede clasificar en:
- 1 al 9 La Sabiduría
- 10 al 31:9 Los Refranes
- 31:10 al 31:31 Poema a la mujer
virtuosa
La sabiduría
en Israel
Aun cuando se exprese un cierto
conocimiento práctico que permita alcanzar la felicidad, la sabiduría expresada
en los libros sapienciales nunca deja de lado la fe en Yahveh mostrando así su
profundidad religiosa antes que práctica o moral. Las fuentes usadas por estos
sabios son los textos de los profetas. Otra característica es cierta tendencia
a personificar o achacar a la sabiduría acciones humanas.[3]
La línea argumental del libro está
claramente establecida en Proverbios 1:2-7. Se basa en el concepto de Sabiduría que se expresa en los Libros
Sapienciales: el "sabio", que se presenta ante el pueblo como una persona que
proviene de Dios y habla en Su nombre; por lo mismo, el sabio comparte algunos
de los atributos de la divinidad.
En otras oportunidades, la deidad
misma asume el papel de sabio, como creador del mundo y organizador de la
moral.
La sabiduría de los Proverbios, en
fin, son las enseñanzas de la filosofía teológica que enseñan al hombre a ser
como los sabios y a vivir en consecuencia.
Contactos
con otras tradiciones
Como la mayoría de la literatura
sapiencial, los Proverbios demuestran en varios pasajes que los sabios que los
escribieron (o Salomón mismo) tenían un fuerte contacto y un profundo
conocimiento de la literatura sapiencial de Oriente y especialmente de Egipto.
A pesar de ello, la adaptación a la
mentalidad y el espíritu hebreo es perfecto, ya que no traicionan en ningún
momento la estructura tradicional judía, su estilo ni su vocabulario.
Sentido
religioso
Además de la monocorde repetición de
fórmulas casi idénticas, el libro contiene numerosos consejos y órdenes
pedestres y terrenales, que no parecen tener relación alguna con un mensaje
divino. Sus ideas de la vida y de la relación entre Hombre y Dios son simples y
terrenales.
Pero las verdades que expresa son
incuestionables para el hombre con experiencia y la mayoría de los consejos no
han perdido su validez a pesar de los miles de años transcurridos. La idea de
que el Hombre ha sido llamado al servicio de Yahvéh no lo dispensa de actuar con
sabiduría en los asuntos de menor rango, porque las virtudes naturales y la
sabiduría de la tierra, el campo y la familia están en la raíz misma de la
santidad.
Para comprender acabadamente la
literatura de este período se debe entender el punto de vista de los sabios y
Salomón, a saber: la revelación cristiana, con su bien y su mal, su justicia y
su pecado, son muy posteriores a su época, y el concepto de recompensa y
castigo en el más allá les era completamente desconocido.
Es por ello que los estrechos
límites de sus enseñanzas parecen insuficientes desde el punto de vista de la
religión y la moral cristianas modernas.
Sin embargo, los sabios que
escribieron los Proverbios lo hicieron como transmisores y depositarios de la
sabiduría de sus antepasados, buscando la forma de transmitirla hasta nuestros
días. Si este trabajo no se hubiera efectuado, estas antiguas tradiciones nos
serían ajenas por entero.
Notas
3. ↑ En el Nuevo Testamento con el uso de Logos aplicado
a Jesús
de Nazaret, se indica que la Sabiduría misma de Dios se ha encarnado.
Véase
también
PROVERBIO DEL DIA 15
Pro 15:1 La suave respuesta aparta el furor, mas la
palabra hiriente hace subir la ira.
Pro 15:2 La lengua del sabio hace grato el conocimiento,
pero la boca de los necios habla necedades.
Pro 15:3 En todo lugar están los ojos del SEÑOR,
observando a los malos y a los buenos.
Pro 15:4 La lengua apacible es árbol de vida, mas la
perversidad en ella quebranta el espíritu.
Pro 15:5 El necio rechaza la disciplina de su padre,
mas el que acepta la reprensión es prudente.
Pro 15:6 En la
casa del justo hay mucha riqueza, pero en las ganancias del impío hay
turbación.
Pro 15:7 Los labios de los sabios esparcen
conocimiento, pero no así el corazón de los necios.
Pro 15:8 El sacrificio de los impíos es abominación al
SEÑOR, mas la oración de los rectos es su deleite.
Pro 15:9 Abominación al SEÑOR es el camino del impío,
y El ama al que sigue la justicia.
Pro 15:10 La disciplina severa es para el que abandona
el camino; el que aborrece la reprensión morirá.
Pro 15:11 El Seol y el Abadón están delante del SEÑOR,
¡cuánto más los corazones de los hombres!
Pro 15:12 El escarnecedor no ama al que lo reprende, ni
se allegará a los sabios.
Pro 15:13 El corazón gozoso alegra el rostro, pero en
la tristeza del corazón se quebranta el espíritu.
Pro 15:14 El corazón inteligente busca conocimiento,
mas la boca de los necios se alimenta de necedades.
Pro 15:15 Todos los días del afligido son malos, pero
el de corazón alegre tiene un banquete
continuo.
Pro 15:16 Mejor es lo poco con el temor del SEÑOR, que
gran tesoro y turbación con él.
Pro 15:17 Mejor es un plato de legumbres donde hay
amor, que buey engordado y odio con él.
Pro 15:18 El hombre irascible suscita riñas, pero el
lento para la ira apacigua contiendas.
Pro 15:19 El camino del perezoso es como un seto de
espinos, mas la senda de los rectos es una calzada.
Pro 15:20 El hijo sabio alegra al padre, pero el hombre
necio desprecia a su madre.
Pro 15:21 La necedad es alegría para el insensato, pero
el hombre inteligente anda rectamente.
Pro 15:22 Sin consulta, los planes se frustran, pero
con muchos consejeros, triunfan.
Pro 15:23 El hombre se alegra con la respuesta
adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!
Pro 15:24 La senda de vida para el sabio es hacia
arriba, para que se aparte del Seol que está
abajo.
Pro 15:25 El SEÑOR derribará la casa de los soberbios,
pero afianzará los linderos de la viuda.
Pro 15:26 Abominación al SEÑOR son los planes
perversos, mas las palabras agradables son puras.
Pro 15:27 Perturba su casa el que tiene ganancias
ilícitas, pero el que aborrece el soborno, vivirá.
Pro 15:28 El corazón del justo medita cómo responder,
mas la boca de los impíos habla lo malo.
Pro 15:29 El SEÑOR está lejos de los impíos, pero
escucha la oración de los justos.
Pro 15:30 La luz de los ojos alegra el corazón, y las buenas noticias fortalecen los huesos.
Pro 15:31 El oído que escucha las reprensiones de la
vida, morará entre los sabios.
Pro 15:32 El que tiene en poco la disciplina se
desprecia a sí mismo, mas el que escucha las reprensiones adquiere
entendimiento.
Pro 15:33 El temor del SEÑOR es instrucción de
sabiduría, y antes de la gloria está la humildad.
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