viernes, 26 de junio de 2015

CRISTO MI RIQUEZA



Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, junio de 2015

Esta es una encuesta ficticia, en base a  un estudio observacional sobre los deseos y necesidades del hombre, en el cual se han recogido datos por medio de un cuestionario prediseñado, que no modifica el entorno ni controla el proceso que está en observación. En la investigación se han seleccionado las preguntas más convenientes, de acuerdo con la naturaleza de la investigación.
Encuesta:
Pregunté a un estudiante qué era lo que más deseaba tener en la vida, y me
contestó: “Libros.” Hice la misma pregunta a un prestamista y me dijo: “Dinero, dinero y más dinero.” A un pobre que encontré le dirigí la misma pregunta, y sin vacilar me dijo: “Pan y abrigo.” Un borracho que iba por la acera donde yo caminaba, al hacerle esta pregunta, me dijo: “Un trago de ron.”  Luego, dirigiendo mi vista hacia donde estaba una
multitud, les pregunté lo mismo, y me contestaron todos: “Riqueza, fama, placeres.”

Un tanto desilusionado, porque no me satisfacía ninguna respuesta, me dirigí hacia una iglesia y pregunté a un pastor que tenía fama de buen consejero, qué era lo que más ambicionaba en la vida, y éste contestó con toda calma y dulzura:
“Primeramente deseo encontrar a Cristo; en segundo lugar, parecerme a Cristo, y en tercer lugar, ser como Cristo.”

Jehová se le apareció en sueños a Salomón una noche y le dijo: “Pide lo que quieras que yo te dé”.  (1Re 3:9) 
Salomón respondió: “Concede a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo, pues ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?
(1Re 3:10) 
Al Señor le agradó que Salomón pidiera esto. (1Re 3:11) 
Y le dijo Dios: “Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para juzgar a tu pueblo”, voy a obrar conforme a tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
También te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 1Re 3:5-13) 

¿Se ha preguntado Ud. por qué Salomón pidió sabiduría? La respuesta es sencilla: porque era de lo que adolecía y se franqueó con el Señor para poder servir mejor a su pueblo. Por esta razón fue por lo que agradó a Dios.

Dios cada día te da 24 horas llenas de oportunidades para hacerte rico, pero solamente te sobrevendrá siempre que tomes la buena decisión de sujetarte a Él, de toda tu alma, de toda tu mente, de todo tu corazón y con todas tus fuerzas, para servir mejor al prójimo, entonces serás inmensamente rico, todas las demás cosas son vanidades.

“Yo doy riquezas y honra, grandes honores y prosperidad”. (Proverbios 8:18)


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