Esta es una
encuesta ficticia, en base a un estudio
observacional sobre los deseos y necesidades del hombre, en el cual se han recogido
datos por medio de un cuestionario prediseñado, que no modifica el entorno ni
controla el proceso que está en observación. En la investigación se han
seleccionado las preguntas más convenientes, de acuerdo con la naturaleza de la
investigación.
Encuesta:
Pregunté a un
estudiante qué era lo que más deseaba tener en la vida, y me
contestó: “Libros.”
Hice la misma pregunta a un prestamista y me dijo: “Dinero, dinero y más
dinero.” A un pobre que encontré le dirigí la misma pregunta, y sin vacilar me
dijo: “Pan y abrigo.” Un borracho que iba por la acera donde yo caminaba, al
hacerle esta pregunta, me dijo: “Un trago de ron.” Luego, dirigiendo mi vista hacia donde estaba
una
multitud, les
pregunté lo mismo, y me contestaron todos: “Riqueza, fama, placeres.”
Un tanto
desilusionado, porque no me satisfacía ninguna respuesta, me dirigí hacia una
iglesia y pregunté a un pastor que tenía fama de buen consejero, qué era lo que
más ambicionaba en la vida, y éste contestó con toda calma y dulzura:
“Primeramente
deseo encontrar a Cristo; en segundo lugar, parecerme a Cristo, y en tercer
lugar, ser como Cristo.”
Jehová
se le apareció en sueños a Salomón una noche y le dijo: “Pide lo que quieras
que yo te dé”. (1Re 3:9)
Salomón
respondió: “Concede a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo
y discernir entre lo bueno y lo malo, pues ¿quién podrá gobernar a este pueblo
tuyo tan grande?
(1Re
3:10)
Al
Señor le agradó que Salomón pidiera esto. (1Re 3:11)
Y
le dijo Dios: “Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni
pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste
para ti inteligencia para juzgar a tu pueblo”, voy a obrar conforme a tus
palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes
de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
También
te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre
los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 1Re 3:5-13)
¿Se
ha preguntado Ud. por qué Salomón pidió sabiduría? La respuesta es sencilla:
porque era de lo que adolecía y se franqueó con el Señor para poder servir
mejor a su pueblo. Por esta razón fue por lo que agradó a Dios.
Dios
cada día te da 24 horas llenas de oportunidades para hacerte rico, pero
solamente te sobrevendrá siempre que tomes la buena decisión de sujetarte a Él,
de toda tu alma, de toda tu mente, de todo tu corazón y con todas tus fuerzas,
para servir mejor al prójimo, entonces serás inmensamente rico, todas las demás
cosas son vanidades.
“Yo doy riquezas
y honra, grandes honores y prosperidad”. (Proverbios 8:18)
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