jueves, 25 de junio de 2015

1 TESALONICENSES


INTRODUCCIÓN
Tesalónica era una de las ciudades en Macedonia (la parte norte de la Grecia
moderna) visitada por Pablo y sus compañeros, Silas y Timoteo, durante su
segunda campaña misionera (Hechos 16—18). La ciudad era la capital de la
provincia romana, un centro comercial situado en la ruta más importante, la Vía
Ignatia, con una población heterogénea que incluía a los judíos. Después de ser
forzado a dejar Filipos, Pablo pasó un breve tiempo aquí, ganando un número
de convertidos de judíos y griegos que asistían a la sinagoga y estableció una
iglesia. La oposición de los judíos que no respondieron al mensaje forzó a los
misioneros a dejar el lugar más pronto de lo que ellos hubieran deseado
(<441701>Hechos 17:1-9). Pablo fue hacia el sur a Acaya y permaneció brevemente
en Atenas y luego por un período más largo en Corinto. Desde Atenas envió a
Timoteo de regreso para visitar a la iglesia (1 Tesalonicenses 3: 1-6), y es
probable que les escribiera desde Corinto. La carta de 1 Tesalonicenses, por lo
tanto, se escribió en cuestión de pocos meses, o sea, desde el tiempo cuando
los lectores habían oído el evangelio por primera vez, y se debe leer como la
carta de seguimiento a los nuevos convertidos.
Nada se sabe sobre la iglesia durante el breve período entre su fundación y la
composición de la carta aparte de las alusiones que contiene. La impresión que
se da es la de una iglesia que era libre de grupos que predicaban una versión
diferente del evangelio (contrastar con Galacia) y que estaba progresando bien
en el desarrollo de la fe y el amor. La preocupación de Pablo era si la iglesia
podría resistir los ataques de afuera, no tanto por debilidades básicas entre
ellos, sino porque era una congregación joven.
El área mayor en la que Pablo sintió la necesidad de dar instrucciones era en
cuanto al advenimiento futuro (o parousia) del Señor Jesús. No era que hubiera
alguna falsa enseñanza, sino que los tesalonicenses habían fallado en apreciar
debidamente el significado de la enseñanza paulina sobre la Segunda Venida y
sobre la resurrección de la muerte.
Los problemas y necesidades que subyacen en la carta son los de una iglesia en
su infancia, enfrentando la oposición de afuera y la falta de una detallada
enseñanza que Pablo les habría dado si hubiera podido permanecer más tiempo
con ellos. La carta sugiere que la futura venida del Señor había jugado un papel
significativamente prominente en la predicación de Pablo, y se refiere a ello con
notable frecuencia (<520109>1 Tesalonicenses 1:9, 10; 2:19; 3:13; 4:13—5:11;
5:23). Por otro lado, la carta refleja las características típicas del pensamiento
de Pablo, incluyendo el uso distintivo de la frase “en Cristo” (y frases similares)
para describir la naturaleza de la vida cristiana. Algunas de las ideas más
características, notablemente la doctrina de la justificación por la fe, están
ausentes, pero esto puede ser simplemente en función de que nada en la
situación requería el uso de la enseñanza la cual está asociada en particular con
la polémica contra un énfasis judío en las obras de la ley.
La carta se acepta en general como genuina. Se ha dicho que tiene una forma
particular, y se han hecho intentos para explicar este fenómeno como una
combinación de dos o más documentos, o como un documento que ha sido
sometido a interpolaciones, pero estas teorías son sin duda más ingeniosas que
convincentes. La carta produce un sentido admirable en su forma actual.
La epístola tiene la estructura usual de las cartas paulinas en que comienza con
un saludo (<520101>1 Tesalonicenses 1:1), seguido por un informe de cómo Pablo
recuerda a la iglesia en sus oraciones. Agradece a Dios por la forma en la que
la vida cristiana perdurable y el testimonio de la iglesia certifican la realidad de
una respuesta positiva de sus miembros a su predicación inicial del evangelio
(<520102>1 Tesalonicenses 1:2-10). Este informe tiene el efecto de confirmar que la
iglesia tiene buena salud y así de proveer a los lectores con aliento suficiente
para proseguir en el camino tal como ellos lo están haciendo. Luego Pablo
comenta acerca del carácter de su obra misionera en la ciudad, afirmando que
tanto él como sus compañeros habían actuado justa y amorosamente en toda
relación (<520201>1 Tesalonicenses 2:1-12). Esto puede sugerir que los oponentes
de la iglesia estaban ocupados en calumniar a los misioneros. A pesar de esta
oposición, la iglesia le había dado una cálida respuesta al evangelio (<520213>1
Tesalonicenses 2:13-16). La continuación de la hostilidad a la iglesia desde su
partida, lo había preocupado a Pablo de tal manera que había deseado regresar
para ver cómo estaban las cosas. En su lugar él había enviado a Timoteo como
su representante, y éste había retornado lleno de entusiasmo por el estado de
salud de la iglesia (<520217>1 Tesalonicenses 2:17—3:13). Así, la primera parte de
la carta se ocupa del progreso de la iglesia a pesar de la oposición, y ayuda a
fortalecer los lazos entre el escritor ausente y sus lectores.
En lo que resta de la carta Pablo da a la iglesia la clase de enseñanza y consejo
práctico que a él le habría gustado compartir con ellos en persona. Primero,
anima a los lectores a que vivan vidas santas —con especial referencia a evitar
la inmoralidad sexual— y a continuar creciendo en el amor (<520401>1
Tesalonicenses 4:1-12). Segundo, conforta a aquellos que estaban temerosos
sobre la suerte de los que habían muerto diciéndoles que cuando el Señor
regrese tendrá lugar la resurrección de los muertos, de modo que los que
durmieron” en Cristo vendrán con él y se reunirán con aquellos que todavía
están vivos. Los creyentes no necesitan preocuparse acerca de cuándo esto
tendrá lugar; si están verdaderamente “despiertos” como cristianos, no serán
sorprendidos como el mundo incrédulo (<520413>1 Tesalonicenses 4:13—5:11).
Finalmente, Pablo anima a la vida común de la iglesia recomendándoles amor
fraternal y el uso de los dones espirituales (<520512>1 Tesalonicenses 5:12-24), y
cierra la carta con saludos personales (<520525>1 Tesalonicenses 5:25-28).
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
<520101>1 Tesalonicenses 1:1 ——Saludos iniciales
<520102>1 Tesalonicenses 1:2-10——Agradecimientos iniciales
<520201>1 Tesalonicenses 2:1-16——La conducta de los misioneros en
Tesalónica
<520217>1 Tesalonicenses 2:17—3:13 —El continuo interés de Pablo por la
iglesia
<520401>1 Tesalonicenses 4:1-12——Estímulo para el progreso ético
<520413>1 Tesalonicenses 4:13 —5:11—Instrucción y ánimo sobre la
segunda venida de Jesús
<520512>1 Tesalonicenses 5:12-24——Instrucciones para la vida en la
iglesia
<520525>1 Tesalonicenses 5:25-28——Pedidos y saludos finales
COMENTARIO
1:1 SALUDOS INICIALES
Pablo se nombra a sí mismo y a los dos amigos que habían compartido con él
la fundación de la iglesia en Tesalónica, y que ahora estaban con él. Silas, o
Silvano” (la forma larga del mismo nombre) era un miembro judío de la iglesia
en Jerusalén y un ciudadano romano (ver <441522>Hechos 15:22-31). Timoteo se
unió a Pablo y Silas cuando pasaron por Listra en Asia Menor al principio de la
primera obra misionera (<441601>Hechos 16:1-5). A pesar del uso de la forma
nosotros” en la mayor parte de la carta (contrastar <520218>1 Tesalonicenses 2:18;
3:5; 5:27), se piensa en general que Pablo mismo fue el autor, escribiendo de
parte del grupo de misioneros.
La iglesia era un pequeño grupo de creyentes que se reunía en una casa o
quizás en un puñado de casas. Pablo frecuentemente dice que los cristianos
están “en Cristo” o “en el Señor” o que hacen ciertas cosas “en él”. Esta
expresión quiere decir que ellos están en una estrecha relación con Jesús y que
su conducta está determinada por él como su Señor crucificado y resucitado.
Aquí Pablo agrega el nombre de Dios Padre (cf. <530101>2 Tesalonicenses 1:1),
indicando que los cristianos están también estrechamente relacionados con él y
permanecen bajo su autoridad. La forma espontánea en la cual el Padre y
Jesucristo se nombran juntos muestra cómo Pablo vio a Jesús como el Hijo que
era con el Padre la fuente de las bendiciones espirituales.
Gracia... y paz vienen del Padre y del Señor Jesucristo (<530102>2 Tesalonicenses
1:2) (ver también el artículo “Leyendo las epístolas”).
1:2-10 AGRADECIMIENTOS INICIALES
Pablo comienza la mayoría de sus cartas informando de cómo él expresa
gratitud a Dios por lo que está haciendo en la vida de los lectores. Esta
oración-informe deja claro su propio amor e interés por sus amigos y también
sirve para animarlos en sus vidas cristianas. Su tema es la constancia y energía
con las que los lectores han mantenido su fe original y así llegan a ser testigos a
otra gente. Las tres virtudes cristianas fundamentales, fe, amor y esperanza
(cf. <520508>1 Tesalonicenses 5:8; <461301>1 Corintios 13:13; <510104>Colosenses 1:4, 5),
habían producido denodados esfuerzos y perseverancia a pesar de una
situación adversa.
4, 5 Esta evidencia confirmó el hecho de que Dios había elegido a los lectores.
Elección indica que no sólo Dios los había llamado por la predicación del
evangelio (<520212>1 Tesalonicenses 2:12), sino que ellos habían respondido a él
con fe (<520213>1 Tesalonicenses 2:13). Las palabras humanas expresando el
evangelio hubieran sido inútiles si no hubieran ido acompañadas por el poder
del Espíritu y por un sentido consecuente de convicción y seguridad de parte de
los predicadores. Estos factores habían convencido a los oyentes de la verdad
del evangelio y les capacitaron a aceptarlo y vivirlo hasta sus últimas
consecuencias, como lo demostró su conducta subsecuente.
6-8 Los misioneros, como Jesús mismo, habían sido fuertemente atacados,
pero resistieron firmes la oposición sin darse por vencidos. Del mismo modo
también los lectores habían dado la bienvenida al mensaje, a pesar de la
adversidad, con la clase de gozo que se debía sólo al obrar del Espíritu Santo
en sus vidas (cf. <450505>Romanos 5:5; 14:17; <480522>Gálatas 5:22). Esto hizo de ellos
un ejemplo a otros cristianos en las dos provincias romanas de Macedonia y
Acaya que cubrió más o menos el área de la Grecia moderna. Noticias sobre
sus conversiones se habían difundido en esta área, en parte a través de la obra
evangelística de los lectores mismos, y en parte por otras personas hablando
acerca de ellos. A todo lugar es un término extranjero para todos los lugares
donde podían hallarse cristianos. Pablo, obviamente, diría en un lugar lo que
estaba sucediendo a los creyentes de otro lugar (parte de la confirmación de la
verdad de las buenas noticias [3:6] era el decir cómo Dios estaba cambiando
las vidas de la gente en muchos lugares diferentes), pero en este caso no
necesitaba hacerlo.
9, 10 La respuesta de los tesalonicenses al evangelio está resumida en tres
frases que sin duda reflejan el lenguaje de la predicación inicial. Primera, habían
abandonado a los ídolos. La apelación a hacerlo así fue una parte necesaria del
mensaje a los gentiles como opuesto al de los judíos (cf. <441415>Hechos 14:15;
17:22-31). Segunda, se habían vuelto al Dios vivo y verdadero para servirlo.
Ya que algunas personas habían abandonado la idolatría meramente a base de
una creencia que, o no había dioses, o que ellos no estaban interesados en la
humanidad, es que el mensaje cristiano tuvo que subrayar una alternativa
positiva. Tercera, ellos habían fijado su esperanza en Jesús como el único y
solo salvador del juicio futuro. Jesús, sin embargo, no fue meramente hombre
para tener tal función. El había sido levantado de entre los muertos por el
poder de Dios, y por este hecho Dios estaba declarando que era su Hijo (cf.
<441731>Hechos 17:31; <450103>Romanos 1:3, 4). La predicación de los judíos a los
gentiles (responsabilidad que los cristianos naturalmente asumieron) cubrió los
dos puntos previos; esta era la característica distintiva del mensaje cristiano.
2:1-16 LA CONDUCTA DE LOS MISIONEROS EN
TESALONICA
La parte principal de la carta comienza considerando el tema mencionado en
<520105>1 Tesalonicenses 1:5, 6. Los misioneros, y ciertamente todos los testigos
cristianos, son particularmente vulnerables a la crítica y, por lo tanto, deben
hacer el mayor esfuerzo de vivir y de verse viviendo en público, en una forma
que no esté abierta a la crítica. La conducta de Pablo como un misionero en
Tesalónica parece haber sido criticada durante su ausencia, aparentemente por
gente de fuera de la congregación, y él ahora se defiende a sí mismo de varias
posibles acusaciones.
Tantos filósofos y hombres religiosos con enseñanzas extravagantes viajaban
por el mundo romano explotando hasta donde era posible a sus oyentes, al
punto que fue necesario que los misioneros cristianos subrayaran que sus
motivos y métodos eran muy diferentes de los de sus menos escrupulosos
rivales. Las críticas y la respuesta a ellas que se hacía aquí pueden ser paralelas
a los escritos de algunos filósofos antiguos que se sintieron también injustamente
acusados. Básicamente los misioneros eran acusados de explotar a sus
seguidores y de vivir a sus expensas. Toda su apelación a los nuevos
convertidos se consideraba como una manera de engañarlos y llevarlos a pagar
a los misioneros un elevado respeto, y altos honorarios o regalos.
1, 2 Pablo apela al recuerdo de sus propios lectores relacionado con la visita
de los misioneros (“vosotros mismos sabéis”, o “como sabéis”, u “os acordáis”
son frases clave: 1, 2, 5, 9, 11). Podían ver por sí mismos que el trabajo
misionero no había sido en vano (lit. “vacío”), en el sentido de que el mismo
había sido hueco y carente de contenido o que no los había conducido a
resultados profundos; en cambio había sido un acto de valor el enfrentar la
oposición en Filipos (<441619>Hechos 16:19-40) y en Tesalónica misma (cf. <520106>1
Tesalonicenses 1:6; 2:14-16; 3:3, 4).
3-6 Una demostración más de la verdadera naturaleza del evangelismo
descansaba en el hecho de que no estaba basada en el error referente al
evangelio. Tampoco surgió de motivos impuros, tal como una ambición o
avaricia (en lugar de, pero no excluyendo, la inmoralidad sexual), o procurar
engañar a los oyentes para que aceptasen el mensaje (cf. los misioneros falsos
de <471101>2 Corintios 11:13). Por el contrario, los misioneros habían sido
probados por Dios antes de ser aprobados para su equipo, y sus motivaciones
estuvieron continuamente bajo su escrutinio. Por lo tanto, eran muy conscientes
de la necesidad de guardar las normas de Dios y por eso rechazaron métodos
dudosos de persuasión (p. ej. alterar el evangelio para hacerlo más aceptable).
Su propósito era el de agradar a Dios y no a su audiencia, no porque fueran
indiferentes a su audiencia y sus necesidades, sino porque su criterio no era
para ellos el éxito a un nivel humano. Por lo tanto, no emplearon palabras
lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para encubrir la verdadera
motivación de avaricia, con el fin de sacar dinero de sus convertidos. Otra
posible acusación es que estaban buscando gloria de la gente dentro y fuera de
la iglesia. Es verdad que los apóstoles o misioneros podrían haber reclamado
ciertos privilegios por una cuestión de derechos, tal como el derecho a ser
obedecido por sus convertidos y ser sostenidos por las iglesias en sus
necesidades materiales. Aquí probablemente el primero de estos derechos sea
el que esté en juego (Para el repudio de Pablo del último, ver <530309>2
Tesalonicenses 3:9; <460904>1 Corintios 9:4-14; <471107>2 Corintios 11:7-12). Los
misioneros podían haber hecho valer su autoridad (aunque de haberlo hecho
habrían estado en contra del principio enunciado por Jesús, <422224>Lucas 22:24-
27), pero no lo hicieron.
7 En realidad habían sido tiernos (gr. epioi; los mejores mss. tienen nepioi,
bebés”, pero la duplicación accidental de la letra “n” del final de la palabra
previa probablemente condujo a la inserción de esta palabra menos apropiada).
Los misioneros o pastores deben ser como un padre en el cuidado de sus
convertidos (11), pero aquí la figura de la nodriza (en realidad la idea es de
una madre) exhibe más fuertemente el elemento de cuidado tierno que se
requiere en una actitud paternal.
8 Esta actitud se describe en términos de un afecto que se expresa en un deseo
de dar regalos. El regalo más grande desde el punto de vista cristiano es el
evangelio de Dios, pero desde un punto de vista humano es el compartir su ser
más íntimo con alguien, como sólo dos que se aman podrían anhelar hacerlo.
9 El deseo de mostrar amor en lugar de ser una carga a los convertidos era lo
que se debía ver en la ardua tarea realizada por los misioneros. Ellos habían
trabajado no sólo durante el día sino también de noche (sin duda relacionado
con el hacer carpas o trabajar el cuero; <441803>Hechos 18:3) con el fin de ganar
dinero para su mantenimiento mientras se dedicaban también a predicar. La
ayuda de Filipos (<500416>Filipenses 4:16) no fue suficiente en sí misma. Aquí Pablo
relaciona su política de trabajar con sus manos (cf. <520411>1 Tesalonicenses 4:11;
2 Tesalonicenses 3: 7-10; <441803>Hechos 18:3; 20:34) principalmente con su
deseo de no depender de sus convertidos o de explotarlos en vez de
aprovechar sus oportunidades para encontrarse con gente en el trabajo, o
mostrar que él no se avergonzaba de tener un trabajo honesto (sin embargo ver
<530308>2 Tesalonicenses 3:8).
10-12 Pablo resume su argumento apelando a la propia experiencia de sus
lectores de cómo los misioneros habían vivido rectamente y cómo los habían
tratado en manera paternal. Su principal interés había sido el de animar a un
estilo de vida que fuera digno de gente llamada por Dios a su reino y a la
esperanza de compartir su gloria.
13 Que la visita de los misioneros no había sido un fracaso (1) fue también algo
para ser tomado en cuenta en la manera en que los oyentes recibieron el
mensaje. El mensaje de Pablo fue frecuentemente denunciado como siendo de
su propia creación, ideas humanas, por lo que se mostró agradecido cuando la
gente reconocía que él estaba realmente enseñando un mensaje que venía de
Dios mismo (cf. <480111>Gálatas 1:11, 12). Este mensaje tenía un inherente poder
para cambiar las vidas de los oyentes.
14-16 La prueba de esto sería observada en la manera en la cual los
convertidos habían mostrado el mismo espíritu que los primeros cristianos en
Judea que habían sufrido violentos ataques de sus compatriotas, los judíos. En
la misma manera los tesalonicenses habían sufrido a manos de sus propios
compatriotas, tanto gentiles como judíos (<441705>Hechos 17:5). Pablo mismo era
judío y, por lo tanto, sentía un lazo especial con su propia gente, anhelando que
ellos se volvieran de su ceguera y aceptaran a Jesús como el Mesías. Pero
sabía también que el rechazo de Jesús los conduciría al rechazo de parte de
Dios de aquellos que lo rechazaban a él, y por eso habla aquí de la ira de Dios
viniendo plena y finalmente sobre los judíos por el último y más agravante
pecado en una larga historia del rechazo de los mensajeros de Dios. Es de
notar que Pablo está escribiendo aquí referente a un grupo específico de judíos,
y no contradice la esperanza expresada en Romanos 9—11 que el pueblo judío
se volverá a Dios; la respuesta al evangelio salva al pueblo de la ira de Dios.
2:17—3:13 EL CONTINUO INTERES DE PABLO POR LA
IGLESIA
Habiendo dejado Tesalónica antes de lo que el había deseado, Pablo quiso
regresar tan pronto como fuera posible, pero le fue impedido por lo que él
llama oposición satánica (cf. <471207>2 Corintios 12:7). Una posiblidad es que en
vista del problema habido con los gobernadores de la ciudad se le prohibió a
Pablo regresar a ese lugar, y nada había sucedido para cambiar la situación.
Parece que fue difundida alguna crítica injustificada acerca de Pablo, y por eso
subraya la intensidad de su deseo de visitarlos de nuevo y animarlos. Pablo se
concibe a sí mismo como apareciendo delante de Cristo en el día del juicio,
trayendo consigo esta iglesia como la prueba de que había sido fiel en su
llamado como misionero. La iglesia sería como su corona simbolizando su
eficaz trabajo misionero, y por lo tanto su continua existencia era vital.
Igualmente, sus convertidos eran la fuente de su gozo por causa del testimonio
de ellos. Así como un maestro puede tener un genuino placer en el éxito de un
alumno no meramente porque él o ella haya tenido una participación en ese
éxito sino sobre todo a causa de lo que esto significa para el alumno.
3:1-2 Habiendo fracasado todos los esfuerzos para ir personalmente, Pablo
acepta el plan de permanecer en Atenas (a unos 500 km. de Tesalónica) y
enviar a uno de sus colegas en su lugar. (Quedarnos solos probablemente
implica que Silas también lo dejó en este punto.) De esta manera Timoteo fue
enviado en lugar de Pablo del mismo modo en que fuera antes a otras iglesias.
Pablo enfatiza —de nuevo quizás en defensa propia en contra de cualquier
detractor— que Timoteo era su hermano o colega, un hombre de probada
confianza. La descripción de él como colaborador de Dios, es decir, una
persona que es un colega de Dios en el trabajo del evangelio (cf. <460309>1
Corintios 3:9), les causó problemas a los escribas, y algunos de ellos cambiaron
el texto a “siervos de Dios”. Pablo quiere decir que Dios mismo se ve como
cooperador con los obreros cristianos en difundir el evangelio de Cristo, una
frase que incluye tanto la evangelización inicial como la nutrición de la iglesia. La
visita de Timoteo había tenido el efecto de fortalecer a la iglesia para que ellos
pudieran resisitir la tentación y la presión hostil más firmemente. (Nótese como
el mismo efecto se atribuye al Señor mismo en el v. 13.) Afirmaros implica
tanto el sentido de estimular a los hermanos a la acción como darles al mismo
tiempo ánimo.
3, 4 Saber de antemano que alguna circunstancia difícil espera en el camino
puede ayudarnos a enfrentarla con mayor fortaleza. Los lectores sabían que les
esperaban presiones de los de afuera porque Pablo había ya reiterado ese
punto, sin duda por referirse a su propia experiencia y a la de las iglesias de
Judea (<520214>1 Tesalonicenses 2:14).
5 Habiendo enviado a Timoteo, Pablo estaba profundamente interesado en
saber si ellos estaban manteniendo su fe. Era posible que Satanás los hubiera
tentado de tal manera que la iglesia hubiera sido destruida, y todo el trabajo
que había realizado hubiera sido en vano. Aunque ninguna tentación es tan
grande que pueda ser irresistible (<461001>1 Corintios 10:13), los creyentes no
siempre la resisten con éxito. El creer en el poder de Dios para preservar a su
pueblo no libró a Pablo de preocuparse y orar por ellos.
6-8 Las buenas noticias de Timoteo (una palabra utilizada en otros lugares
para la predicación del evangelio) disiparon todos los temores de Pablo. Estaba
tan lleno de gozo que escribió esta carta tan pronto como fue posible después
del regreso de Timoteo. Las dos características cristianas fundamentales de fe y
amor eran vivas y sanas en Tesalónica (y continuaron desarrollándose en <530103>2
Tesalonicenses 1:3). La iglesia estaba llena de deseo de ver a Pablo. Esto
mostró que los lectores no habían dejado de lado el evangelio y en realidad
pertenecían al pueblo elegido de Dios (<520104>1 Tesalonicenses 1:4). Estaban
firmes en su dependencia del Señor y así podían enfrentar toda oposición (cf.
<490610>Efesios 6:10). El informe de Timoteo había venido cuando Pablo mismo se
sentía oprimido por sus propias circunstancias difíciles y por las presiones sobre
él, y no estaba plenamente “vivo”. El misionero cuya tarea era la de animar a
otros (2) era él mismo animado y revivido por las noticias de la iglesia.
9 Pablo escribe acerca de los sentimientos de gozo, expresados delante de
nuestro Dios, tal como cuando los israelitas celebraban sus fiestas en la
presencia del Señor (<051212>Deuteronomio 12:12, 18). El gozo puede ser
simplemente una expresión de nuestros sentimientos de felicidad; para Pablo
era una ocasión para dar gracias a Dios, quien era su fuente.
10 Pablo imploró con mucha instancia (una expresión gr. particularmente
fuerte) que pudiera visitar de nuevo a la iglesia. Tenía simplemente un deseo
muy humano de querer estar con ellos, y anhelaba ayudarlos a superar
cualquier debilidad que hubiera quedado en la fe. Aunque habían permanecido
firmes, no eran perfectos, ni en conocimiento cristiano ni en conducta. Esta
carta es un intento de Pablo para suplir por escrito lo que no podía darles en
persona. Enviando esta carta, por supuesto, trató sólo con la segunda de las
razones de Pablo por desear visitar a la iglesia. Al tiempo que estaba
escribiendo, por lo tanto, él todavía estaba deseando y orando por la
posibilidad de una visita a la iglesia. Su ruego fue finalmente contestado
(<442001>Hechos 20:1).
11, 12 Luego de contarles a sus lectores acerca de sus oraciones, Pablo
comienza a orar. En lugar de dirigírsela a Dios directamente en la segunda
persona, p. ej. “Oh Dios, clarifica el camino para que vayamos a Tesalónica”,
Pablo expresa su oración en la tercera persona: ¡Que el mismo Dios y Padre
nuestro, con nuestro Señor Jesús, nos abra el camino hacia vosotros! (cf.
<040624>Números 6:24-26; <192001>Salmo 20:1-5). La oración enlaza a Dios como
Padre y al Señor Jesucristo (cf. <520101>1 Tesalonicenses 1:1, y en orden al
inverso; <530216>2 Tesalonicenses 2:16). En la primera petición Pablo manifiesta
deseos de volver a visitar a la iglesia, y la segunda expresa su anhelo por su
crecimiento en amor y santidad, el tema desarrollado en la instrucción que
sigue directamente en la oración (<520401>1 Tesalonicenses 4:1-12). Su amor debe
expandirse más allá de la iglesia e incluir a todos (cf. <480610>Gálatas 6:10 en orden
invertido). Pablo se cita a sí mismo como ejemplo (cf. <520106>1 Tesalonicenses
1:6; <530307>2 Tesalonicenses 3:7-9; <442035>Hechos 20:35) no para dar información al
Señor, sino porque esta oración también funciona como una manera de instruir
a los lectores respecto a cómo deberían orar y cómo deberían vivir.
13 Pablo desea que los lectores sean irreprensibles en santidad delante del
Señor cuando él venga en juicio. No está orando para que crezcan y se
desarrollen para ser irreprensibles en algún punto futuro cuando el Señor venga.
A cambio, él cree que el Señor puede venir muy pronto (no inmediatamente,
por supuesto, como indica 2 Tesalonicenses 2) y por lo tanto ruega que Dios
afirme sus corazones en estas cualidades ahora y que ellos continuarán en este
buen estado hasta que el Señor venga (<520219>1 Tesalonicenses 2:19; cf. 1:10), no
necesitan temer la ira de Dios (<520110>1 Tesalonicenses 1:10), pero será, sin
embargo, un tiempo de evaluación y recompensa o pérdida. La solemnidad de
la ocasión se enfatiza por la descripción de Jesús con todos sus santos. Estos
son también creyentes que han muerto y que vienen con los creyentes vivos al
encuentro del Señor (<520416>1 Tesalonicenses 4:16, 17), o los ángeles que
acompañan la venida final de Dios (<381405>Zacarías 14:5), o el Hijo del Hombre.
(<410838>Marcos 8:38 agrega: en la gloria; <530107>2 Tesalonicenses 1:7 sostiene esta
segunda interpretación.)
4:1-12 ESTIMULO PARA EL PROGRESO ETICO
En la primera de las tres secciones de instrucción Pablo trata de la conducta
ética, en particular la santidad (<520401>1 Tesalonicenses 4:1-8) y el amor fraternal
(<520409>1 Tesalonicenses 4:9-12).
1, 2 El motivo para el vivir cristiano es para agradar a Dios (cf. <520204>1
Tesalonicenses 2:4) al hacer su voluntad. Los lectores están ya haciendo esto, y
así el propósito de Pablo es simplemente animarlos a hacer lo que ya están
haciendo cada vez mejor. Para en el Señor Jesús ver la nota sobre <520101>1
Tesalonicenses 1:1. Instrucciones tiene un sentido militar; había un definido
estilo de vida asociado con el evangelio, y a los cristianos se les demanda vivir
por él.
3 Hacer la voluntad de Dios involucra, entre otras cosas, la santificación.
Esta peculiar palabra cristiana se refiere al proceso continuo de estar cada vez
más libre de todo pecado y lleno con amor. Ser santificado quiere decir
pertenecer a Dios y mostrar el mismo carácter de Dios. Su opuesto es la
impureza (7), conducta que es inmoral y corrupta.
Un aspecto de la santidad (hay muchos otros de igual importancia) necesitó ser
subrayado, que os apartéis de inmoralidad sexual. Esta frase se refiere a
toda clase de relación sexual que no sea la de la relación matrimonial.
4, 5 La RVA ha interpretado el v. 4 en términos de dominio propio sexual.
Considera a la palabra gr. skeuos, lit. un “contenedor”, como una metáfora
para el cuerpo de una persona, aquí en su aspecto sexual (posiblemente como
un eufemismo para el órgano sexual), y el verbo ktasthai para significar “tener
dominio sobre” (un uso raro pero comprobado). Algunas otras traducciones
interpetan el verbo como “tomar” y el “contenedor” como una mujer, de modo
que la instrucción es para “aprender a obtener una esposa”. Aunque
contenedor” se usa para seres humanos (tanto masculino como femenino) en
<600307>1 Pedro 3:7, no es probable que sea su sentido aquí y, en cualquier caso,
tal concepto se acerca al de considerar a una mujer como simplemente un
objeto sexual. En todo caso, la vida sexual debe ser conducida
honorablemente. La santidad no excluye actividad sexual sino que controla su
carácter. La forma opuesta de vivir se caracteriza por la lujuria, un deseo físico
que no toma en cuenta a la persona como tal y busca complacerse sin control.
6 La inmoralidad sexual se considera incorrecta en que puede involucrar
aprovecharse de otra gente. Cometer adulterio es intentar romper una relación
matrimonial existente y el lazo de amor que existe en un matrimonio, y se puede
describir justamente como hacer daño al hermano. Otra perspectiva menos
probable del versículo es que Pablo introdujo el tema nuevo, el de
aprovecharse de un hermano en los negocios (una traducción alternativa de en
todas estas cosas).
La perversidad de tal conducta se hace ver por el recordatorio de Pablo de
que el juicio por el Señor (eso es, Jesús, cumpliendo la función de Dios en el
<199401>Salmo 94:1) enfrenta a los pecadores.
7, 8 Pero el juicio no es el único motivo para un vivir correcto. Dios no nos
llamó a base de lo impuro, como si éste fuera un estado a mantenerse, sino que
nos llamó a un camino que involucra su actividad en hacernos santos. Por lo
tanto, el hacer caso omiso de esta particular instrucción es desatender a Dios
mismo quien nos da su Espíritu para hacernos santos.
9, 10 Ahora Pablo vuelve a una instrucción positiva sobre la necesidad de
fortalecer e incrementar los lazos fraternales los unos con los otros (gr.
filadelfia; cf. <520312>1 Tesalonicenses 3:12), en la manera como Dios les había
instruido e impulsado a realizarlo. El amor de ellos en realidad ya se extendía
más allá de su propia iglesia a cristianos en otros lugares, probablemente en dar
hospitalidad y ayuda material a otros.
11, 12 Algunas personas en la iglesia estaban abusando de este amor fraternal
al vivir de la caridad sin hacer algún trabajo ellos mismos (cf. <530306>2
Tesalonicenses 3:6-15). Estos holgazanes pueden haber sido influenciados por
su creencia de que la segunda venida de Jesús estaba cerca; si ello era así,
razonaban ellos, ¿por qué molestarse en trabajar? Pablo los instruye a hacerlo
asunto de honor el evitar ser entrometidos, el cuidar de sus propios asuntos en
una forma responsable, y el estar preparados para trabajar honestamente. Esto
les garantizaría el no perder el respeto de otras personas.
4:13—5:11 INSTRUCCION Y ANIMO SOBRE LA SEGUNDA
VENIDA DE JESUS
La segunda venida de Jesús formó una parte importante de la enseñanza de
Pablo durante su visita, pero había conducido a malentendidos. Timoteo trajo
dos preguntas a Pablo. La primera se relacionaba con la suerte de los cristianos
que ya habrían muerto cuando el Señor regresara (<520413>1 Tesalonicenses 4:13-
18), y la segunda tenía que ver con el peligro de que los vivientes fueran
tomados desprevenidos por el Señor y de alguna manera no participasen en el
evento (<520501>1 Tesalonicenses 5:1-11).
4:13 Evidentemente los lectores pensaron que las personas que duermen (eso
es, aquellas de su grupo que ya habían muerto y otras que podrían morirse)
antes de la segunda venida, permanecerían en sus tumbas y no participarían del
evento. Esto sugeriría que ellos no habían oído de la resurrección de los
muertos (lo cual no es muy probable, ya que la resurrección de Jesús fue parte
del evangelio primitivo), o que ellos no habían comprendido correctamente lo
que les había sido enseñado. Faltándoles este conocimiento pleno de la
esperanza cristiana, ellos eran como los incrédulos, “sin esperanza y sin Dios”
(<490212>Efesios 2:12).
14 La contestación básica al problema es la doctrina fundamental de la
enseñanza cristiana de que Jesús murió y resucitó. Se sigue que el Dios que
levantó a Jesús de entre los muertos traerá con él a las personas por quienes
murió, y que murieron creyendo en él. Pablo no dice nada aún sobre la
resurrección de los muertos para compartir este evento, pero es obvio que, si
ellos han de compartirlo, deben ser resucitados en función de ese propósito. En
realidad, lejos de ser dejado fuera de los gloriosos eventos asociados con la
segunda venida del Señor, ellos tendrán precedencia sobre aquellos que están
vivos aún. (Pablo habla de nosotros que vivimos; este uso de palabras indica
que él consideró la posibilidad de que el Señor vendría durante su vida, pero no
necesariamente pensaba que fuese una conclusión asegurada de antemano.)
15-18 La confirmación de esta declaración está dada por la referencia a la
palabra del Señor, la cual se entiende mejor como la enseñanza de Jesús
semejante a <402430>Mateo 24:30, 31 en vez de una revelación del Señor
resucitado a un profeta o a Pablo mismo (Pablo también se refiere a esto en
<461505>1 Corintios 15:52). El mandato, la voz angélica y la trompeta se interpretan
como el medio de despertar a aquellos que habían muerto y levantarlos para
estar con el Señor (<430525>Juan 5:25-29). Ellos se levantan primero, es decir,
antes de que aquellos que están todavía vivos sean arrebatados... para el
encuentro con el Señor en el aire. El cuadro es el de un grupo de ciudadanos
saliendo de una ciudad a encontrar a un dignatario visitante y a acompañarlo de
regreso. Esto implica que el Señor regresa con su pueblo a la tierra. (¡Ellos
ciertamente no se quedarán permanentemente en las nubes tocando el arpa!)
Este lenguaje probablemente nunca tuvo la intención de ser comprendido en
forma absolutamente lit.; más bien describe cosas que van más allá de las
palabras. Lo importante es que esos creyentes, sea que estén muertos o vivos,
están desde entonces siempre con el Señor.
5:1-5 La otra pregunta sobre la segunda venida surgió de la preocupación de
los lectores en el sentido de que ellos pudieran no estar preparados para el
evento cuando este suceda: ¿podría encontrarlos desprevenidos? ¿Sería
posible que Pablo pudiera decir algo de cuándo ocurrirían éste y otros eventos
asociados? Pablo replicó que no necesitaba escribirles nada más que lo que ya
les había enseñado, concretamente que el día del Señor (cf. el día del Hijo del
Hombre, <421724>Lucas 17:24, 30) se parecería a la llegada de un ladrón
inesperado y no bienvenido, tal como Jesús había dicho (<402443>Mateo 24:43;
<421239>Lucas 12:39, 40). La gente podría pensar que estaba viviendo en la
seguridad de que no había nada que molestara su existencia terrenal, pero
entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos (cf. <422134>Lucas
21:34). Aquí Pablo está siguiendo lo que Jesús dijo al advertir a la gente. Pero
el punto particular que él necesitaba subrayar aquí era que este lenguaje de
advertencia sobre un evento amenazador era para los incrédulos, no para los
creyentes. El pensamiento del día del Señor está asociado no sólo con el juicio
sino también con el amanecer de la luz, lo cual simboliza la revelación divina y
su justicia. Los creyentes son los que ya viven en la luz; ya no están en la
oscuridad del pecado y la ignorancia. Por lo tanto, para ellos el día del Señor
no vendrá como una luz brillante que escudriña y revela los pecados cometidos
en la oscuridad, y que hace que los incrédulos deseen esconderse o huir. Al
contrario, le darán la bienvenida a la plena luz de ese día, y no serán como
personas tomadas de improviso porque no estarán haciendo la clase de cosas
que conducen a juicio.
6-11 Sin embargo, es posible que aun los creyentes puedan ser tentados a vivir
como incrédulos. Lo que necesitan en este caso no es información sobre
cuándo vendrá el día (en la esperanza ingenua de que puedan rápidamente
poner sus vidas en orden en el último minuto) pero sí necesitan instrucciones
fuertes para vivir como personas que pertenecen al día. Ellos no deben hacer lo
que otras personas hacen de noche, sea durmiendo o emborrachándose, sino
que deben estar alertas y listos para el Señor. Que sean en realidad como
soldados de guardia, y que se armen (Pablo aquí amplía más la comparación)
con las tres características cristianas básicas (ver <520103>1 Tesalonicenses 1:3). La
más importante de estas que está en el contexto actual es la esperanza de la
salvación, y descansa en la convicción de que los creyentes no han sido
destinados por Dios para la ira que enfrenta a los pecadores sino para recibir la
salvación, aquí comprendida primariamente como la experiencia futura de
liberación de la ira divina. Esta liberación es posible a causa de la muerte de
Jesús por ellos. Pablo no explica cómo se produce este efecto, pero en otros
lugares es claro que Jesús ha cargado con sus pecados y ha soportado el juicio
a favor de ellos (<450324>Romanos 3:24-26; <470501>2 Corintios 5:19-21).
Consecuentemente, ellos compartirán su vida y esto será cierto tanto para los
creyentes que todavía viven cuando él venga, como para aquellos que murieron
confiando en Cristo. Con esta esperanza delante de ellos los lectores deberán
ayudarse unos a otros, ofreciendo ánimo mutuo y haciendo cualquier otra cosa
que contribuya a fortalecer su fe.
5:12-24 INSTRUCCIONES PARA LA VIDA EN LA IGLESIA
Hay una tercera sección de enseñanza que parece ser a primera vista una serie
de instrucciones generales para la vida conjunta en la iglesia. Pablo dio una
enseñanza similar a otras congregaciones (ver especialmente Romanos12), pero
aquí está dirigida particularmente a la situación en Tesalónica. La enseñanza
puede ser dividida en términos generales en cinco secciones (12, 13, 14, 15,
16-18, 19-22) seguida por una oración (23, 24).
12, 13 La primera sección trata de la actitud en general de la iglesia para con
sus líderes. Ningún título específico se usa para ellos (más tarde palabras como
ancianos, obispos y diáconos se hicieron más comunes), y se describen en
función de las cosas que hacían. Estaban involucrados en lo que era trabajo
duro (un término usado generalmente por Pablo mismo y por los misioneros
para el trabajo cristiano, pero también por los líderes locales), presidían la
congregación, una frase que puede referirse a ejercer autoridad o mostrar
interés y cuidado (especialmente si eran personas más pudientes que daban de
sus recursos a la congregación, cf. <451601>Romanos 16:1, 2), y advertían a las
personas que necesitaban dirección. De este modo ejercían autoridad en la
iglesia; y era necesario a aquellos sujetos a su autoridad que reconocieran la
posición de los líderes y les mostraran la debida estima unida con amor. Vivid
en paz puede sugerir algún peligro de división entre los líderes y otros
creyentes.
14 Esto puede estar conectado con el próximo punto, la necesidad de
dirección espiritual para algunas personas en la iglesia. Es digno de mención el
hecho de que Pablo inste a la iglesia en general y no sólo a los líderes a cuidar
del resto de la congregación. Pablo puede haber tenido especialmente en mente
un grupo en la iglesia que necesitaba dirección, pero que se negaba a prestar
atención. Estos eran creyentes desordenados (la palabra generalmente significa
desordenadamente”, pero puede referirse específicamente a estar desocupado
y en el contexto este significado es más probable; ver <520411>1 Tesalonicenses
4:11; <530306>2 Tesalonicenses 3:6-13). Los de poco ánimo o “abatidos de
corazón” pueden ser los tristes y desalentados en el <520413>1 Tesalonicenses
4:13—5:11. Los débiles pueden ser aquellos que fueron atacados por la
opresión y tentación y encuentran que era difícil resistir; ellos necesitaban
personas que se pondrán a su lado y los sostendrán. Los que dan tal ayuda
necesitan tener paciencia para tolerar a las personas y sus torpezas y aun su
oposición a ser ayudados.
15 Que existía en la iglesia un espíritu de represalia se indica por el próximo
mandato: no devolver mal por mal, sino mostrar siempre benevolencia aun
cuando uno haya sido tratado con aspereza. Nótese que esto no era exclusivo
del grupo de creyentes, sino que era para ser manifestado para con todos
también. Esta actitud iba más allá de la moralidad de la época y era típicamente
cristiana (<451217>Romanos 12:17, 19-21; <600309>1 Pedro 3:9; cf. <400538>Mateo 5:38-
42, 43-48).
16-18 Una serie de recomendaciones breves e incisivas indica la base del vivir
cristiano. Son muy generales y podrían aplicarse a cualquier grupo de
creyentes. Los cristianos tienen buena base para el gozo tanto en su experiencia
de salvación como en su esperanza de lo que Dios hará en el futuro, pero
necesitan expresar ese gozo. Hay un justo y adecuado lugar para la expresión
de una emoción alegre. Los cristianos deben también orar; aquí probablemente
en el sentido de hacer peticiones a Dios, ya que el próximo mandato tiene que
ver con la necesidad de ser agradecido. Común a los tres mandatos es el
énfasis sobre el cumplimiento de ellos todo el tiempo y en todas las
circunstancias; esto no quiere decir, p. ej. que uno ora ininterrumpidamente,
sino que uno ora regular y frecuentemente. Tal estilo de vida es posible, Pablo
agrega que es el propósito de Dios; él quiere que su pueblo esté gozoso, fiel en
la adoración y agradecido, y él lo posibilita para que así sea.
19-22 Otra breve serie de declaraciones está relacionada con el Espíritu y sus
dones. Lo que aparece en detalle en 1 Corintios 12—14 está declarado aquí
resumidamente. El Espíritu es poderoso y activo como fuego en la
congregación (cf. <451211>Romanos 12:11; <550106>2 Timoteo 1:6 para la metáfora).
Los dones para el ministerio estaban siendo ejercitados, pero algunas personas
estaban tratando de suprimirlos (no sabemos exactamente cómo), pero es malo
intentarlo. En particular Pablo subrayó la necesidad de valorar las declaraciones
de los profetas. Posiblemente la iglesia había tenido una mala experiencia con
ellos (cf. <620401>1 Juan 4:1-3), y en lugar de ejercitar discernimiento entre las
verdaderas y falsas profecías, estaban limitando toda la actividad. La iglesia
debería más bien examinarlo todo, es decir, evaluar las declaraciones de los
profetas (<461201>1 Corintios 12:10; 14:29). Se debería retener lo bueno y
rechazar cualquier cosa que fuera incorrecta en las enseñanzas proféticas. (Los
vv. 21, 22 se pueden entender de una manera más general, pero tienen una
aplicación más estrecha en este contexto.)
23, 24 Finalmente, Pablo eleva una oración por sus lectores (cf. <520311>1
Tesalonicenses 3:11-13) y el mismo Dios está personalmente interesado por
ellos. El es la fuente de las bendiciones espirituales, aquí resumidas como paz, y
por lo tanto es correcto orar para que él capacite a los que son llamados
santos” a llegar a ser cada vez más santos en todo su ser. Pablo está pensando
en un proceso continuo, y el resultado ideal será que en cualquier momento que
el Señor regrese encontrará a su pueblo completamente sin mancha en todo
vuestro ser. Tanto espíritu, como alma y cuerpo es una manera de decir
completamente” en referencia a los tres aspectos del ser humano: la vida en
relación con Dios, la personalidad humana y el cuerpo a través del cual uno
actúa y se expresa a sí mismo. Aunque la vida cristiana demanda un esfuerzo
humano, en el análisis final todo depende de Dios mismo que es fiel. Los que
confían en él están confiando en que él los preservará hasta el fin, y tienen todas
las razones para creer que él es digno de confianza.
5:25-28 PEDIDOS Y SALUDOS FINALES
Una carta en la antigüedad concluía naturalmente con saludos y pedidos
personales. Aquí están muy relacionados con la vida cristiana y el testimonio del
escritor y sus destinatarios. Pablo pide a sus lectores frecuentemente que oren
por sus colegas y por él mismo (<530301>2 Tesalonicenses 3:1, 2); ésta era una
forma en la que ellos compartían su misión, y los misioneros por su lado
dependían de tal sostén. Los lectores habían de saludarse unos a otros con una
señal cristiana de afecto. Al dar esta instrucción, Pablo estaba indicando que, a
pesar de su ausencia de ellos, él estaría asociado con ellos en sus saludos. El
beso funcionaba como una señal de afecto y respeto y la palabra no
necesariamente tiene implicación sexual.
27 En este punto Pablo mismo probablemente tomó la pluma de su secretario y
remarcó que la carta debía ser leída a todos en la congregación. Fue
presumiblemente leída (¿en lugar de un sermón?) cuando todos estaban allí, de
modo que sustituyó a Pablo en su ausencia. Pablo quería estar seguro de que
su mensaje llegara a todos aquellos para quienes estaba destinado.
28 Pablo siempre cerró sus cartas con una bendición, similar en palabras a los
saludos iniciales. El saludo secular normal (<441529>Hechos 15:29) fue reemplazado
por un deseo cristiano que nos lleva al corazón del evangelio, a la persona de
Jesús como el Señor y como la fuente del favor divino.
I. Howard Marshall

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