jueves, 25 de junio de 2015

2 TESALONICENSES



INTRODUCCIÓN
El lenguaje y contenido de la segunda carta son muy cercanos a los de 1
Tesalonicenses, lo que sugiere que fue escrita no mucho tiempo después.
Continúa el mismo modelo general. Desde el cap. 1 aparece aquella situación
de oposición desde afuera que debió haber empeorado. El lenguaje punzante
de Pablo también puede sugerir que él mismo era objeto de ataque particular
desde afuera de la iglesia (ver <530302>2 Tesalonicenses 3:2). Este incremento en la
oposición pudo haber sido parte de la razón por la que se desarrolló un grupo
en la iglesia que creía que estaban viviendo en los últimos tiempos. Reclamaban
apoyo para su creencia a partir de alguna declaración que Pablo mismo
proporcionó. Pablo repudió esta declaración (o más probablemente las
cuestionables inferencias deducidas de ella), y argumentó que varios eventos
tenían todavía que suceder antes del regreso del Señor. En la parte final de la
carta encontramos evidencia de que algunos miembros de la iglesia estaban
aprovechándose de la hospitalidad de otros y viviendo perezosamente a sus
expensas. Aunque no hay una conexión explícita, es difícil no creer que la
apocalíptica” conmoción reflejada en el cap. 2 contribuyó a esta situación.
Pablo utilizó palabras fuertes de censura ya que creyó firmemente que, hasta
donde fuera posible, los cristianos debían trabajar para vivir.
Estos puntos determinan la estructura de la carta. Como en 1 Tesalonicenses
los saludos iniciales (<530101>2 Tesalonicenses 1:1, 2) están seguidos por una
oración-informe que también funciona como estímulo y enseñanza: La iglesia
estaba sufriendo oposición, pero la soportaba con firmeza, y Pablo asegura a
los creyentes que Dios juzgaría a aquellos que se oponían y preparó a la iglesia
para compartir su gloria cuando Cristo venga (<530103>2 Tesalonicenses 1:3-12). El
centro de la carta es la enseñanza sobre la venida de Cristo, dirigida contra las
personas que estaban aseverando que los últimos días (en el sentido de que el
período final de la historia) habían comenzado. Pablo enseña que un período de
oposición satánica a Dios, en una escala sin paralelo, precederá el regreso de
Cristo; mientras tanto, la iglesia, consciente de que es el objeto de elección de
la gracia de Dios y que depende de su fortaleza, debe mantenerse firme hasta el
fin (<530201>2 Tesalonicenses 2:1-17). Finalmente, hay una exhortación: se le pide a
la iglesia que ore por Pablo y se reconviene a los cris- tianos que han
abandonado su trabajo diario y viven a expensas de sus amigos bondadosos.
Pablo condena fuertemente esta ociosidad y la consiguiente molestia que traen
los haraganes (<530301>2 Tesalonicenses 3:1-16). Hay un breve saludo de cierre
(<530317>2 Tesalonicenses 3:17, 18).
Estos comentarios sobre 2 Tesalonicenses han sido hechos en términos del
ostensible contexto histórico del documento como una carta genuina de Pablo a
la iglesia en Tesalónica. En vista de esta situación, tenemos que asumir que en el
período posterior a aquel en que se escribió 1 Tesalonicenses se había
desarrollado una clase de “fervor apocalíptico” en la iglesia, cuyo origen puede
ser detectado en 1 Tesalonicenses Pablo no trata de castigar directa o
indirectamente a un grupo de oponentes, como en algunas otras cartas; sino
que escribe a creyentes que se han extraviado por una interpretación
equivocada de su enseñanza.
Tal situación parece ser muy plausible aunque muchos comentaristas están en
desacuerdo. Detectan un agudo contraste entre el énfasis de la cercana segunda
venida en 1 Tesalonicenses y el énfasis del “todavía no” de 2 Tesalonicenses
Este hecho entonces los alerta a otra peculiar característica: detectan la falta de
alusiones concretas, personales, la peculiar repetición de frases que forman 1
Tesalonicenses, algunas diferencias de lenguaje y pensamiento, etc. Numerosos
eruditos piensan que estas diferencias son incompatibles con la comprensión
tradicional de la carta como paulina. Consideran que intentar solucionar algunos
de los problemas señalando que las cartas estaban escritas en orden
cronológico inverso, o que son composiciones de fragmentos originalmente
escritos en un orden diferente, parece ser inadecuado. La única solución que
hará justicia a estas peculiaridades, así se argumentó, es que la carta es una
composición tardía de otro escritor que deseaba usar el nombre de Pablo para
corregir su enseñanza o las falsas inferencias surgidas de esta, quizás aun
sosteniendo que solo esta carta era la auténtica (ver <530307>2 Tesalonicenses 3:7)
y que 1 Tesalonicenses debía ser rechazada. La mayor debilidad de este
argumento es que sus proponentes no han ofrecido una reconstrucción
convincente de las circunstancias en las que la carta pudo haber sido
compuesta y dirigida a Tesalónica en particular. Otra vez, el lenguaje utilizado
para refutar la pretensión de que el día del Señor había llegado es tan
enigmática que resulta difícil pensar que un escritor tardío pudiera expresarse
de esta forma y al mismo tiempo ser convincente a sus lectores. Aunque hay
algunas rarezas en el lenguaje, estructura y pensamiento de la carta, es justo
decir que las dificultades en considerar la carta escrita por algún otro que no
sea Pablo son grandes.

EL MENSAJE DE LAS CARTAS
Ambas cartas contienen enseñanza amplia sobre el evangelio y el carácter de
una joven iglesia la cual puede ser desarrollada para mostrar cómo los
cristianos deberían vivir y testificar hoy. Sin embargo, algunos cristianos
contemporáneos, conscientes de un largo —y ya prolongado— período de
historia de la iglesia, pueden sentir que el encuadre de la teología de Pablo con
su énfasis en la futura venida del Señor, y sobre todo el sentido de su cercanía
con todas las implicaciones que esta trae para el vivir cristiano, es poco realista.
Todavía los cristianos hoy pueden fácilmente asumir la permanencia e
independencia de su existencia colectiva propia en un universo seguro y fallar
en darse cuenta de que en todo momento dependen de la misericordia del
Señor y viven en la luz de su venida. Si Dios alteró el esquema espacio-tiempo
del universo al venir en la persona de su Hijo encarnado, seguramente puede y
llevará la historia humana a su consumación, una intervención futura para
establecer su eterno reino de justicia, paz y amor. Pablo también señala que ser
cristiano no quiere decir dejar pasar el tiempo ociosamente esperando que el
Señor venga. Por el contrario, se deben preparar para su venida mostrando las
cualidades del vivir cristiano, fe, amor y esperanza.

BOSQUEJO DEL CONTENIDO
<530101>2 Tesalonicenses 1:1, 2——Saludos iniciales
<530103>2 Tesalonicenses 1:3-12——Agradecimientos iniciales
<530201>2 Tesalonicenses 2:1-17——Instrucciones sobre el día del Señor
<530301>2 Tesalonicenses 3:1-16——Instrucciones para la vida en la iglesia
<530317>2 Tesalonicenses 3:17, 18——Saludos finales
COMENTARIO
1:1, 2 SALUDOS INICIALES
El saludo es, como podría esperarse, muy similar a aquel en 1 Tesalonicenses,
pero aquí Pablo habla de Dios como nuestro Padre, y explícitamente nombra
al Padre y al Señor Jesús como fuentes de gracia y paz (ver también el artículo
Leyendo las epístolas”).
1:3-12 AGRADECIMIENTOS INICIALES
Con una oración-informe Pablo comienza una carta de estímulo a la iglesia que
enfrentaba presión hostil de gente de afuera. Principia con palabras que traen
reminiscencias de <520102>1 Tesalonicenses 1:2, 3 y muestra que la iglesia estaba
creciendo en cualidades cristianas básicas, por lo que su acción de gracias no
era una hueca formalidad. En cambio, le dio base para hablar bien de ellos
entre las otras iglesias, por su constancia en enfrentar la persecución. Así Pablo
los puso como ejemplo para estimular a otras iglesias que atravesaban por una
situación similar.
5 Luego Pablo se aparta de su oración-informe para comentar sobre el
significado de la situación. La justicia de Dios en el tiempo presente se ve en el
doble resultado de la persecución. Los dos resultados se mencionan en los vv.
5-10.
Por otro lado, el juicio de Dios se ve en la suerte que corren aquellos que
persiguen a su pueblo (vv. 6, 8, 9). En la venida del Señor Jesús recibirán el
tratamiento que le dieron a otros. En esta forma Dios hace justicia a su propio
pueblo contra sus opresores y también deja claro que aquellos que no
obedecen el evangelio caen bajo su juicio. Debería notarse que el pueblo de
Dios no debe vengarse por sí mismo de aquellos que lo atacan (<451217>Romanos
12:17-21), y que la acción de Dios no es una de tomar venganza sino para
establecer la justicia. Dios no puede ser acusado de actuar injustamente o de
carecer de misericordia para con ellos. Los que son juzgados son aquellos que
han rechazado un evangelio cuyo contenido es “Cuando éramos enemigos,
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” (<450510>Romanos 5:10);
han rechazado la amorosa oferta de Dios. El lenguaje tradicional de llama de
fuego (<020302>Éxodo 3:2; <236615>Isaías 66:15) expresa simbólicamente la venida de
Dios en juicio tanto para gentiles que (obstinadamente) no han conocido a
Dios y judíos que (también obstinadamente) no obedecen el evangelio. La
eterna perdición está enlazada con exclusión de la presencia del Señor y de
compartir su gloria (cf. <230210>Isaías 2:10. Pablo, como en otros lugares, aplica un
texto del AT sobre Jehovah a Jesús).
Por otro lado, hay una vindicación para el pueblo de Dios (5, 7, 10). Si
soportan la persecución, él los considera dignos de entrar a su reino (en el
futuro, como en <520212>1 Tesalonicenses 2:12), y él estima sólo justo el
garantizarles alivio de sus sufrimientos, al igual que los misioneros perseguidos
(ver <530302>2 Tesalonicenses 3:2), en la parusía de Jesús. Las bendiciones de
Dios están asociadas así con Cristo cuando venga con sus ángeles (cf. <520313>1
Tesalonicenses 3:13). Será rodeado por su santo pueblo y glorificado por ellos
(más tarde se muestra que comparten en su gloria; ver 12; 2:14). Serán
llenados de admiración, compartiendo la ocasión precisamente porque han
aceptado y han creído al testimonio del evangelio dado por los misioneros.
11, 12 La digresión sirve para indicar la motivación para las peticiones de
Pablo a Dios acerca de sus lectores. Ya que la constancia en la vida cristiana
depende de la acción continua de la gracia de Dios y de la fe de su pueblo,
Pablo ora sin cesar para que Dios los capacite para demostrar la realidad de su
fe en acción y así hacerlos dignos de su llamado. Tal conducta llevará a la
alabanza ofrecida a Jesús, y su pueblo compartirá en la gloria y honor dados a
él. Es posible que aquí Pablo describa a Jesús como Dios y Señor (cf.
<450905>Romanos 9:5; <560213>Tito 2:13; <610111>2 Pedro 1:11).
2:1-17 INSTRUCCIONES SOBRE EL DIA DEL SEÑOR
La sección mayor de enseñanza de la carta es difícil de comprender por dos
razones. Primera, es la réplica de Pablo a los problemas que se habían
originado en la iglesia debido a mala interpretación de su enseñanza; y segunda,
el lenguaje que utiliza es enigmático para personas que no conocen lo que él
dijo oralmente a los lectores (5).
1, 2 El problema estaba enfocado en la venida del Señor Jesús, que apareció
tan centralmente en 1 Tesalonicenses Pablo había enseñado que estaba cerca,
posiblemente en su propio tiempo, y que implicaría el juntar al pueblo de Dios
de todo el mundo para permanecer con él desde ahí en adelante (cf. <520417>1
Tesalonicenses 4:17; <411327>Marcos 13:27). Ahora algunas personas estaban
diciendo que ya había llegado el día del Señor. Para ellos el “día” era como un
período extendido el cual culminaría en la venida del Señor, y probablemente
ellos consideraban su presente persecución (<530104>2 Tesalonicenses 1:4, 5) como
las últimas etapas de oposición al reino de Dios. Su enseñanza estaba
inquietando a las personas, creando agitación tanto como inseguridad, y sin
lugar a dudas distrayendo a los creyentes de su normal vivir. Para sostener su
discurso dijeron que Pablo mismo lo había enseñado, aunque él no estaba
seguro si ellos estaban citando un oráculo profético, una pieza de enseñanza
oral o una carta. Las palabras como si fuera nuestra son a menudo tomadas
para sugerir que estaba circulando una carta falsa de Pablo. Sin embargo, es
improbable que alguien haya producido cartas en el nombre de Pablo en esta
época. Es más probable que la frase se refiera a cualquier declaración de Pablo
de la cual pueden haber extraído falsas inferencias.
3, 4 La réplica de Pablo es dada para afirmar su enseñanza oral (v. 5) que el
día del Señor no puede venir antes que ciertos eventos hayan tenido lugar.
Mucho de lo que dice es un eco de la enseñanza de Jesús en el discurso
registrado en Marcos 13, y como Jesús previene con seriedad acerca de ser
confundido por la falsa enseñanza (<411305>Marcos 13:5). Podría ser que las
personas estaban siendo guiadas al error en cuanto al tiempo de la aparición del
Señor, o podrían confundir al Señor con un impostor (cf. <411306>Marcos 13:6, 21,
22). Otras cosas deben suceder primero, especialmente la apostasía y la
manifestación del hombre de iniquidad. Estos dos conceptos probablemente
pertenecen en forma unida; lo que el hombre de iniquidad hace constituye la
apostasía. Apostasía es un término que se usaba en la literatura judía para la
oposición a Dios (1 Mac. 2:15), y un gran estallido de maldad en el mundo en
contra de Dios fue un tema familiar. Una iglesia apóstata no es el pensamiento
primario aquí. El hombre de iniquidad es una forma heb. de expresión para
las personas sin ley” (v. 8), y de nuevo, sugiere oposición a Dios.
Probablemente está pensando en un hombre (posiblemente una “encarnación”
de Satanás), y aquí puede ser el mismo “anticristo” (<620218>1 Juan 2:18). Al decir
se manifieste, Pablo sugiere que su venida es una vil parodia de la venida o
revelación del Señor. Ya en este punto asegura a sus lectores que este hombre
está destinado para la destrucción antes de describir lo que él hará.
Básicamente se opondrá a toda religión y a Dios mismo, y se hará a sí mismo
un objeto de adoración (cf. el lenguaje con <271136>Daniel 11:36; no es
necesariamente una profecía de la misma persona). Que se siente (o intente
sentarse) en el templo de Dios es interpretado de diversas formas. Puede
significar que se sentará en el templo judío (destruido en el año 70 d. de J.C.) o
en un futuro templo reconstruido. También el templo puede ser una metáfora
para la iglesia. Es más probable, sin embargo, que la figura tomada de
<262802>Ezequiel 28:2, y que refleja la historia de Antíoco y Pompeyo cuando
ambos entraron al templo judío, se debe tomar metafóricamente como los
reclamos totalitarios del hombre rebelde.
5-7 A partir de la enseñanza previa dada por Pablo, los lectores ahora deben
ser capaces de recordar por qué el hombre de iniquidad no había aún
aparecido. El será revelado en el tiempo propicio, pero actualmente hay algo
(neutro en el v. 5, pero masculino en el v. 7) que lo detiene (o posiblemente
manteniéndolo alejado”). En el presente, a no dudarlo, la rebelión contra Dios
está en plena actividad, pero en una forma oculta, y esto permanecerá hasta
que la fuerza que lo retiene sea removida. Entonces, se implica, el rebelde
actuará abiertamente y el Señor vendrá para derrotarlo. Pero, ¿qué es esta
fuerza que lo detiene? Algunos la han tomado como refiriéndose al Imperio
Romano (o la fuerza de la ley y el orden representados por él). Otros piensan
que se refiere a Satanás o a alguna otra fuerza del mal la cual está actualmente
en el poder, pero se hará a un lado cuando se manifieste el hombre de
iniquidad. Otra interpretación indica que Dios mismo, a través de alguna
agencia celestial, el evangelio o la iglesia, refrena el poder del mal. (La literatura
judía se refiere a la restricción de los poderes satánicos mediante un ser
celestial hasta el fin del mundo, cf. <660701>Apocalipsis 7:1-3; 20:1-3). Aunque no
hay solución libre de dificultades, la última causa menos problemas. Hasta que
sea quitado de en medio obviamente no se refiere a que Dios sea obligado a
salir de la escena sino a su retiro de todo lo que refrena el poder del mal hasta
el momento de la batalla final.
8 Cuando el Señor aparezca el hombre de iniquidad será destruido. Se usa la
imagenería del AT para expresar el poder del Señor (<231104>Isaías 11:4). Calvino
sugirió que el soplo de su boca era simplemente su palabra. En cualquier caso,
no se describe una batalla literal. Resplandor (del gr. epifaneia) es una palabra
utilizada para la venida poderosa de Dios para juicio (cf. <100723>2 Samuel 7:23).
9-12 En el último punto que Pablo toca nos lleva a considerar otra vez al
hombre rebelde y constituye una advertencia importante. Su advenimiento (gr.
parousía) será una parodia satánica de algo real con toda clase de
manifestaciones impresionantes (cf. <661313>Apocalipsis 13:13) que imitan el poder
de Cristo y sus seguidores (cf. <451518>Romanos 15:18, 19), pero las mismas son
falsas e ilusorias. Estos acontecimientos desviarán al error a las personas que
están en camino a la destrucción, porque han cerrado sus mentes a la verdad
del evangelio que es lo único que puede salvarles; y así están abiertas a aceptar
tonterías. El triste final de los perdidos es en último lugar su propia
responsabilidad. Lo que Dios hace es confirmarlos en sus malos caminos,
haciéndolos resistentes a la verdad, la cual han rechazado, y sujetos a la
persuasión mediante mentiras. El fin de todo ello es el juicio, y otra vez se
enfatiza que esto viene cuando las personas se comprometen con el mal y
rechazan la verdad. Puede llegar al punto cuando una persona que ha
rechazado el evangelio ya no sea capaz de volverse de un curso que conduce
directamente a la destrucción.
13, 14 Aquí hay una advertencia a los creyentes a no iniciarse en un camino
que lleva al desastre. Ello, sin embargo, está eclipsado por la elocuente
convicción de Pablo de que esto no les pasaría a sus lectores. Cualquier
incertidumbre acerca de su propia salvación sería superada al considerar la
excelencia de su posición en Cristo. Pablo expresa sus comentarios en la forma
de otra oración-informe (vv. 13, 14). Piensa en sus lectores como amados del
Señor, eso es, de Jesús, que regresa para juzgar a los incrédulos. El se asocia
con el Padre que los ha escogido desde el principio para salvación. Este
principio ubica este acto en un pasado distante (cf. <490104>Efesios 1:4) y tiene el
efecto de sugerir que el plan fue hecho mucho tiempo atrás y no será alterado
ligeramente ahora. El plan fue llevado a cabo por la acción de Dios, aquí
llamado santificación (eso es, la separación de los lectores como pueblo de
Dios y la transformación de sus vidas por el poder de su Espíritu), y por la fe
de los lectores en el evangelio (contrastar v. 12). Para que estos dos procesos
complementarios puedan comenzar Dios llamó a los lectores en y a través de
la predicación del evangelio (cf. <520104>1 Tesalonicenses 1:4, 5; <480106>Gálatas 1:6,
7). El propósito final de este llamado es que a los creyentes se les pueda dar
una participación en la gloria de Cristo (cf. <450817>Romanos 8:17, 30).
15 Sobre la base de su fe Pablo anima a sus lectores a permanecer firmes, no
solamente al enfrentar la persecución (<520308>1 Tesalonicenses 3:8) sino también al
enfrentar la falsa doctrina. Ellos deben retener lo que Pablo les enseñó, tanto
durante su visita a Tesalónica como en sus cartas. Aquí probablemente Pablo
establece un contaste entre la correcta interpretación de su enseñanza y las
inferencias falsas que han sido extraídas de ella (<530202>2 Tesalonicenses 2:2). Lo
que Pablo les enseñó era lit. “transmisiones” [gr. paradosis, “lo que se
transmite de una generación a otra”], una palabra que comunica el hecho de
que la enseñanza paulina estaba basada en lo que a él mismo le había sido
enseñado, la fe común de los primeros cristianos (cf. <461503>1 Corintios 15:3).
16, 17 El futuro de los tesalonicenses dependía no solamente de la obra de
Dios y la respuesta de ellos, sino también de las oraciones de sus amigos. Pablo
respalda su exhortación con una oración expresada en tercera persona (cf.
<520311>1 Tesalonicenses 3:11-13). Esto conlleva incidentalmente a que Jesús
(nombrado primero) y el Padre son la fuente unida de las bendiciones
espirituales. Recuerda a los lectores que Dios les ama y que así les ha dado
aliento y esperanza para el futuro, a pesar de los eventos temibles mencionados
inicialmente en el capítulo. Pide a Dios que continúe alentándolos en sus
corazones y los haga resueltos en el actuar y en el hablar en maneras que
demuestren la realidad de su fe.
La enseñanza de Pablo en este capítulo advierte a sus lectores que el fin no está
tan cerca como ellos pensaban, y los anima a permanecer firmes a pesar de los
eventos terribles por venir. Su mensaje para los cristianos de hoy es que no
deberían estar interesados en identificar las “señales del fin”, sino en estar
alertas en asuntos morales y espirituales que surgen en tiempos de persecución,
y en la tentación a abandonar la fe en el Señor y en su venida.
3:1-16 INSTRUCCIONES PARA LA VIDA EN LA IGLESIA
Sigue una serie de instrucciones generales para la vida y misión de la iglesia.
Hay dos temas principales: la oración por la misión de Pablo (vv. 1-5) y el
peligro de la pereza (vv. 6-16).
1-5 Por lo demás no es necesariamente una señal de que la carta va a concluir
inmediatamente, sino que indica una transición hacia un nuevo tema. Pablo
repite su pedido en cuanto a la oración (cf. <520525>1 Tesalonicenses 5:25). Aquí
está motivado por las continuas necesidades de que el evangelio se expanda
veloz y victoriosamente como un corredor de carreras en un estadio. Esta figura
ya fue aplicada a la palabra de Dios en el <19e715>Salmo 147:15. La palabra es
glorificada cuando las personas la reciben con fe y acción de gracias. Otro
pedido por la oración es que Pablo mismo sea librado de hombres perversos y
malos (cf. <451531>Romanos 15:31); probablemente estaba pensando en la
oposición de los judíos (cf. <520216>1 Tesalonicenses 2:16). Quizás el obvio
comentario porque no es de todos la fe indica el porqué hay oposición al
evangelio, prepara el camino para la declaración de Pablo de que los lectores
mismos necesitan, y recibirán, la fuerza para superar sus propios problemas.
Detrás de las varias formas de oposición a sus lectores, Pablo ve la figura de
Satanás, el mal. Con esta afirmación de la fidelidad de Dios para con su pueblo
en mente, Pablo puede expresar su confianza en que los lectores harán lo que
les manda. Lo que os mandamos puede referirse a las instrucciones de Pablo
en general, o quizás al pedido específico de que oren por él. Luego sigue otra
oración en tercera persona para que los tesalonicenses muestren en sus vidas la
misma clase de amor que Dios les mostró, y la misma constancia que Cristo
mostró.
6-10 La segunda sección se dirige a un tema que surgió previamente en <520411>1
Tesalonicenses 4:11, 12; 5:14. Aclara que el problema de ciertos miembros
que vivían de la generosidad de otros hace regresar al tiempo en que la iglesia
fue fundada (10). Evidentemente, allí había personas que estaban viviendo en el
límite mismo de la pobreza y esperaban la ayuda de los más pudientes. La
creencia de que el día del Señor había venido puede haber animado su actitud.
Esta forma de vida estaba dando a la iglesia una mala fama y, por lo tanto,
Pablo la ataca firmemente. El v. 6 comienza con un mandato contundente (cf.
<520411>1 Tesalonicenses 4:11), respaldado por la autoridad del Señor, de que los
miembros de la iglesia deben evitar a los que tienen una conducta indigna. Los
últimos no deben ser privados de su lugar en la iglesia, pero debe haber un
cierto distanciarse de ellos para que así reconozcan que su conducta no es
aceptable o de acuerdo con la enseñanza establecida en la iglesia por mano de
Pablo (<520401>1 Tesalonicenses 4:1, 2). Esta enseñanza estaba ilustrada
concretamente en el estilo de vida de Pablo y sus colegas de ministerio cuya
conducta se ofrece aquí como un ejemplo a seguir. Los misioneros no vivían de
una forma desordenada o de manera ociosa (cf. 2 Tesalonicenses 5:14, nota),
y por lo tanto no necesitaron recibir dones o alimentos de la iglesia. Ni hemos
comido de balde el pan de nadie puede sugerir que ellos no tenían que
pagarles nada por sus servicios. Sin embargo, es más probable que Pablo
indique que no quiso recibir ayuda o donaciones de alimentos de la iglesia, sino
que iban a los almacenes y compraban lo que necesitaban. No es necesario
decir que esto no significa que los misioneros rechazaran rígidamente la
hospitalidad cuando se les ofrecía. Más bien, habían trabajado duro para evitar
ser un estorbo a otras personas (cf. <520209>1 Tesalonicenses 2:9). Esto fue a pesar
del hecho de que Pablo creyó firmemente y enseñó que las iglesias tenían una
obligación de proveer sustento a sus maestros (<520206>1 Tesalonicenses 2:6b;
<460904>1 Corintios 9:4-6; <480606>Gálatas 6:6). A causa de la situación en Tesalónica
Pablo se privó de este privilegio. Había así más que una razón por la que Pablo
trabajaba con sus manos mientras ejercía su trabajo misionero. Su ejemplo
estaba de acuerdo con las instrucciones que él dio (el tiempo del verbo utilizado
sugiere “repetidamente”). Aunque el mandato tiene la forma de una instrucción
a los creyentes pudientes de no dar bienes a los hambrientos ociosos, es
principalmente una advertencia para los últimos. Vale la pena repetir que el
dicho, tipo de proverbio, se aplica a los que no están dispuestos a trabajar, no
a aquellos que no tienen oportunidad, y por lo tanto no es un argumento contra
la provisión social para los desempleados.
11, 12 La forma curiosa del v. 11 hemos oído que... es una manera de hablar
directamente a cualquier persona de esa categoría sin mencionar nombres
(probablemente Pablo sabía quienes eran las personas). En vez de trabajar,
estaban estorbando a otros en su trabajo. Severamente se les manda, otra vez
en la autoridad del Señor, que eviten ser molestia a otras personas (cf. <520411>1
Tesalonicenses 4:11), y que trabajen duramente de tal manera que puedan
comprar lo que necesitan. Todo ello ha sido muy bien resumido por William
Neil: “Dejad de protestar, de ser perezosos, de aprovecharos.”
13 Entonces, por contraste, Pablo se dirigió al resto de la iglesia y, a pesar del
peligro de que los ociosos se aprovechen de ellos, les dice no os canséis de
hacer el bien (cf. <480609>Gálatas 6:9). En este contexto seguramente significa que
no deben cesar de ayudar a los necesitados aun si algunos se aprovecharan de
ellos.
14-16 No obstante, a pesar de las repetidas instrucciones de Pablo en esta
carta, era posible que algunos continuaran en una forma de vida discorde con el
evangelio. En este caso la disciplina debía ser usada como último recurso. Un
ofensor debe ser señalado, una expresión un tanto vaga, que no llega tan lejos
como para significar que la persona sea separada de la iglesia (quizás se
parezca más a cuando un árbitro muestra a un jugador una tarjeta amarilla,
como advertencia). No debía haber compañerismo con tal persona. A la luz de
<460509>1 Corintios 5:9-11 lo más probable es que se refiera a la exclusión de las
comidas en común que tenían un significado especial en la vida de la iglesia. Tal
exclusión, sin embargo, era considerada como un remedio para hacer que las
personas experimentaran un sentimiento de vergüenza y guiarlas así a un
arrepentimiento. Ello es enfatizado en que el acto de disciplinar no debe
conducir a la intrusión de cualquier rencor y actitudes de hostilidad. Las
personas que han sido disciplinadas son hermanos y hermanas y el objetivo
debe ser la amonestación (antes que la advertencia) a ellos. El procedimiento
así debe ser llevado a cabo en lo posible en un espíritu de amor por el bien del
ofensor. Al mismo tiempo la vida ética de la iglesia no debe ser comprometida.
Es sorprendente que Pablo concluya una sección que trata una incipiente causa
de tensión en la iglesia con una bendición-oración para que Dios bendiga a los
lectores. El lenguaje nos recuerda <520523>1 Tesalonicenses 5:23, pero aquí, como
en otras partes en esta carta, Pablo reemplaza “Dios” con el Señor (eso es,
Jesús). Paz es un deseo apropiado aquí; el término incluye, pero no está
limitado a, la ausencia de lucha y desorden.
3:17, 18 SALUDOS FINALES
Siguiendo la costumbre normal, Pablo toma la pluma de su escriba para anotar
este saludo. Estas palabras son en sí mismas un saludo. El saludo de la propia
mano de Pablo era una marca distintiva de que las cartas eran suyas, y por lo
tanto la enseñanza e instrucción en ella lleva su autoridad (cf. <520527>1
Tesalonicenses 5:27; <461602>1 Corintios 16:21-23; <480611>Gálatas 6:11, por
comentarios similares). Es más improbable que con esto se quiera distinguir
esta carta de falsificaciones extrañas, porque ¿quién falsificaría cartas paulinas
en esta época tan temprana?
18 La bendición con que concluye es idéntica a la de <520528>1 Tesalonicenses
5:28, con el agregado de todos: ni los seguidores de enseñanzas erróneas, ni los
ociosos, están excluidos de la gracia del Señor.
I. Howard Marshall

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