INTRODUCCIÓN
El
lenguaje y contenido de la segunda carta son muy cercanos a los de 1
Tesalonicenses,
lo que sugiere que fue escrita no mucho tiempo después.
Continúa
el mismo modelo general. Desde el cap. 1 aparece aquella situación
de
oposición desde afuera que debió haber empeorado. El lenguaje
punzante
de
Pablo también puede sugerir que él mismo era objeto de ataque
particular
desde
afuera de la iglesia (ver <530302>530302>2
Tesalonicenses 3:2). Este incremento en la
oposición
pudo haber sido parte de la razón por la que se desarrolló un grupo
en
la iglesia que creía que estaban viviendo en los últimos tiempos.
Reclamaban
apoyo
para su creencia a partir de alguna declaración que Pablo mismo
proporcionó.
Pablo repudió esta declaración (o más probablemente las
cuestionables
inferencias deducidas de ella), y argumentó que varios eventos
tenían
todavía que suceder antes del regreso del Señor. En la parte final
de la
carta
encontramos evidencia de que algunos miembros de la iglesia estaban
aprovechándose
de la hospitalidad de otros y viviendo perezosamente a sus
expensas.
Aunque no hay una conexión explícita, es difícil no creer que la
“apocalíptica”
conmoción reflejada en el cap. 2 contribuyó a esta situación.
Pablo
utilizó palabras fuertes de censura ya que creyó firmemente que,
hasta
donde
fuera posible, los cristianos debían trabajar para vivir.
Estos
puntos determinan la estructura de la carta. Como en 1 Tesalonicenses
los
saludos iniciales (<530101>530101>2
Tesalonicenses 1:1, 2) están seguidos por una
oración-informe
que también funciona como estímulo y enseñanza: La iglesia
estaba
sufriendo oposición, pero la soportaba con firmeza, y Pablo asegura
a
los
creyentes que Dios juzgaría a aquellos que se oponían y preparó a
la iglesia
para
compartir su gloria cuando Cristo venga (<530103>530103>2
Tesalonicenses 1:3-12). El
centro
de la carta es la enseñanza sobre la venida de Cristo, dirigida
contra las
personas
que estaban aseverando que los últimos días (en el sentido de que
el
período
final de la historia) habían comenzado. Pablo enseña que un período
de
oposición
satánica a Dios, en una escala sin paralelo, precederá el regreso
de
Cristo;
mientras tanto, la iglesia, consciente de que es el objeto de
elección de
la
gracia de Dios y que depende de su fortaleza, debe mantenerse firme
hasta el
fin
(<530201>530201>2
Tesalonicenses 2:1-17). Finalmente, hay una exhortación: se le pide
a
la
iglesia que ore por Pablo y se reconviene a los cris- tianos que han
abandonado
su trabajo diario y viven a expensas de sus amigos bondadosos.
Pablo
condena fuertemente esta ociosidad y la consiguiente molestia que
traen
los
haraganes (<530301>530301>2
Tesalonicenses 3:1-16). Hay un breve saludo de cierre
(<530317>530317>2
Tesalonicenses 3:17, 18).
Estos
comentarios sobre 2 Tesalonicenses han sido hechos en términos del
ostensible
contexto histórico del documento como una carta genuina de Pablo a
la
iglesia en Tesalónica. En vista de esta situación, tenemos que
asumir que en el
período
posterior a aquel en que se escribió 1 Tesalonicenses se había
desarrollado
una clase de “fervor apocalíptico” en la iglesia, cuyo origen
puede
ser
detectado en 1 Tesalonicenses Pablo no trata de castigar directa o
indirectamente
a un grupo de oponentes, como en algunas otras cartas; sino
que
escribe a creyentes que se han extraviado por una interpretación
equivocada
de su enseñanza.
Tal
situación parece ser muy plausible aunque muchos comentaristas están
en
desacuerdo.
Detectan un agudo contraste entre el énfasis de la cercana segunda
venida
en 1 Tesalonicenses y el énfasis del “todavía no” de 2
Tesalonicenses
Este
hecho entonces los alerta a otra peculiar característica: detectan
la falta de
alusiones
concretas, personales, la peculiar repetición de frases que forman 1
Tesalonicenses,
algunas diferencias de lenguaje y pensamiento, etc. Numerosos
eruditos
piensan que estas diferencias son incompatibles con la comprensión
tradicional
de la carta como paulina. Consideran que intentar solucionar algunos
de
los problemas señalando que las cartas estaban escritas en orden
cronológico
inverso, o que son composiciones de fragmentos originalmente
escritos
en un orden diferente, parece ser inadecuado. La única solución que
hará
justicia a estas peculiaridades, así se argumentó, es que la carta
es una
composición
tardía de otro escritor que deseaba usar el nombre de Pablo para
corregir
su enseñanza o las falsas inferencias surgidas de esta, quizás aun
sosteniendo
que solo esta carta era la auténtica (ver <530307>530307>2
Tesalonicenses 3:7)
y
que 1 Tesalonicenses debía ser rechazada. La mayor debilidad de este
argumento
es que sus proponentes no han ofrecido una reconstrucción
convincente
de las circunstancias en las que la carta pudo haber sido
compuesta
y dirigida a Tesalónica en particular. Otra vez, el lenguaje
utilizado
para
refutar la pretensión de que el día del Señor había llegado es
tan
enigmática
que resulta difícil pensar que un escritor tardío pudiera
expresarse
de
esta forma y al mismo tiempo ser convincente a sus lectores. Aunque
hay
algunas
rarezas en el lenguaje, estructura y pensamiento de la carta, es
justo
decir
que las dificultades en considerar la carta escrita por algún otro
que no
sea
Pablo son grandes.
EL
MENSAJE DE LAS CARTAS
Ambas
cartas contienen enseñanza amplia sobre el evangelio y el carácter
de
una
joven iglesia la cual puede ser desarrollada para mostrar cómo los
cristianos
deberían vivir y testificar hoy. Sin embargo, algunos cristianos
contemporáneos,
conscientes de un largo —y ya prolongado— período de
historia
de la iglesia, pueden sentir que el encuadre de la teología de Pablo
con
su
énfasis en la futura venida del Señor, y sobre todo el sentido de
su cercanía
con
todas las implicaciones que esta trae para el vivir cristiano, es
poco realista.
Todavía
los cristianos hoy pueden fácilmente asumir la permanencia e
independencia
de su existencia colectiva propia en un universo seguro y fallar
en
darse cuenta de que en todo momento dependen de la misericordia del
Señor
y viven en la luz de su venida. Si Dios alteró el esquema
espacio-tiempo
del
universo al venir en la persona de su Hijo encarnado, seguramente
puede y
llevará
la historia humana a su consumación, una intervención futura para
establecer
su eterno reino de justicia, paz y amor. Pablo también señala que
ser
cristiano
no quiere decir dejar pasar el tiempo ociosamente esperando que el
Señor
venga. Por el contrario, se deben preparar para su venida mostrando
las
cualidades
del vivir cristiano, fe, amor y esperanza.
BOSQUEJO
DEL CONTENIDO
<530101>530101>2
Tesalonicenses 1:1, 2——Saludos iniciales
<530103>530103>2
Tesalonicenses 1:3-12——Agradecimientos iniciales
<530201>530201>2
Tesalonicenses 2:1-17——Instrucciones sobre el día del Señor
<530301>530301>2
Tesalonicenses 3:1-16——Instrucciones para la vida en la iglesia
<530317>530317>2
Tesalonicenses 3:17, 18——Saludos finales
COMENTARIO
1:1,
2 SALUDOS INICIALES
El
saludo es, como podría esperarse, muy similar a aquel en 1
Tesalonicenses,
pero
aquí Pablo habla de Dios como nuestro
Padre,
y explícitamente nombra
al
Padre y al Señor Jesús como fuentes de gracia y paz (ver también
el artículo
“Leyendo
las epístolas”).
1:3-12
AGRADECIMIENTOS INICIALES
Con
una oración-informe Pablo comienza una carta de estímulo a la
iglesia que
enfrentaba
presión hostil de gente de afuera. Principia con palabras que traen
reminiscencias
de <520102>520102>1
Tesalonicenses 1:2, 3 y muestra que la iglesia estaba
creciendo
en cualidades cristianas básicas, por lo que su acción de gracias
no
era
una hueca formalidad. En cambio, le dio base para hablar bien de
ellos
entre
las otras iglesias, por su constancia en enfrentar la persecución.
Así Pablo
los
puso como ejemplo para estimular a otras iglesias que atravesaban por
una
situación
similar.
5
Luego
Pablo se aparta de su oración-informe para comentar sobre el
significado
de la situación. La justicia de Dios en el tiempo presente se ve en
el
doble
resultado de la persecución. Los dos resultados se mencionan en los
vv.
5-10.
Por
otro lado, el juicio de Dios se ve en la suerte que corren aquellos
que
persiguen
a su pueblo (vv. 6, 8, 9). En la venida del Señor Jesús recibirán
el
tratamiento
que le dieron a otros. En esta forma Dios hace justicia a su propio
pueblo
contra sus opresores y también deja claro que aquellos que
no
obedecen
el evangelio caen
bajo su juicio. Debería notarse que el pueblo de
Dios
no debe vengarse por sí mismo de aquellos que lo atacan
(<451217>451217>Romanos
12:17-21),
y que la acción de Dios no es una de tomar venganza sino para
establecer
la justicia. Dios no puede ser acusado de actuar injustamente o de
carecer
de misericordia para con ellos. Los que son juzgados son aquellos que
han
rechazado un evangelio cuyo contenido es “Cuando éramos enemigos,
fuimos
reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” (<450510>450510>Romanos
5:10);
han
rechazado la amorosa oferta de Dios. El lenguaje tradicional de llama
de
fuego
(<020302>020302>Éxodo
3:2; <236615>236615>Isaías
66:15) expresa simbólicamente la venida de
Dios
en juicio tanto para gentiles que (obstinadamente) no
han conocido a
Dios
y
judíos que (también obstinadamente) no obedecen el evangelio. La
eterna
perdición está
enlazada con exclusión de la presencia del Señor y de
compartir
su gloria (cf.
<230210>230210>Isaías
2:10. Pablo, como en otros lugares, aplica un
texto
del AT sobre Jehovah a Jesús).
Por
otro lado, hay una vindicación para el pueblo de Dios (5, 7, 10). Si
soportan
la persecución, él los considera dignos de entrar a su reino (en el
futuro,
como en <520212>520212>1
Tesalonicenses 2:12), y él estima sólo justo el
garantizarles
alivio de sus sufrimientos, al igual que los misioneros perseguidos
(ver
<530302>530302>2
Tesalonicenses 3:2), en la parusía
de
Jesús. Las bendiciones de
Dios
están asociadas así con Cristo cuando venga con sus ángeles (cf.
<520313>520313>1
Tesalonicenses
3:13). Será rodeado por su santo pueblo y glorificado por ellos
(más
tarde se muestra que comparten en su gloria; ver 12; 2:14). Serán
llenados
de admiración, compartiendo la ocasión precisamente porque han
aceptado
y han creído al testimonio del evangelio dado por los misioneros.
11,
12 La
digresión sirve para indicar la motivación para las peticiones de
Pablo
a Dios acerca de sus lectores. Ya que la constancia en la vida
cristiana
depende
de la acción continua de la gracia de Dios y de la fe de su pueblo,
Pablo
ora sin cesar para que Dios los capacite para demostrar la realidad
de su
fe
en acción y así hacerlos dignos de su llamado. Tal conducta llevará
a la
alabanza
ofrecida a Jesús, y su pueblo compartirá en la gloria y honor dados
a
él.
Es posible que aquí Pablo describa a Jesús como Dios y Señor (cf.
<450905>450905>Romanos
9:5; <560213>560213>Tito
2:13; <610111>610111>2
Pedro 1:11).
2:1-17
INSTRUCCIONES SOBRE EL DIA DEL SEÑOR
La
sección mayor de enseñanza de la carta es difícil de comprender
por dos
razones.
Primera, es la réplica de Pablo a los problemas que se habían
originado
en la iglesia debido a mala interpretación de su enseñanza; y
segunda,
el
lenguaje que utiliza es enigmático para personas que no conocen lo
que él
dijo
oralmente a los lectores (5).
1,
2 El
problema estaba enfocado en la venida del Señor Jesús, que apareció
tan
centralmente en 1 Tesalonicenses Pablo había enseñado que estaba
cerca,
posiblemente
en su propio tiempo, y que implicaría el juntar al pueblo de Dios
de
todo el mundo para permanecer con él desde ahí en adelante (cf.
<520417>520417>1
Tesalonicenses
4:17; <411327>411327>Marcos
13:27). Ahora algunas personas estaban
diciendo
que ya había llegado
el día del Señor. Para
ellos el “día” era como un
período
extendido el cual culminaría en la venida del Señor, y
probablemente
ellos
consideraban su presente persecución (<530104>530104>2
Tesalonicenses 1:4, 5) como
las
últimas etapas de oposición al reino de Dios. Su enseñanza estaba
inquietando
a las personas, creando agitación tanto como inseguridad, y sin
lugar
a dudas distrayendo a los creyentes de su normal vivir. Para sostener
su
discurso
dijeron que Pablo mismo lo había enseñado, aunque él no estaba
seguro
si ellos estaban citando un oráculo profético, una pieza de
enseñanza
oral
o una carta. Las palabras como
si fuera nuestra son
a menudo tomadas
para
sugerir que estaba circulando una carta falsa de Pablo. Sin embargo,
es
improbable
que alguien haya producido cartas en el nombre de Pablo en esta
época.
Es más probable que la frase se refiera a cualquier declaración de
Pablo
de
la cual pueden haber extraído falsas inferencias.
3,
4 La
réplica de Pablo es dada para afirmar su enseñanza oral (v. 5) que
el
día
del Señor no puede venir antes que ciertos eventos hayan tenido
lugar.
Mucho
de lo que dice es un eco de la enseñanza de Jesús en el discurso
registrado
en Marcos 13, y como Jesús previene con seriedad acerca de ser
confundido
por la falsa enseñanza (<411305>411305>Marcos
13:5). Podría ser que las
personas
estaban siendo guiadas al error en cuanto al tiempo de la aparición
del
Señor,
o podrían confundir al Señor con un impostor (cf.
<411306>411306>Marcos
13:6, 21,
22).
Otras cosas deben suceder primero, especialmente la apostasía
y
la
manifestación
del hombre
de iniquidad. Estos
dos conceptos probablemente
pertenecen
en forma unida; lo que el hombre de iniquidad hace constituye la
apostasía.
Apostasía
es
un término que se usaba en la literatura judía para la
oposición
a Dios (1 Mac. 2:15), y un gran estallido de maldad en el mundo en
contra
de Dios fue un tema familiar. Una iglesia apóstata no es el
pensamiento
primario
aquí. El
hombre de iniquidad es
una forma heb. de expresión para
“las
personas sin ley” (v. 8), y de nuevo, sugiere oposición a Dios.
Probablemente
está pensando en un hombre (posiblemente una “encarnación”
de
Satanás), y aquí puede ser el mismo “anticristo” (<620218>620218>1
Juan 2:18). Al decir
se
manifieste, Pablo
sugiere que su venida es una vil parodia de la venida o
revelación
del Señor. Ya en este punto asegura a sus lectores que este hombre
está
destinado para la destrucción antes de describir lo que él hará.
Básicamente
se opondrá a toda religión y a Dios mismo, y se hará a sí mismo
un
objeto de adoración (cf.
el
lenguaje con <271136>271136>Daniel
11:36; no es
necesariamente
una profecía de la misma persona). Que se siente (o intente
sentarse)
en
el templo de Dios es
interpretado de diversas formas. Puede
significar
que se sentará en el templo judío (destruido en el año 70 d. de
J.C.) o
en
un futuro templo reconstruido. También el templo puede ser una
metáfora
para
la iglesia. Es más probable, sin embargo, que la figura tomada de
<262802>262802>Ezequiel
28:2, y que refleja la historia de Antíoco y Pompeyo cuando
ambos
entraron al templo judío, se debe tomar metafóricamente como los
reclamos
totalitarios del hombre rebelde.
5-7
A
partir de la enseñanza previa dada por Pablo, los lectores ahora
deben
ser
capaces de recordar por qué el hombre de iniquidad no había aún
aparecido.
El será revelado en el tiempo propicio, pero actualmente hay algo
(neutro
en el v. 5, pero masculino en el v. 7) que
lo detiene (o
posiblemente
“manteniéndolo
alejado”). En el presente, a no dudarlo, la rebelión contra Dios
está
en plena actividad, pero en una forma oculta, y esto permanecerá
hasta
que
la fuerza que lo retiene sea removida. Entonces, se implica, el
rebelde
actuará
abiertamente y el Señor vendrá para derrotarlo. Pero, ¿qué es
esta
fuerza
que lo detiene? Algunos la han tomado como refiriéndose al Imperio
Romano
(o la fuerza de la ley y el orden representados por él). Otros
piensan
que
se refiere a Satanás o a alguna otra fuerza del mal la cual está
actualmente
en
el poder, pero se hará a un lado cuando se manifieste el hombre de
iniquidad.
Otra interpretación indica que Dios mismo, a través de alguna
agencia
celestial, el evangelio o la iglesia, refrena el poder del mal. (La
literatura
judía
se refiere a la restricción de los poderes satánicos mediante un
ser
celestial
hasta el fin del mundo, cf.
<660701>660701>Apocalipsis
7:1-3; 20:1-3). Aunque no
hay
solución libre de dificultades, la última causa menos problemas.
Hasta
que
sea
quitado de en medio obviamente
no se refiere a que Dios sea obligado a
salir
de la escena sino a su retiro de todo lo que refrena el poder del mal
hasta
el
momento de la batalla final.
8
Cuando
el Señor aparezca el hombre de iniquidad será destruido. Se usa la
imagenería
del AT para expresar el poder del Señor (<231104>231104>Isaías
11:4). Calvino
sugirió
que el
soplo de su boca era
simplemente su palabra. En cualquier caso,
no
se describe una batalla literal. Resplandor (del gr. epifaneia)
es una palabra
utilizada
para la venida poderosa de Dios para juicio (cf.
<100723>100723>2
Samuel 7:23).
9-12
En
el último punto que Pablo toca nos lleva a considerar otra vez al
hombre
rebelde y constituye una advertencia importante. Su advenimiento (gr.
parousía)
será una parodia satánica de algo real con toda clase de
manifestaciones
impresionantes (cf.
<661313>661313>Apocalipsis
13:13) que imitan el poder
de
Cristo y sus seguidores (cf.
<451518>451518>Romanos
15:18, 19), pero las mismas son
falsas
e ilusorias. Estos acontecimientos desviarán al error a las personas
que
están
en camino a la destrucción, porque han cerrado sus mentes a la
verdad
del
evangelio que es lo único que puede salvarles; y así están
abiertas a aceptar
tonterías.
El triste final de los perdidos es en último lugar su propia
responsabilidad.
Lo que Dios hace es confirmarlos en sus malos caminos,
haciéndolos
resistentes a la verdad, la cual han rechazado, y sujetos a la
persuasión
mediante mentiras. El fin de todo ello es el juicio, y otra vez se
enfatiza
que esto viene cuando las personas se comprometen con el mal y
rechazan
la verdad. Puede llegar al punto cuando una persona que ha
rechazado
el evangelio ya no sea capaz de volverse de un curso que conduce
directamente
a la destrucción.
13,
14 Aquí
hay una advertencia a los creyentes a no iniciarse en un camino
que
lleva al desastre. Ello, sin embargo, está eclipsado por la
elocuente
convicción
de Pablo de que esto no les pasaría a sus lectores. Cualquier
incertidumbre
acerca de su propia salvación sería superada al considerar la
excelencia
de su posición en Cristo. Pablo expresa sus comentarios en la forma
de
otra oración-informe (vv. 13, 14). Piensa en sus lectores como
amados
del
Señor,
eso
es, de Jesús, que regresa para juzgar a los incrédulos. El se
asocia
con
el Padre que los ha escogido
desde el principio para salvación. Este
principio
ubica
este acto en un pasado distante (cf.
<490104>490104>Efesios
1:4) y tiene el
efecto
de sugerir que el plan fue hecho mucho tiempo atrás y no será
alterado
ligeramente
ahora. El plan fue llevado a cabo por la acción de Dios, aquí
llamado
santificación
(eso
es, la separación de los lectores como pueblo de
Dios
y la transformación de sus vidas por el poder de su Espíritu),
y por la fe
de
los lectores en el evangelio (contrastar v. 12). Para que estos dos
procesos
complementarios
puedan comenzar Dios llamó
a
los lectores en y a través de
la
predicación del evangelio (cf.
<520104>520104>1
Tesalonicenses 1:4, 5; <480106>480106>Gálatas
1:6,
7).
El propósito final de este llamado es que a los creyentes se les
pueda dar
una
participación en la gloria de Cristo (cf.
<450817>450817>Romanos
8:17, 30).
15
Sobre
la base de su fe Pablo anima a sus lectores a permanecer firmes, no
solamente
al enfrentar la persecución (<520308>520308>1
Tesalonicenses 3:8) sino también al
enfrentar
la falsa doctrina. Ellos deben retener lo que Pablo les enseñó,
tanto
durante
su visita a Tesalónica como en sus cartas. Aquí probablemente Pablo
establece
un contaste entre la correcta interpretación de su enseñanza y las
inferencias
falsas que han sido extraídas de ella (<530202>530202>2
Tesalonicenses 2:2). Lo
que
Pablo les enseñó era lit. “transmisiones” [gr. paradosis,
“lo que se
transmite
de una generación a otra”], una palabra que comunica el hecho de
que
la enseñanza paulina estaba basada en lo que a él mismo le había
sido
enseñado,
la fe común de los primeros cristianos (cf.
<461503>461503>1
Corintios 15:3).
16,
17 El
futuro de los tesalonicenses dependía no solamente de la obra de
Dios
y la respuesta de ellos, sino también de las oraciones de sus
amigos. Pablo
respalda
su exhortación con una oración expresada en tercera persona (cf.
<520311>520311>1
Tesalonicenses 3:11-13). Esto conlleva incidentalmente a que Jesús
(nombrado
primero) y el Padre son la fuente unida de las bendiciones
espirituales.
Recuerda a los lectores que Dios les ama y que así les ha dado
aliento
y esperanza para el futuro, a pesar de los eventos temibles
mencionados
inicialmente
en el capítulo. Pide a Dios que continúe alentándolos en sus
corazones
y los haga resueltos en el actuar y en el hablar en maneras que
demuestren
la realidad de su fe.
La
enseñanza de Pablo en este capítulo advierte a sus lectores que el
fin no está
tan
cerca como ellos pensaban, y los anima a permanecer firmes a pesar de
los
eventos
terribles por venir. Su mensaje para los cristianos de hoy es que no
deberían
estar interesados en identificar las “señales del fin”, sino en
estar
alertas
en asuntos morales y espirituales que surgen en tiempos de
persecución,
y
en la tentación a abandonar la fe en el Señor y en su venida.
3:1-16
INSTRUCCIONES PARA LA VIDA EN LA IGLESIA
Sigue
una serie de instrucciones generales para la vida y misión de la
iglesia.
Hay
dos temas principales: la oración por la misión de Pablo (vv. 1-5)
y el
peligro
de la pereza (vv. 6-16).
1-5
Por
lo demás no
es necesariamente una señal de que la carta va a concluir
inmediatamente,
sino que indica una transición hacia un nuevo tema. Pablo
repite
su pedido en cuanto a la oración (cf.
<520525>520525>1
Tesalonicenses 5:25). Aquí
está
motivado por las continuas necesidades de que el evangelio se expanda
veloz
y victoriosamente como un corredor de carreras en un estadio. Esta
figura
ya
fue aplicada a la palabra de Dios en el <19e715>19e715>Salmo
147:15. La palabra es
glorificada
cuando
las personas la reciben con fe y acción de gracias. Otro
pedido
por la oración es que Pablo mismo sea librado de hombres perversos y
malos
(cf.
<451531>451531>Romanos
15:31); probablemente estaba pensando en la
oposición
de los judíos (cf.
<520216>520216>1
Tesalonicenses 2:16). Quizás el obvio
comentario
porque
no es de todos la fe indica
el porqué hay oposición al
evangelio,
prepara el camino para la declaración de Pablo de que los lectores
mismos
necesitan, y recibirán, la fuerza para superar sus propios
problemas.
Detrás
de las varias formas de oposición a sus lectores, Pablo ve la figura
de
Satanás,
el mal.
Con
esta afirmación de la fidelidad de Dios para con su pueblo
en
mente, Pablo puede expresar su confianza en que los lectores harán
lo que
les
manda. Lo
que os mandamos puede
referirse a las instrucciones de Pablo
en
general, o quizás al pedido específico de que oren por él. Luego
sigue otra
oración
en tercera persona para que los tesalonicenses muestren en sus vidas
la
misma
clase de amor que Dios les mostró, y la misma constancia que Cristo
mostró.
6-10
La
segunda sección se dirige a un tema que surgió previamente en
<520411>520411>1
Tesalonicenses
4:11, 12; 5:14. Aclara que el problema de ciertos miembros
que
vivían de la generosidad de otros hace regresar al tiempo en que la
iglesia
fue
fundada (10). Evidentemente, allí había personas que estaban
viviendo en el
límite
mismo de la pobreza y esperaban la ayuda de los más pudientes. La
creencia
de que el día del Señor había venido puede haber animado su
actitud.
Esta
forma de vida estaba dando a la iglesia una mala fama y, por lo
tanto,
Pablo
la ataca firmemente. El v. 6 comienza con un mandato contundente (cf.
<520411>520411>1
Tesalonicenses 4:11), respaldado por la autoridad del Señor, de que
los
miembros
de la iglesia deben evitar a los que tienen una conducta indigna. Los
últimos
no deben ser privados de su lugar en la iglesia, pero debe haber un
cierto
distanciarse de ellos para que así reconozcan que su conducta no es
aceptable
o de acuerdo con la enseñanza establecida en la iglesia por mano de
Pablo
(<520401>520401>1
Tesalonicenses 4:1, 2). Esta enseñanza estaba ilustrada
concretamente
en el estilo de vida de Pablo y sus colegas de ministerio cuya
conducta
se ofrece aquí como un ejemplo a seguir. Los misioneros no vivían
de
una
forma desordenada o de manera ociosa (cf.
2
Tesalonicenses 5:14, nota),
y
por lo tanto no necesitaron recibir dones o alimentos de la iglesia.
Ni
hemos
comido
de balde el pan de nadie puede
sugerir que ellos no tenían que
pagarles
nada por sus servicios. Sin embargo, es más probable que Pablo
indique
que no quiso recibir ayuda o donaciones de alimentos de la iglesia,
sino
que
iban a los almacenes y compraban lo que necesitaban. No es necesario
decir
que esto no significa que los misioneros rechazaran rígidamente la
hospitalidad
cuando se les ofrecía. Más bien, habían trabajado duro para evitar
ser
un estorbo a otras personas (cf.
<520209>520209>1
Tesalonicenses 2:9). Esto fue a pesar
del
hecho de que Pablo creyó firmemente y enseñó que las iglesias
tenían una
obligación
de proveer sustento a sus maestros (<520206>520206>1
Tesalonicenses 2:6b;
<460904>460904>1
Corintios 9:4-6; <480606>480606>Gálatas
6:6). A causa de la situación en Tesalónica
Pablo
se privó de este privilegio. Había así más que una razón por la
que Pablo
trabajaba
con sus manos mientras ejercía su trabajo misionero. Su ejemplo
estaba
de acuerdo con las instrucciones que él dio (el tiempo del verbo
utilizado
sugiere
“repetidamente”). Aunque el mandato tiene la forma de una
instrucción
a
los creyentes pudientes de no dar bienes a los hambrientos ociosos,
es
principalmente
una advertencia para los últimos. Vale la pena repetir que el
dicho,
tipo de proverbio, se aplica a los que no están dispuestos a
trabajar, no
a
aquellos que no tienen oportunidad, y por lo tanto no
es
un argumento contra
la
provisión social para los desempleados.
11,
12 La
forma curiosa del v. 11 hemos
oído que... es
una manera de hablar
directamente
a cualquier persona de esa categoría sin mencionar nombres
(probablemente
Pablo sabía quienes eran las personas). En vez de trabajar,
estaban
estorbando a otros en su trabajo. Severamente se les manda, otra vez
en
la autoridad del Señor, que eviten ser molestia a otras personas
(cf.
<520411>520411>1
Tesalonicenses
4:11), y que trabajen duramente de tal manera que puedan
comprar
lo que necesitan. Todo ello ha sido muy bien resumido por William
Neil:
“Dejad de protestar, de ser perezosos, de aprovecharos.”
13
Entonces,
por contraste, Pablo se dirigió al resto de la iglesia y, a pesar
del
peligro
de que los ociosos se aprovechen de ellos, les dice no
os canséis de
hacer
el bien (cf.
<480609>480609>Gálatas
6:9). En este contexto seguramente significa que
no
deben cesar de ayudar a los necesitados aun si algunos se
aprovecharan de
ellos.
14-16
No
obstante, a pesar de las repetidas instrucciones de Pablo en esta
carta,
era posible que algunos continuaran en una forma de vida discorde con
el
evangelio.
En este caso la disciplina debía ser usada como último recurso. Un
ofensor
debe ser señalado, una expresión un tanto vaga, que no llega tan
lejos
como
para significar que la persona sea separada de la iglesia (quizás se
parezca
más a cuando un árbitro muestra a un jugador una tarjeta amarilla,
como
advertencia). No debía haber compañerismo con tal persona. A la luz
de
<460509>460509>1
Corintios 5:9-11 lo más probable es que se refiera a la exclusión
de las
comidas
en común que tenían un significado especial en la vida de la
iglesia. Tal
exclusión,
sin embargo, era considerada como un remedio para hacer que las
personas
experimentaran un sentimiento de vergüenza y guiarlas así a un
arrepentimiento.
Ello es enfatizado en que el acto de disciplinar no debe
conducir
a la intrusión de cualquier rencor y actitudes de hostilidad. Las
personas
que han sido disciplinadas son hermanos y hermanas y el objetivo
debe
ser la amonestación (antes que la advertencia) a ellos. El
procedimiento
así
debe ser llevado a cabo en lo posible en un espíritu de amor por el
bien del
ofensor.
Al mismo tiempo la vida ética de la iglesia no debe ser
comprometida.
Es
sorprendente que Pablo concluya una sección que trata una incipiente
causa
de
tensión en la iglesia con una bendición-oración para que Dios
bendiga a los
lectores.
El lenguaje nos recuerda <520523>520523>1
Tesalonicenses 5:23, pero aquí, como
en
otras partes en esta carta, Pablo reemplaza “Dios” con el Señor
(eso
es,
Jesús).
Paz
es
un deseo apropiado aquí; el término incluye, pero no está
limitado
a, la ausencia de lucha y desorden.
3:17,
18 SALUDOS FINALES
Siguiendo
la costumbre normal, Pablo toma la pluma de su escriba para anotar
este
saludo. Estas
palabras son en sí mismas un saludo. El saludo de la propia
mano
de Pablo era una marca distintiva de que las cartas eran suyas, y por
lo
tanto
la enseñanza e instrucción en ella lleva su autoridad (cf.
<520527>520527>1
Tesalonicenses
5:27; <461602>461602>1
Corintios 16:21-23; <480611>480611>Gálatas
6:11, por
comentarios
similares). Es más improbable que con esto se quiera distinguir
esta
carta de falsificaciones extrañas, porque ¿quién falsificaría
cartas paulinas
en
esta época tan temprana?
18
La
bendición con que concluye es idéntica a la de <520528>520528>1
Tesalonicenses
5:28,
con el agregado de todos: ni los seguidores de enseñanzas erróneas,
ni los
ociosos,
están excluidos de la gracia del Señor.
I.
Howard Marshall
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