“No nos cansemos
de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos.” (Gálatas
6:9 NLT)
La Biblia nos dice que hay temporadas en la vida. Se dice en Eclesiastés 3:1 que
"hay un tiempo para
todo, y una estación para cada actividad bajo los cielos" (NVI).
Entre la continuación y el ahora y lo que
vendrá después, siempre hay un retraso. Esto es irritante para la mayoría de la gente, para hacer un depósito o una
inversión o un plan y no tenerlo al instante para llegar a buen término.
La
fruta madura lentamente. ¿Prefieres comer un
tomate o una uva madurada que ha estado verde y se ha madurado poco a
poco? No hay comparación entre un tomate maduro, que se dejó
crecer lentamente, y un tomate que se recogió antes de tiempo. Si lo
arrancas demasiado pronto, te pierdes el sabor.
En la
administración del dinero, siempre se cosecha en una temporada diferente
de lo que sembramos. Y, por cierto, no todas las frutas maduran al
mismo tiempo. Cuando tú tienes un árbol de durazno, no todos maduran a
la vez. Maduran poco a poco; tú recoges unos un día
y otros en otro día. Cuando se inicia la siembra y siguiendo los
principios administrativos del dinero a la manera de Dios, a lo mejor
vas a
tener que esperar el tiempo apropiado. Vas a tener que esperar para
cosechar en una temporada diferente.
Pero mientras estás esperando,
Dios está trabajando. Cuando tú estás esperando el cumplimiento de los esfuerzos, dinero o energía que has puesto en algo,
tú puedes pensar que no pasa nada.
¡Oh, está sucediendo! Mientras que la semilla se hunde en el suelo, se está
germinando lentamente. Y cuando esa semilla explota con la bendición de Dios, seguirá creciendo y creciendo. Un día, con un poco
de empuje subirá de la tierra, y entonces verás que está funcionando.
Pero hasta entonces, tienes que confiar en que Dios
está trabajando - incluso cuando tú no puedes ver el fruto de tu trabajo.
Las plantas toman tiempo para crecer. No hay tal cosa
como la madurez instantánea. Ningún agricultor sale, planta la semilla en la tierra, regresa una hora más tarde, y espera que ya
haya crecido. Sólo tienes que dejar que germine, déjala que crezca y deja que Dios la haga crecer en su tiempo.
Gálatas
6:9 dice: "
No nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos."
(NVI).
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Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué has estado esperando en Dios para
vivir mejor?
- ¿Cómo has crecido espiritualmente como resultado de tener que esperar la cosecha? ¿Qué tiene Dios
para enseñarte a cerca de la manera en que has estado esperando en EL?
- ¿Por qué crees que Dios nos hace esperar para
cosechar lo que sembramos?
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