GUILLERMO GOFF
CASA BAUTISTA DE
PUBLICACIONES
CONTENIDO
PRIMERA PARTE: EL
MATRIMONIO
Capítulo 1: El
Matrimonio: La Relación Primordial ¾ La Naturaleza del
Matrimonio; Los
Propósitos del Matrimonio; El Hogar Cristiano
Capítulo 2:
Preparativos para el Noviazgo ¾ Las Amistades; Estrechando
Vínculos; Elementos
de Selección; La Diferencia entre el Amor
Maduro y el
Inmaduro; Sexo Prematrimonial; ¿Qué de las Caricias?
Capítulo 3: Consejos
Preparativos para el Matrimonio ¾ Unas Razones
para la Buena
Preparación de la Pareja; El Consejo Prematrimonial; La
Primera Conferencia:
Conociéndose; La Segunda Conferencia: Las
Bases Bíblicas del
Hogar Cristiano; La Tercera Conferencia;
Revelándose y
Comprendiéndose; La Cuarta Conferencia: Áreas de
Ajustes; La Quinta
Conferencia: Detectando Posibles Problemas y
Planificando la
Ceremonia; Las Razones y Beneficios de Tener una
Ceremonia Pública;
La Luna de Miel
Capítulo 4: Los
Ajustes dentro del Matrimonio ¾ El Amor: ¿Es Algo Que
Crece y Mejora?; Las
Diferencias entre Hombres y Mujeres; Papeles
en el Matrimonio; La
Intimidad en el Matrimonio; Claves de
Compañerismo
Capítulo 5: El
Matrimonio y el Sexo ¾ El Sexo en la Biblia; Elementos de
Confusión Respecto
al Sexo; Claves de la Felicidad Sexual en el
Matrimonio;
Planificación Familiar
Capítulo 6: La
Resolución de los Conflictos en el Matrimonio ¾ Clases
de Conflictos: Las
Etapas y los Tipos; Causas de Conflictos; Cómo
Manejar y Resolver
los Conflictos; La Buena Comunicación: El Arte de
la Comprensión
Capítulo 7: El
Cristiano, la Iglesia y el Divorcio ¾ La Evidencia Bíblica;
La Perspectiva
Eclesiástica; Aspectos Sicológicos; El Problema de
Casarse de Nuevo; La
Iglesia Ministrando a los Que Se Divorcian;
¿Debe la Iglesia
Casar de Nuevo a los Divorciados?
SEGUNDA PARTE: LA
FAMILIA
Capítulo 8: Las
Relaciones entre los Padres y los Hijos Menores ¾ Las
Líneas de Autoridad
en el Hogar; La Formación de los Niños; La
disciplina de los
Niños
Capítulo 9: Las
Relaciones entre los Padres y los Hijos Adolescentes ¾
Causas de Tensiones;
El Desarrollo del Adolescente; Pasos hacia las
Buenas Relaciones
con los Adolescentes
Capítulo 10: La
Educación Sexual en el Hogar ¾ Tres preguntas
Comunes de los
Padres; Una Definición de la Educación Sexual;
¿Cuando Debemos
Comenzar la Educación Sexual?; ¿Cómo Debemos
Presentar la
Educación Sexual; ¿Qué Debemos Enseñar en la
Educación Sexual?;
Problemas Especiales de los Adolescentes;
Algunos Consejos
Finales
Capítulo 11: La Vida
Espiritual en el Hogar ¾ Proviene de una
Consciencia Abierta
a Dios; Depende de Que Cristo Reine en
Nuestros Corazones;
Requiere Que la Fe Cristiana Sea Practicada y
Enseñada; Cultos
Familiares; Tiempos Familiares; Actividades
Misioneras para la
Familia
Capítulo 12:
Sugerencias para el Programa de Educación Familiar en la
Iglesia ¾ Cómo
Comenzar el Programa; Formación de la Lista de
Necesidades
Sentidas; Métodos para Conducir el Programa;
Programas para la
Semana o el Mes del Hogar; Predicando sobre el
Hogar; Una Encuesta:
Necesidades Sentidas sobre la Familia
BIBLIOGRAFÍA
PREFACIO
La familia es lo más
particular de cualquier cultura del mundo, ya sea vista por
sus costumbres,
relaciones o expresiones distintivas. Lamentablemente, desde
el punto de vista
cristiano evangélico, hay muy poco escrito sobre esta gran
institución, vista
desde la experiencia familiar hispana. La mayoría de los
materiales
disponibles son los que han sido traducidos y reflejan otra cultura.
Indudablemente,
estos materiales han servido para mucho bien, en especial
cuando se han basado
sobre fundamentos y principios bíblicos. Las bases
bíblicas siempre se
prestan para una aplicación de una cultura a otra. Sin
embargo, hace falta
algún intento de aplicar las verdades bíblicas al medio en
que uno vive. Esta
ha sido mi labor de amor por varios años sirviendo como
misionero entre los
enérgicos y vitales bautistas venezolanos.
Reconozco que no
tengo derecho de aparentar ser muy experto ni en la cultura
hispana ni en la materia
de la familia cristiana. La única justificación que tengo
para escribir este
libro es que he sentido de Dios que era preciso y urgente
hacerlo. Los ensayos
son estudios basados en la Biblia, libros y materiales de
referencia,
experiencias y observaciones personales, así como sugerencias y
contribuciones de
pastores y seminaristas. Mi esperanza es que esto sirva,
aunque sea en una
manera limitada, para orientar a mis hermanos de las iglesias
evangélicas, justo
con sus pastores y ayudantes a tener una mayor conciencia
en cómo vivir la
vida cristiana dentro de la circunstancia familiar de cada uno.
¡Que el Señor nos
haga a todos sabios en sus caminos y suficientemente
valientes como para
poner por obra sus mandamientos en nuestra vida
particular y
familiar!
Caben unas palabras
de profundo agradecimiento a algunos que me ayudaron
en gran manera con
sus observaciones, sugerencias y correcciones.
Especialmente dirijo
estas palabras a Raúl Lavinz, amigo y estudiante en el
Seminario Bautista
de Venezuela, quien me asesoró y ayudó a pasar con
máquina los varios
capítulos por dos ediciones. También a Rosa de Alfonso,
Ester de Portillo y
Ruth Chávez (de Lima, Perú), quienes leyeron varios
capítulos e hicieron
correcciones. La hermana Helen de Villamizar me ayudó,
bajo bastante límite
de tiempo, a sacar en limpio varios de los capítulos en su
forma final. Una
nota de gratitud también doy a mi hermano en Cristo, Daniel
Cadima, secretario
de relaciones públicas del Seminario Teológico Bautista de
Venezuela, por
producir una edición preliminar de esta obra para las clases de
esta materia en la
misma institución y para los estudios por extensión. Además
de todos los
mencionados, debo agradecer a mi esposa, Emilee, por su fiel
colaboración y apoyo
durante todo el tiempo de escribir este libro.
¡Alabado sea el
Señor!
Guillermo Goff
PRIMERA PARTE:
EL MATRIMONIO
CAPITULO 1
EL MATRIMONIO: LA
RELACIÓN PRIMORDIAL
Cuando Dios comenzó
el mundo, él puso en su ambiente todo lo necesario
para una vida
fructífera y placentera. Todo fue hecho así para que el hombre
habitase en plena
comunión con el Creador y con su creación. El hombre fue la
máxima expresión de
la creación hecha por Dios. La unión conyugal del
hombre y la mujer
fue la primera y, por consiguiente, la primordial institución de
la creación de Dios.
El hogar es antes del estado, la economía (o el trabajo) o
aun la iglesia. Por
eso, el hogar sirve y ha servido a través de los siglos como el
fundamento de la
sociedad. La sociedad depende por su carácter, en gran
parte, de la expresión
y la forma de las familias que la componen.
Es por esta razón
que es muy importante que la familia refleje el diseño y el
deseo que Dios tenía
cuando la comenzó. Este estudio es un intento de
investigar lo que la
Biblia, sus expositores y comentaristas dicen sobre el
particular. Puesto
que la problemática familiar es una expresión de cada cultura,
tenemos que estar
prestos para hacer que la luz escritural alumbre cada
circunstancia
cotidiana en nuestro ambiente, especialmente en el del mundo
hispano. Sin
embargo, la cultura latina no es la cuestión primordial, sino la
naturaleza y
propósito que Dios ha dado al matrimonio primeramente y, por lo
tanto, a la familia.
La tarea nuestra es establecer con claridad los principios
bíblicos que
gobiernan el ideal divino para el matrimonio y la familia, y después
examinar la
expresión cultural a la luz de estos mismos principios.
LA NATURALEZA DEL
MATRIMONIO
Las bases
escriturales del matrimonio se encuentran en Génesis 1 y 2.
<010127>Génesis
1:27, 28 recalcan que Dios, por su papel de creador, inició el 010127>
primer hogar en el
mundo, formando la primera pareja en una unión fructífera y
responsable (fíjese
en las palabras: “fructificad”, “multiplicaos”, “señoread” y
“sojuzgad”). Debemos
recordar que la naturaleza del matrimonio comienza con
el hecho de la
creación de Dios.
De ahí que el primer
elemento de la naturaleza del matrimonio es: ser una
institución
divinamente ordenada.
Hemos dicho ya que
el hogar es la primera institución de la creación y es cierto.
Sin embargo, es
menester interpretar esta institución, antes que todo, no en
términos fríos y
estáticos como por medio de estadísticas, sino verla desde el
punto de vista de la
relación humana que la vivifica. El punto de vista bíblico la
mira como la unión de
dos personas creadas por Dios como distintas y a la vez
hechas la una para
la otra. Esta naturaleza divina que Dios formó y bendijo
como la unión
conyugal es una realidad para todos.
El segundo elemento
de la naturaleza del matrimonio sigue esta misma idea,
porque es una unión
natural. Dios hizo a todo hombre y a toda mujer dándoles
ciertos
impulsosnaturales, y uno de los más fuertes es el sexual. El matrimonio
brinda la forma más
natural para dar expresión adecuada y sensata a este
impulso. Por lo
tanto, encontramos en <010224>Génesis 2:24 que los dos se unirán y 010224>
“serán una sola
carne”. Esto se explorará más adelante, pero debemos
entender en este
contexto que el matrimonio es la expresión natural que Dios ha
provisto para que
una pareja se una en una relación física y placentera.
Además, “una sola
carne” desde el punto de vista hebreo se entiende en
términos de toda la
personalidad y no solamente lo físico. En otras palabras, es
una descripción de
la relación matrimonial entre dos personas, aun con sus
personalidades
variantes. Es por medio de esta relación conyugal que el
hombre y la mujer
pueden cumplir algo de su naturaleza. Sin el trato sexual,
algo queda
incompleto en la personalidad de ambos. Por lo tanto, se requiere
un don especial, de
“continencia”, para poder tener una vida fructífera, sin el
goce de la unión
conyugal (<460707>1 Corintios 7:7-9). 460707>
Además, un tercer
elemento será que el matrimonio es una unión exclusiva. La
frase “una sola
carne” subraya la particularidad de la naturaleza humana. No
somos hechos para
diferentes uniones a la vez (poligamia), sino para una sola
unión (monogamia).
Aquellos que tratan de mantener más de una relación
conyugal se frustran
a sí mismos y frustran el propósito de Dios porque están
dividiéndose en
partes, dándose a otras personas que no son su cónyuge. Es
tan completa la
tarea de poder satisfacer a un solo marido o a una sola esposa,
que es imposible
abarcar más y mantener la sanidad emocional. La actuación
de la infidelidad de
uno de los cónyuges es también causa de una desintegración
de su relación
matrimonial y, por consiguiente, de debilitar la composición de la
sociedad.
(<460601>1 Corintios 6:16; <540506>1 Timoteo 5:6.) Otro ángulo de
este 540506>460601>
exclusivismo es el
de dejar a los padres para unirse como pareja. Es
imprescindible que
la nueva pareja tenga su propio techo y lecho para disfrutar
la libertad y la
responsabilidad de la vida matrimonial. Además, es un mandato
de Dios que lo
hagan. (Véase otra vez <010224>Génesis 2:24.) Las implicaciones de 010224>
este principio seran
exploradas bajo el estudio de los ajustes dentro del
matrimonio.
El cuarto elemento
de la naturaleza matrimonial está implícito en la idea de ser
“una sola carne” en
una unión permanente. Si hay un punto de flaqueza moral
en nuestros
conceptos actuales sobre el matrimonio es en este asunto de la
permanencia de los
votos matrimoniales. La razón de esta debilidad moral en el
mundo hoy es:
que las parejas van
corriendo ciegamente al casamiento sin una
consideración
detallada, aun sin conocerse realmente el uno al otro
como personas.
Algunas veces son sinceras, y creen que están
profundamente
enamoradas. Otros dirán, y muy en serio: “realmente no
sabemos cuán
duradera pueda ser nuestra unión, pero casémonos de
todos modos y veamos
cómo resulta. Si no concordamos, siempre
tenemos la
oportunidad de divorciarnos.”F1
Aún peor es la
cantidad cada vez mayor de personas que no se casan
formalmente, sino
que se unen en una convivencia de concubinato para no
correr ni el riesgo
del compromiso ni con el gasto de una ceremonia. Esto deja
que la pareja se
separe sin ninguna intervención de la ley civil, sufriendo de esta
manera las heridas
emocionales y morales. ¿Y qué de los niños, víctimas
inocentes de ambos
tipos de uniones inestables? ¿Es esto lo que Dios quería
cuando instituyó el
matrimonio? Claro que no. Dios quiere que el matrimonio
sea una decisión que
se haga con cuidado y con una debida preparación que
incluya la búsqueda
de la voluntad de este mismo Dios al respecto. Aquí es
donde tenemos que
poner más peso como cristianos, en ayudar a nuestros
jóvenes a saber cómo
seleccionar con cuidado a su compañero de vida y cómo
entregarse el uno al
otro para que la unión tenga mayor posibilidad de
permanecer íntegra
aun en medio de las tormentas morales de la actualidad.
Hay que reconocer,
en quinto lugar, que el matrimonio, en su sentido original e
ideal, es una unión
espiritual. El elemento básico de todo matrimonio bueno es
el amor. Este
principio, lo físico es absorbente, pero con el tiempo toma otra
cara, no de menos
importancia sino de una perspectiva más amplia. Llega a ser
visto dentro de las
múltiples facetas de la relación y no como una cosa aislada.
En realidad, si hay
madurez en el trato de la pareja, hay consideración y
respeto mutuo que
hacen que la expresión sexual sea aún más tierna e íntima.
La verdad es que lo
físico a veces no satisface por sí solo si no coincide con lo
espiritual. Dios,
por medio de Cristo, ha destinado que en él todas las cosas
subsistan.
(<510117>Colosenses 1:17.) El amor, aun siendo tan fuerte como para 510117>
consolidar el
matrimonio, puede fallecer si no recibe constantemente una
renovación por medio
de él que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
<490525>Efesios
5:25-29.) 490525>
LOS PROPÓSITOS DEL
MATRIMONIO
Estos cinco
elementos de la naturaleza del matrimonio se están
complementando en un
sexto que es una unión para cumplir los propósitos
definidos. Los
propósitos de la unión son tanto positivos como negativos, esto
es, creativos y
preventivos.f2
El primer propósito
creativo que el matrimonio tiene es el del compañerismo.
Dios otorgó al
hombre “una ayuda idónea” en el huerto del Edén. Esta
expresión tiene que
significar que Dios le dio al hombre una compañera para
trabajar a su lado y
ser el complemento de su vida. Esta comunión íntima es
primordial en la
relación conyugal, más importante aun que la procreación y las
otras funciones del
matrimonio. Si traer niños al mundo fuera de primera
importancia, ¿cuál
sería la razón de seguir siendo casados cuando los hijos son
mayores y no siguen
compartiendo el techo con los padres? La necesidad
humana más grande es
ser amado y apreciado. Esta sigue siendo una realidad
aun cuando seamos viejos.
(Referente al compañerismo en el matrimonio
véanse
<470601>2 Corintios 6:14; <600301>1 Pedro 3:1-12;
<010218>Génesis 2:18-24.) 010218>600301>470601>
El segundo propósito
creativo del matrimonio es la procreación. En realidad
“una sola carne”
significa no solamente que la unión sea establecida para ser
“procreativa” sino
también “unitiva”.f3 Esto será explorado más en el quinto
capítulo, pero aquí
es menester señalar que el traer niños al mundo es una parte
esencial del plan de
Dios para la pareja. Lo más natural para una pareja que no
puede tener niños es
querer adoptarlos. La razón de esta tendencia humana es
el feliz
cumplimiento de la naturaleza del matrimonio desde la creación: el llegar
a ser padres. Es de
mucha importancia que “los hijos nazcan bajo las mejores
condiciones
posibles, y que tengan el cuidado amoroso de un padre y una
madre quienes
trabajan juntos y, aun con sacrificio, para su mayor bienestar”.f4
Es en este sentido
de juntos crear una nueva vida, que el hombre y la mujer
continúan
colaborando con el Creador en la creación. Mace enfatiza que la
palabra procreación
significa “crear para y en beneficio de” otro, y este otro es
el mismo Dios.f5
(Véase <19c703>Salmo 127:3.) 19c703>
Yendo más al grano
de la naturaleza del matrimonio, especialmente desde el
punto de vista
cristiano, un tercer propósito creativo es la edificación mutua de
la pareja, sus
niños, familiares y aun de la sociedad misma. Hay una cierta
inspiración que
llega a la pareja y a los que comparten su vida, cuando hay una
buena y sana
comunicación dentro de la relación conyugal. (<600301>1 Pedro 3:1, 7; 600301>
<490529>Efesios
5:29-32.) La edificación está expresada claramente en <600304>1 Pedro 600304>490529>
3:4, 7 donde la
mujer es exhortada a ser “afable y apacible”, mientras que el
hombre es estimulado
a dar “honor a la mujer como a vaso más frágil, y como
a coheredera de la
gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo”.
Otra faceta de este
propósito edificante es la de que dentro del hogar los niños
reciban sus primeras
instrucciones morales. Siempre la influencia de los padres
deja huellas
indelebles en las vidas de sus hijos. Es de suma importancia la
perspectiva de los
padres hacia esta responsabilidad para que logren criarles en
“disciplina y
amonestación del Señor”. (<490604>Efesios 6:4b). Los padres 490604>
cristianos
demuestran por su sabio gobierno en el hogar su capacidad de dirigir
una familia más
grande —la iglesia. (<540304>1 Timoteo 3:4, 5). 540304>
Esta edificación
también abarca la relación de la familia con el reino de Dios; es
decir, Dios también
quiere ser el Señor del hogar. Donde él es rey, hay paz y
bendiciones
incontables. Es ideal que la salvación llegue a todos los miembros
de la familia.
(<441631>Hechos 16:31). Además, por su comportamiento y palabra 441631>
los que son
cristianos tienen la potencia de influir (santificar) en los demás.
(Corintios 7:14-16).
Un cuarto propósito
de la edificación creativa dentro de la familia es su
importancia en el
plan de Dios para la propagación de la fe. ¡Cuántas veces
encontramos a Pablo
hablando de la iglesia en la casa de algún creyente!
(Ejemplos:
<451605>Romanos 16:5; <461601>1 Corintios 16:19;
<440542>Hechos 5:42.) La 440542>461601>451605>
familia cristiana
puede tener una influencia para bien en sus propios hijos, y esto
debe conducirles a la
salvación y a la vida cristiana. (<550314>2 Timoteo 3:14, 15) 550314>
Hay un sentido
genuino en que si Dios es nuestro padre celestial y si nos
convertimos en parte
de la familia de Dios, algo del cielo existirá aquí en la
tierra. Por eso
decimos que la familia tiene el propósito de edificar a la
sociedad y al mundo
por su ejemplo y conducta, esperando así poder alcanzar
a otros para que
ellos también pertenezcan a la gran familia cristiana.
Existen al menos dos
propósitos preventivos que deben ser considerados. El
primero de ellos es
que el matrimonio provee el vehículo natural para el control
de las pasiones. Por
muchos siglos los impulsos sexuales han sido considerados
por los cristianos
como algo inferior en el hombre y que deben ser suprimidos.
Sin duda alguna la
pasión descontrolada es algo que corrompe y destruye la
moral y el carácter.
Pablo recalcó que el celibato es un don especial sólo para
aquellos que puedan
controlar sus impulsos sexuales. Aquellos que no pueden
hacerlo deben
casarse para no caer en tentación. (<460701>1 Corintios 7:1-6, 37) 460701>
Quizá todo esto no
parezca un motivo muy elevado para casarse. Sin embargo,
Pablo reconoce que
el sexo tiene una función particular dentro del matrimonio y
llega a ser una
expresión especial del amor en la pareja, quienes se han
entregado a sí
mismos en casamiento. Ernest White dice que el matrimonio
sirve para evitar
que los deseos se conviertan en concupiscencia.f6 El
matrimonio es la
forma divinamente diseñada para la más legítima y satisfactoria
expresión de los
deseos sexuales.
El segundo propósito
preventivo es el de prevenir la disolución de la sociedad.
Es por implicación
del estudio bíblico en vez de escrituras específicas que
llegamos a esta
interpretación. El concepto de la familia, para los hebreos, se
halla en la palabra
mishpajah, que significa la unidad familiar y el factor
esencial de la
comunidad.f7 Mientras que esta unidad se guardaba en Israel, los
escritores bíblicos
presumían que la estabilidad de su sociedad estaba
garantizada. Es
interesante notar que la idolatría, el adulterio y la fornicación
estaban ligados en
la ley mosaica y que eran considerados entre los pecados
más graves. (Véase
<032001>Levítico 20:1-8, especialmente vv. 5 y 6.) 032001>
Jehová declaró que
rechazaría a Israel si se practicaban en ella el adulterio y
otras aberraciones
sexuales como en las demás naciones. (<032022>Levítico 20:22, 032022>
23; nótese que esta
declaración sigue a la condenación de toda clase de
abominación sexual.
<031010>Levítico 10:10-21.) Tales prácticas inmorales 031010>
amenazaban la
sociedad que Dios había formado y eran de gran ofensa a él.
El matrimonio no
solamente mantiene la sociedad unida y funcionando
vitalmente, sino
también cumple con el propósito que Dios tenía al instituir y
consagrar la
familia. Aún más, debemos preocuparnos con la diferencia que
Cristo hace en el
hogar.
EL HOGAR CRISTIANO
Es posible decir que
toda familia en el mundo está constituida de tal forma que
pueda gozar de la
naturaleza y de la mayor parte de los propósitos del
matrimonio sin mucha
referencia a Dios. Es cierto, porque la familia es una
realidad universal.
Pero esto no ha de promover un punto de vista secular en
cuanto al
matrimonio, sino el que reconoce que la naturaleza de la familia viene
desde la creación.
Entonces, si todo el
mundo puede gozarse de los privilegios del sexo y tener
una familia
naturalmente feliz, ¿qué diferencia hace que el hogar sea cristiano?
La respuesta es: que
hace toda la diferencia en el mundo. El hogar cristiano es
un elemento redentor
en la sociedad porque es el lugar donde Cristo debe y
puede manifestar su
“extra”, especialmente en la vida familiar, o sea, en sus
relaciones e
interrelaciones. En la relación con Cristo la pareja puede aprender
cómo responder en
sumisión voluntaria y agradable a su Señor. Esto les
prepara para
someterse el uno al otro. (<490521>Efesios 5:21.) En “conocer” a 490521>
Cristo, uno
comprende el gran misterio de conocer a uno que de veras le ama.
Esto le capacita
para expresar un amor no fingido hacia otros. Lo que uno ha
recibido de Cristo
como perdón, estímulos, aprecio, esperanza y gozo debe y
puede ser reflejado
en sus relaciones cotidianas comenzando dentro de su
propia casa.
(<510312>Colosenses 3:12-21.) Así hay una dimensión “extra”, de 510312>
mayor profundidad y
potencialidad cuando la familia está fundada en Jesucristo.
Las funciones
naturales de compañerismo, unidad sexual y edificación están
ampliadas al máximo
cuando la pareja está relacionada amorosamente con
Cristo como su Señor
y Salvador. En realidad, es en Cristo que el máximum
del ser humano se
cumple. Esto es verdad también en la experiencia familiar.
De poner en práctica
el cristianismo en las relaciones más íntimas del
matrimonio y en el
trato familiar, es de esperar que se vean los beneficios de
mayor estabilidad,
gozo y propósito en la vida, comprensión y capacidad para
realizar los papeles
que Dios diseñó para nosotros desde el principio.
EJERCICIOS DE
APRENDIZAJE
Cuestionario:
1. ¿Por qué se
considera que la familia es la institución primordial en el plan de
Dios para su
creación?
2. Mencione los
cinco elementos de la naturaleza del matrimonio. ¿Cuáles dos
de ellos piensa
usted que son los de mayor importancia? ¿por qué cree usted
que son los de mayor
importancia?
3. Dé los cuatro
propósitos creativos del matrimonio.
4. Mencione los dos
propósitos preventivos del matrimonio.
Para la Dinámica de
Grupo:
1. Si el matrimonio
es una realidad en todas las culturas del mundo, ¿por qué
enfatizamos que el
hogar cristiano es el ideal? o sea, ¿qué tiene de especial el
hogar cristiano?
(Anote algunas de sus propias ideas.)
2. A la luz de
Corintios 6:16, cuando una persona forma una unión adúltera,
¿qué clase de
confusión y frustración causa dentro de su matrimonio? ¿Es
posible tener más
que una unión de “una sola carne” y mantener la felicidad
conyugal? ¿Por qué?
(Anote algunos de sus pensamientos.)
3. ¿Cómo explica
usted la naturaleza espiritual del hogar? ¿Qué papel tiene el
amor en el
matrimonio? ¿Qué entiende usted por el concepto de que todas las
cosas subsisten en Cristo
(<510117>Colosenses 1:17), aun el hogar? (Anote sus 510117>
observaciones.)
4. ¿Está usted de
acuerdo con que el primer propósito del matrimonio sea el de
compañerismo?
Explique sus razones por estar de acuerdo o en desacuerdo.
Lectura Afín:
David Mace, A los
Que Dios Ha Juntado en Matrimonio, págs. 9-29.
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