sábado, 19 de octubre de 2013

RECONCILIACIÓN




Jesucristo les bendiga:
Si bien pido perdón por haber dado lugar a que los enemigos del Evangelio de Jesucristo se regocijen causando división dentro de la iglesia, sí quiero dejarle bien claro a la Sección 3 de la Inteligencia que es la encargada de sabotear los asuntos religiosos que están equivocados, pues con la reconciliación salimos refortalecidos, porque aunque no tengamos los recursos que ellos tienen para destruir, tenemos a Dios con nosotros.

Por ello es que quiero exhortar a todos los pastores y líderes de la iglesia a que con sabiduría no dejemos de denunciar públicamente las agresiones a que estamos sujetos por parte de las autoridades, pues este es por ahora el único mecanismo de defensa natural que tenemos para evitar los excesos que cometieron hasta hace poco.  

Le confesé al Ap. Carlos que mi enojo no era porque me hubiera detenido el sermón, sino porque no me hubiera comunicado lo que le pasaba para apoyarlo más, que podía entender a la presión que estaba sujeto y que yo estaba preparado para asumir cualquier responsabilidad. 

Él sabe bien que con demostraciones lo he apoyado incondicionalmente haciendo de sus problemas mis problemas, de su iglesia mi iglesia  y de su familia mi familia.

En cuanto a pedirle disculpas públicamente creo que se equivocó, yo le dije que iba a pedir ¡PERDÓN! públicamente.

“Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano,  será culpable de juicio;  y cualquiera que diga: Necio,  a su hermano,  será culpable ante el concilio;  y cualquiera que le diga: Fatuo,  quedará expuesto al infierno de fuego.

Por tanto,  si traes tu ofrenda al altar,  y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar,  y anda,  reconcíliate primero con tu hermano,  y entonces ven y presenta tu ofrenda”. (Mateo 5:22-24). 

Cuba necesita un impacto de conciencia colectiva que solo será posible a través de la difusión de  la Verdad por todos los medios.

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