miércoles, 27 de febrero de 2013

ENARDECIMIENTO DE ESPÍRITU













Por: Pr Manuel A Morejón Soler  El Vedado, La Habana.
 
Todo cuanto sepamos acerca de la Biblia no es lo que vale para JHVH, sino su significado y cómo apliquemos su contenido a la vida. Nuestras palabras serán verdaderamente convincentes, solo cuando reflejemos el carácter de Jesucristo.
Dicen las sagradas Escrituras en el libro de “Hechos de los Apóstoles 17:16”, que mientras el apóstol Pablo esperaba en Atenas a los hermanos en la fe: “su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.” 
 
Hoy sobre los cristianos reposa la misma unción del Espíritu que en tiempos lejanos reposaba sobre los apóstoles, asimismo el mismo furor por todo lo que es abominable al Señor.
De ahí pudiéramos cuestionar: ¿Tenemos acaso que estar de acuerdo con aquellos que públicamente desafían la Palabra de JHVH amparados bajo la sombra de sus castrídolos?
Me llama poderosamente la atención que los pastores cubanos no se hayan manifestado enardecidamente en contra de la ”PlataformaPastoral Cubana” que según expresa el artículo del mismo nombre de la periodista de Granma, Claudia Fonseca Sosa, es una representación del cristianismo en Cuba. 
 
Me tomo la atribución de aseverar que los Movimientos Apostólicos. Iglesias Independientes y aún muchas denominaciones que pertenecen al Consejo de Iglesias e inclusive a la Iglesia Católica Romana, no están representadas por la tal Plataforma Pastoral del Muy Reverendo Oden Marischal.
En el libro de Gálatas 5:19, queda bien clara la amonestación hacia los practicantes de la idolatría, las hechicerías y cosas semejantes a estas, que por tales prácticas no heredarán el reino de JHVH.
En cuanto al compromiso de esta “Plataforma” con la causa de ”Los cinco”, estimo también que es muy exclusivista al hacer privilegio sólo por cinco presos cuando la Biblia sin excepción nos exhorta a no olvidarnos de los presos en general (Mateo 25:36), como si estuviéramos presos en unión con ellos; así como de los maltratados como si también nosotros mismos estuviéramos en sus cuerpos. (Hebreos 13:3)
No se debe olvidar nunca que cuando nuestro Señor Jesucristo venga en su gloria y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria y juzgará a todas las naciones.

Y el Rey de Gloria sancionará: “Apartaos de mí malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. De cierto os digo que cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (Mateo 25:41)





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