viernes, 1 de febrero de 2013

EL ABUSO











Por Pr Manuel A Morejón Soler .El Vedado, La Habana.

Acróstico del ABUSO.
A fecta a todos los miembros de la familia.
B usca controlar y dominar a los demás.
U sado para rebajar la dignidad humana.
S ube de intensidad y se hace más frecuente.
O pera en todos los niveles de la sociedad sin importar familia, raza ni religión.

Jehová Dios de Israel ha dicho: Yo aborrezco el repudio y al que cubre de iniquidad su vestido. Guárdense en el espíritu y no sean desleales".
(Malaquías 2:16)

El abuso de género.
Las costumbres corrompidas son fruto de principios corruptos y el que es falso con Dios también despreciará el pacto del matrimonio que Dios instituyó como sacramento.
La violencia de género agrupa todas las formas de violencia que se ejercen por parte del hombre sobre la mujer en función de su rol de género: intimidación, degradación, rechazo, violencia sexual, explotación sexual, etc.,  independientemente del tipo de relaciones interpersonales que mantengan el agresor y la víctima, que a la vez  pueden ser de tipo sentimental, laboral, familiar, o aparente.
La relación más cercana que el hombre tiene en el mundo es su esposa y esta tiene que ser mirada, no como vasalla, sino como su compañera. Hay un voto de Dios que no debe tomarse a la ligera, el marido y la esposa debieran continuar hasta el final de sus vidas en santo amor y paz.

El Abuso de autoridad.
Todo pecado comienza a partir de  la mala conducta del hombre hacia su familia, que brota del egoísmo y que no toma en cuenta el bienestar y la dicha de los demás.

El abuso de autoridad o también abuso de poder es el ejercicio abusivo de una función pública para aferrarse al poder de forma coercitiva o violenta, porque el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Así como cada marido ha de amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella para santificarla, pues los gobernantes deben amar a su pueblo y si preciso fuera entregarse en sacrificio vivo  por este, sin aborrecer a nadie por su forma de pensar, religión y raza, evitando envolverse de corrupción y cubrir de deslealtad y de iniquidad sus vestidos.

Si no eres capaz de amar a tu prójimo, es imposible que puedas llegar amar al Dios invisible. (Colosenses 1:15)  


No hay comentarios: