Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana, abril de 2016
La Biblia le dedica algunos señalamientos
al egoísmo de los gobernantes en el libro de los Proverbios:
-Cuando el país anda mal, los gobernantes aumentan, pero el buen dirigente sabe mantener el orden.
-El
injusto que oprime a los pobres es como fuerte lluvia que destruye las
cosechas.
-Los
que se apartan de la ley alaban al malvado y los que la cumplen están en contra
de él.
-Los corruptos no entienden nada de
justicia, pero los que recurren al Señor entienden todas las cosas. (Proverbios
28:2-4)
Para que un gobierno o sociedad perdure
sin imposición de la coacción o de la fuerza, necesita de líderes honrados y
estos son difíciles de encontrar.
En el versículo del comienzo que expresa
“los gobernantes aumentan” es como decir que la anarquía y desgobierno
prevalecen, donde el egoísmo de cada persona afecta a los demás. Cuando mucha
gente vive solo para sí y con muy poco o con ningún interés en cómo sus
acciones afectan a otros, la corrupción
moral resultante puede hacer que la nación se derrumbe.
Como el juicio es parte del carácter de
Dios, quien lo practica trata a los demás
con juicio. El principio del juicio es entender todo lo que le sucede a
los demás. Ningún cristiano puede ser indiferente al sufrimiento humano ni a
los negocios egoístas ni a las políticas injustas del gobierno. Los gobernantes
tienen que ocuparse más en servir que en las ventajas de aprovecharse de los
servicios que tienen como finalidad mejorar la vida del pueblo.
-Por la bendición de los rectos, se
enaltece la ciudad, pero por la boca de los impíos, esta es derribada. (Proverbios11:11)
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