Aunque la Constitución prevé la libertad religiosa y prohíbe la discriminación basada en religión, el gobierno cubano “acosa abiertamente a líderes religiosos y sus seguidores, con palizas, amenazas, detenciones y restricciones de viaje”, y el Partido Comunista de Cuba, a través de su Oficina de Asuntos Religiosos, “continúa controlando muchos aspectos de la vida religiosa”; sin embargo, “grupos religiosos informaron de un aumento continuo en la capacidad de sus miembros para llevar a cabo algunos proyectos caritativos y educativos” y “menos restricciones a la importación de Biblias”. Por su parte, el gobierno de Estados Unidos “fomentó el fortalecimiento de las instituciones religiosas” con visitas de intercambio de miembros de las instituciones religiosas de Estados Unidos a sus pares cubanos “para apoyar su derecho a practicar libremente su fe”. “En declaraciones públicas, el Departamento de estado instó al Gobierno a respetar las libertades fundamentales de sus ciudadanos, incluida la libertad de religión.”
Este es un resumen del sumario ejecutivo con el que comienza el Informe sobre Libertad Religiosa internacional en 2014, en su capítulo sobre Cuba, que acaba de publicar la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL) del Departamento de Estado de los Estados Unidos; y que puede leerse íntegramente (en inglés) en este enlace.
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