jueves, 17 de septiembre de 2015

IGLESIA






Por Pr Manuel A Morejón Soler -El Vedado, La Habana.

Ekklesia, la palabra griega que traducimos "iglesia", es una de las más importantes del Nuevo Testamento (NT). Como otras palabras neo testamentarias, ésta tiene un doble trasfondo.

Trasfondo griego de  Ekklesia
En los grandes días de la Atenas clásica, la  Ekklesia era la gente convocada  y reunida en asamblea. La componían todos los ciudadanos de la ciudad que no habían perdido sus derechos cívicos y salvo el hecho de que las decisiones tomadas debían ajustarse a las leyes del Estado, sus poderes eran para todos los fines y efectos. La asamblea nombraba y destituía magistrados, dirigía la política de la ciudad, declaraba la guerra y hacía la paz, contraía compromisos y concertaba alianzas, elegía generales y otros oficiales militares, destinaba las tropas a las diferentes campañas y las despachaba desde la ciudad, era responsable de la dirección de todas las operaciones militares, recogía y distribuía los fondos públicos. Pero, en medio de todo esto, debemos destacar dos hechos sumamente interesantes. Primero, todas sus reuniones comenzaban con oración y sacrificio. Segundo, era una verdadera democracia. Sus dos “santos y señas” eran "igualdad"  (isonomia) y "libertad"  (eleutheria.) Era una asamblea en que cada uno tenía el mismo derecho e idéntico deber de tomar parte. Cuando había que dirimir alguna cuestión en que estuvieran implicados los derechos de algún ciudadano en particular, como en el caso de ostracismo o destierro, tenían que estar presentes un mínimo de seis mil ciudadanos. En un sentido más amplio,  ekklesia vino a significar cualquier asamblea de ciudadanos debidamente convocados. Es interesante hacer constar que el mundo romano nunca trató de traducir la palabra  ekklesia, simplemente la transliteró, resultando  ecclesia, y la usó de la misma forma que los griegos. Hay una sugestiva inscripción bilingüe (fechada entre el 103-104 d. de J.C.), encontrada en Atenas, que puede ser leída sobre el trasfondo de Hechos 18. Cierto Cayo Vibius Salutaris había presentado a la ciudad varias imágenes y, entre ellas, figuraba una de Diana. La inscripción dispone que las imágenes, situadas sobre sus respectivos pedestales, debían estar presentes en cada  ekklesia de la ciudad convocada en el teatro. Para griegos y romanos la palabra era familiar en el sentido de asamblea convocada. Así, pues, cuando miramos todo esto frente al mencionado trasfondo, la iglesia era la asamblea de Dios, la revista de Dios, y Dios era el convocador.

El trasfondo hebreo de  ekklesia
En la Septuaginta,  ekklesia traduce la palabra hebrea  qahai que proviene de una raíz que también significa "convocar". Normalmente, es usada para significar la "asamblea" o "congregación" del pueblo de Israel. En Dt. 18:16, Jue. 20:2, se traduce "asamblea", y en 1 R. 8:14, Lv. 10:17, Nm. 1:16, "congregación". Es muy común en la Septuaginta, donde aparece unas setenta veces. En el sentido hebreo, por tanto, significa el pueblo de Dios, convocado por Dios, a fin de que escuche a y actúe para Dios. En cierto sentido, la palabra "congregación", como traducción de  ekklesia, pierde algo del significado esencial.

Una "congregación" es cierto número de personas "que han venido juntas", una  qahal o ekklesia es cierto número de personas "que han sido convocadas". Las dos palabras originales, hebrea y griega, ponen todo el énfasis en la acción de Dios.

La palabra no significa un conjunto de personas que han sido "entresacadas" del mundo, como tan a menudo se afirma.  Ekklesia no tiene en sí tal sentido exclusivo. Significa que han sido "citadas fuera" de sus casas para ir a reunirse con Dios, y esto, tanto en el uso griego como hebreo, en sentido inclusivo, nunca exclusivo. El Estado no citaba a unos cuantos privilegiados para que cargaran con sus responsabilidades, sino a cada hombre, Dios tampoco cita a unos pocos elegidos para que vayan a escuchar su palabra y a actuar de acuerdo con ella, sino a todos los hombres.

Concluyendo
 La iglesia es un conjunto de personas congregadas no tanto porque hayan escogido estar juntas, no tanto para comunicarse mutuamente los pensamientos y opiniones personales, sino para escuchar la voz de Dios y adorarlo. El hombre también, como templo del Espíritu Santo, es una iglesia.
En tiempos del NT, la iglesia no tenía edificios. Los cristianos se reunían en cualquier casa que tuviera una habitación lo bastante grande para albergarlos. Estas asambleas eran llamadas "iglesias de casa" (Romanos 16:5, 1 Corintios 16:19, Colosenses. 4:15, Filemón. 2).

Cada hogar debe ser en el sentido real una iglesia. Jesús es el Señor de la mesa de la comida y de la mesa de la comunión. Y siempre será cierto que oran mejor juntos los que primero oran solos.



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