¡Alabad a Jehová,
naciones todas, pueblos
todos, alabadle, porque ha engrandecido sobre
nosotros su misericordia y la fidelidad de Jehová es para siempre!.
¡Aleluya! (Salmo 117:1-2)
Cierto
dirigente, famoso por su severidad, ordenó a todos sus empleados un sábado que
el domingo por la mañana tenían que asistir al
trabajo.
Un
joven, empleado suyo, contestó tranquilamente:
-Señor
F, no puedo trabajar los domingos.
-Ya
conoce usted la ley-, le contestó el señor F.
-Sí
Señor, la conozco, aunque soy el sostén de mi anciana madre no puedo ir a
trabajar los domingos, ese día es el día del Señor y tengo que asistir a la
iglesia.
-Bueno,
pues Usted esta despedido, suba usted al departamento de cobros y el cajero le
entregará su dinero, dijo el señor F.
Por
espacio de tres semanas anduvo el joven buscando trabajo sin encontrar nada.
Por
esos días se presentó un diplomático extranjero al despiadado señor F
preguntándole por el joven que había despedido, porque se lo habían recomendado
como persona honrada y fiel para trabajar en una empresa que iba a abrir en su
país.
El señor F mencionó que al joven que había
despedido se lo podía recomendar como persona a propósito.
-Pero,
dijo el empresario: -¿pudiera decirme cuál fue la razón por la que lo despidió
y ahora me lo recomienda?
-Sí
señor, respondió el señor F, lo despedí porque no quería trabajar los domingos
y temía que los demás siguieran su ejemplo. Pero un hombre que puede perder su
puesto por no violentar su conciencia, le servirá bien en cualquier puesto de
confianza.
No
creo que en estos momentos en nuestro país muchas personas puedan tener su
conciencia tranquila con ellos mismos y mucho menos con Dios, cuando por
cualquier prebenda le venden su alma al diablo. Debemos reconocer que estamos
en presencia de una dictadura bien entrenada en métodos represivos que manipula
los hilos del poder a través de la coacción, el chantaje, la prisión e
inescrupulosamente emplea la fuerza bruta cuando lo estima conveniente para
afirmarse en el poder.
La
cúpula del gobierno ya es bastante impopular, el costo de vida sigue
elevadísimo, las necesidades básicas continúan insatisfechas para el pueblo y a
los 56 años de la Revolución los gobernantes solo persisten en engatusar a la
nación con vanas promesas, así y todo la mayoría de los cubanos prefieren continuar
coqueteando con el pecado y seguir violando su conciencia, o marcharse del país,
antes de hacer lo que hizo el joven de esta historia.
Recuerda
que Dios siempre es fiel y nunca te dejará ni te desamparará, hónralo con
dignidad y el te dignificará.
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