Pr. Manuel Alberto
Morejón Soler
La Navidad ( en latín: nativitas, nacimiento), es
una de las fiestas más importantes del cristianismo junto con la Pascua y
Pentecostés, que celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén de Judá. Es
celebrada por la Iglesia Católica y algunas Denominaciones Evangélicas en la noche
del 24 al 25 de diciembre.
El acontecimiento está narrado en el Nuevo Testamento
en Lucas (2:1-20), que escribe una historia completa. Al parecer Lucas obtuvo
la información directamente de María, asimismo el evangelista Mateo hace una ligera
introducción, para pasar en seguida a referir la visita de los Magos
procedentes de Oriente. (Mateo 2:1-12)
“Jesús
nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron
del oriente a Jerusalén, preguntando:
¿Dónde
está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el
oriente y hemos venido para adorarle.
Cuando
el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él. Y habiendo convocado
a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó
dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron:
—En
Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:
Y
tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres las más pequeña entre
los gobernadores de Judá; porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi
pueblo Israel.
Entonces
Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo de la
aparición de la estrella. Y enviándolos a Belén, les dijo:
—Id
y averiguad con cuidado acerca del niño. Tan pronto le halléis, hacédmelo saber,
para que yo también vaya y le adore.
Ellos
después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en el
oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el
niño. Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Cuando entraron en
la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron. Entonces
abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. Pero advertidos
por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su país por
otro camino”.
El
niño Jesús aún hoy sigue desquiciando
a los dictadores.
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