martes, 5 de agosto de 2014

Pastores por la Paz, fervientes partidarios del totalitarismo y connotados enemigos de la democracia.



Por: Oscar Sánchez Madan. Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD
La inmensa hipocresía de los integrantes de la agrupación estadounidense Pastores por la Paz no tiene límites. Dicha institución cuyos miembros se han autodenominado "fieles seguidores de Cristo", en realidad han sido –desde su fundación, en agosto de 1988- fervientes partidarios del totalitarismo y connotados enemigos de la democracia.
Pastores por la Paz surgió –por iniciativa del extinto reverendo bautista norteamericano Lucius Walker- con el propósito de desafiar las leyes de Estados Unidos. Su creador se autodefinía como un fervoroso antiimperialista. La ayuda humanitaria que ha suministrado la organización, durante más de 20 años, ha sido utilizada para encubrir su verdadero objetivo: la subversión del orden constitucional en el norteño país.
Pero la democracia estadounidense, con sus humanas imperfecciones, ha mostrado su solidez. La certera participación ciudadana en la vida económica, política, y cultural de esa nación y el respeto a los derechos fundamentales de los nacionales ha dado al traste con los esfuerzos de ambiciosos, egoístas, renegados, anarquistas, aventureros y terroristas que en nombre de Dios han intentado destruir un país de libertades.
Desde sus inicios, -y siempre para desafiar al sistema político estadounidense-, Pastores por la Paz apoyó al primer gobierno autoritario, sandinista, de Nicaragua, y se opuso a los demócratas de esa hermana nación.
Más tarde se alió a la feroz dictadura castrista, a la que ha apoyado hasta nuestros días –aunque para ello ha tenido que violar las leyes de su país- sin tener en cuenta los crímenes cometidos por sus inescrupulosos agentes policiales.
No ha dicho Pastores por la Paz ni media palabra sobre el horrible hundimiento del remolcador 13 de Marzo. El 13 de julio de 1994, en las afueras de la bahía de La Habana, 37 cubanas y cubanos –entre ellos, 10 niños- de 68 que huían del país, fueron asesinados por agentes del régimen de Castro. Lanchas del gobierno los impactaron y sus tripulaciones les lanzaron potentes chorros de agua para ahogarlos.
Y qué decir del fusilamiento de tres jóvenes negros, que también pretendían escapar de la isla, en una embarcación que secuestraron -con pasajeros a bordo- en abril de 2003. Sus muertes en los paredones del crimen no conmovieron a los "piadosos" integrantes de Pastores por la Paz, a pesar de que esos muchachos no mataron ni hirieron a nadie.
Ante hechos como estos los integrantes de Pastores por la Paz olvidan, por conveniencia, el mandamiento bíblico que reza: "No matarás". Aparentan no recordar que el régimen que ellos apoyan le impuso, de forma arbitraria, al país la pena de muerte como sanción y cientos de ciudadanos han sido víctimas de esa aborrecible condena.
Mas a estos falsos pastores no les interesa la vida del pueblo cubano. No se han preocupado por los centenares de compatriotas nuestros que, por estos días, en diversas localidades de Cuba, incluida la capital, se han visto afectados por el dengue, el cólera y la fiebre chikungunya.
Sin embargo, para continuar su carnaval publicitario de todos los años, organizaron su vigesimoquinta "Caravana de Amistad Estados Unidos-Cuba". Sus representantes llegaron a La Habana el pasado 24 de julio, no sin antes hacer propaganda castrista en las tres norteñas naciones del continente en las que recogieron artículos para justificar el viaje.
Pocos saben adónde irán a parar sus donaciones ni en qué balneario de la isla mostrarán estos "religiosos" sus muy bien desarrolladas habilidades de turistas. Los mariscos –entre ellos la langosta, bastante cara en países como EEUU, Canadá, Dinamarca y Alemania- constituye un lujoso y muy codiciado alimento que no faltará en sus mesas mientras permanezcan en Cuba.
Para manifestar su obediencia a La Habana estos falsos profetas decidieron participar en los eventos con los que el régimen ha festejado el 61 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Escogieron una fecha (26 de julio) que debiera ser de luto, para exteriorizar su infinito amor a Castro, perdón, a Cristo.
Nadie se sorprende de que a su llegada al aeropuerto internacional José Martí, estos autodenominados cristianos fueran recibidos por Kenia Serrano, presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, entidad controlada por la inteligencia cubana. A pocos asombra que durante el recibimiento estuvo presente Caridad Diego, jefa de la oficina del Partido Comunista de Cuba que vigila y persigue a los creyentes.
Quien dude de la falsedad de estos pastores, que revise la agenda que les preparó el régimen. Entre sus puntos está previsto un encuentro con familiares de cinco cubanos condenados indistintamente en EEUU por cometer, entre otros delitos, el de espionaje y el de conspiración para cometer asesinato. Dos de ellos se encuentran en Cuba. Tal vez los miembros de Pastores por la Paz los abracen y les prediquen el evangelio de Satanás.


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