Por el Apóstol Carlos Montoya.
Se ha convertido en una costumbre
el hacerle creer a los cristianos que existen un grupo de pastores que se
esconden detrás del cristianismo para luchar contra la revolución. Esta manera de actuar del
gobierno ha traído como consecuencia que
algunos feligreses se retiren de sus congregaciones y que otros nuevos
creyentes se nieguen a participar de la iglesia. Esta manipulación de los
sentimientos de los Cubanos que tristemente desconocen de sus derechos y de lo
que establece la ley tanto constitucional como internacional, es a nuestro
entender una forma maquiavélica de boicotear el derecho de manifestar nuestra
fe. No somos nosotros los pastores los que mezclamos política con religión; es
en la oficina de asuntos religiosos del comité central del partido donde se elaboran
estos planes, siendo incapaces de entender que no es una obligación el estar de
acuerdo con un sistema ni una necesidad el estar financiado por otro para
disentir. Son sus propias estrategias de desestabilización las que han pretendido
hacer creer esto, empleándolo como espanta cristianos y hacernos fracasar en
nuestra misión de predicar el Reino. En más de una ocasión cristianos y
ministros del evangelio de nuestra congregación nos han manifestado sus temores
al ser alertados por supuestos amigos o cristianos que inteligentemente
introducen el veneno de la duda que tarde o temprano derriban a sus víctimas.
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