viernes, 10 de enero de 2014

NO PUEDEN SOPORTAR TUS PALABRAS




Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.
Jesucristo, maestro y predicador por excelencia, no se amedrentó ante nadie para pronunciarse en contra del pecado y las injusticias de su tiempo, también los profetas antes de Él y otros después, dejaron oír sus voces  dejando a un lado los dictados del temor y de la falsamente llamada prudencia.

Las verdades que predicaron los profetas de Jhvh, como Amos, no siempre fueron del agrado de los reyes. Los profetas eran vistos como traidores debido a que hablaban en contra del rey y de sus consejeros, cuestionando su autoridad y exponiendo sus pecados. Pero lo peor no era que fuera desagrado del rey, porque este tenía sus motivos, sino que los sacerdotes que representaban la religión oficial de Israel desechaban el mensaje de Jhvh y se parcializaban con la inmoralidad y la mentira. Tal es el caso de Amasías, sacerdote de Betel, que envió a decir a Jeroboam, rey de Israel:
 "Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel. ¡La tierra no puede soportar todas sus palabras!

La expulsión de Amos
Amos sin ninguna preparación, educación ni crianza especial, obedeció el llamado de Jhvh: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel". (Amos 7.15) La obediencia a Jhvh es la prueba de ser un siervo fiel, que este no desampara.
Este hecho le costó  la expulsión al indefenso Amós por parte del sacerdote Amasías que le dijo: — ¡Vidente, vete; huye a la tierra de Judá y come allá tu pan! Profetiza allá y no profetices más en Betel, porque es el santuario del rey y la casa del reino. (Amos 7:13)

El juicio de Jhvh contra Amasías
El juicio de Jhvh no se hizo esperar y por las palabras del mismo Amos le dijo: "Tu mujer se prostituirá en la ciudad; tus hijos y tus hijas caerán a espada. Tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra inmunda, e Israel definitivamente será llevado cautivo de su tierra." (Amos 7:17)
Desafortunadamente el espíritu de Amasías hoy se sigue manifestando en los sacerdotes que no  predican el mensaje de Jhvh ni denuncian el pecado de los gobernantes, sino que tan solo se preocupan por su propia posición porque creen que mantener su cargo es más importante que anunciar la Verdad. 

No dejen que la ambición de prestigio, autoridad y dinero les ate a una posición que no puedan dejar, seamos prudentes hasta donde sea posible, pero sin dejar que nada interfiera en nuestra obediencia y relación con el Espíritu Santo, cueste lo que cueste, para la honra y Gloria Divinas.



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