viernes, 13 de diciembre de 2013

ELEMENTOS DE CONFUSIÓN RESPECTO AL SEXO



Actualmente hay una tremenda confusión en cuanto al sexo. Este estado
caótico tiene raíces que se extienden hasta la antigüedad, pero también hay
influencias modernas que han contribuido.
1. De la Iglesia Primitiva: El Matrimonio Sacramental
La confusión comienza con la interpretación que algunos han dado al celibato
en el Nuevo Testamento. Jesús mismo lo practicaba y reconoció que no fue
algo para ser ejercido por todos. (Mateo 19:11, 12.) Pablo apoyó el
celibato como un estado de mayor utilidad para las cosas del Señor, pero
nunca lo destacó como algo de superior santidad sobre el matrimonio. (1
Corintios 7:28, 32, 36-38.) Pablo fue especialmente influenciado en su opinión
por su firme convicción de que Cristo pronto regresaría a la tierra y que el
tiempo era muy breve. (1 Corintios 7:26, 29.) Por lo tanto, aconsejaba a
los cristianos que se dedicaran a la obra con la menor cantidad de
impedimentos. (1 Corintios 7:35.) Para poder resistir, o mejor decir, no
necesitar el trato matrimonial, Pablo reconocía la necesidad del don de
continencia. (1 Corintios 7:7-9.)
Los padres de la iglesia interpretaron, en un sentido general, que el celibato era
superior al matrimonio. Tertuliano (c. 200 d. de J.C.) razonaba que debido a la
persecución, aquellos que tenían el menor número de impedimentos y
relaciones en el mundo tendrían más posibilidades de sobrevivir. El pensaba
que los cristianos, como los soldados, podían entrar mejor en campaña si no
tenían familias. Además, antes de Constantino y la popularidad de la iglesia
(325 d. de J.C.), sufrir el martirio u otro aspecto de abnegación fue algo de
mayor mérito. Después de Constantino, el celibato fue exaltado aún más por el
movimiento monástico. En este último caso, el sentido del movimiento fue en
contra de la carne en todas sus formas, aun rechazaba la relación con los
padres. Jerónimo decía que uno debía pisotear a su propio padre si se postraba
en la entrada de la casa para persuadirle a no salir para entrar en la vida del
monasterio. Decía: “Con ojos secos vuele a la bandera de la cruz. En tales
casos la crueldad es el único afecto verdadero.”Por cierto, fueron
menospreciadas también las mujeres y el matrimonio por esta forma dualistaf50
de interpretar la vida.
Fue Agustín quien llevó a un punto muy elevado el concepto del matrimonio
como un sacramento. El declaraba que la procreación en el matrimonio es algo
instituido por Dios no para llenar la tierra sino para llenar el número de los
elegidos a la salvación. Sostuvo que el acto sexual no es malo en sí pero que
siempre es acompañado por la pasión humana, y que la pasión es mala. El
decía que si fuera posible tener niños de otra manera, deberíamos rehusar
participar en el sexo. Puesto que esto no era una posibilidad, debíamos aceptar
el sexo, lamentándolo todo el tiempo. El acto sexual entonces trae pecado a la
vida, razonó, pero este pecado es venial, no mortal, si se comete dentro del
matrimonio, porque el matrimonio es un sacramento. El estado sacramental
también cubre el pecado de participar en el sexo con el fin de satisfacerse en
vez de participar en la procreación. De este modo la virginidad y el celibato
fueron exaltados sobre el matrimonio porque eran estados de mayor pureza y,
por tanto, de mayor santidad. Parte de este criterio fue también la aplicación de
este principio en la elevación a un plano moral más alto a los que se separaron
de todo lo carnal, específicamente el clero.
2. De la Edad Media: El Amor Romántico
Hasta el siglo XII el matrimonio se vio como un sacramento permanente,
primordialmente para procreación, sin romance y por debajo de la virginidad.
Durante el Renacimiento surgió el concepto del amor de los cortesanos que
exaltó a la mujer al punto de ser adorada. También el amor ennoblecía a los
contrayentes pero, por el otro lado, el amor era siempre una cosa de
incertidumbre, es decir, que se buscaba en solicitud, ansiedad y vehemencia de
pasión. Este amor ferviente y apasionado fue considerado imposible en el
matrimonio porque en el matrimonio el amor se da por sentado. Las
condiciones del amor romántico se realizaron mejor cuando el amante trataba
de conquistar a una mujer casada porque hacía de la experiencia algo para
gozar sólo en secreto y como una aventura. Así el amor cortesano llegó a ser el
culto del adulterio. Bainton señala que los orígenes de esta interpretación de la
actividad sexual son desconocidos. Sin embargo, hay varias teorías en cuanto a
su oriGénesis El lado que enfatiza la adoración y exaltación mística de la mujer
quizá viene del culto a la virgen que había llegado a ser un fanatismo en la edad
media. El lado físico bien puede haber venido de la influencia de los árabes en
España.f51 Debe recordarse que los conquistadores españoles que llegaron a
América Latina proyectaron este concepto romántico del amor a la cultura que
formaron. Es la base de mucho de lo que se entiende por el machismo que
todavía tiene su popularidad. En cuanto al resultado del machismo en el
concepto del sexo, la mujer es idolatrada como un objeto del placer del
hombre, y muchos niños han sido criados sin el compañerismo ni modelo moral
de un padre.
3. De la Reforma: El Matrimonio Secularizado
La Reforma en Alemania y en Suiza exaltó el matrimonio otra vez sobre el
celibato. Lutero interpretó que el acto de coito en el matrimonio no es más
pecaminoso que cualquier otra actividad del hombre. Vio el matrimonio como
el medio dado por Dios para controlar el impulso sexual que es natural. Pensó
que el casado puede controlarse mejor que el monje que no tiene el don de
continencia. La interpretación de Lutero y Calvino fue la de que el matrimonio
es sagrado pero no es sacramento. Es sagrado porque pertenece al orden de la
creación no al de la redención. Como tal, razonó Lutero, el matrimonio debe
ser algo administrado por el estado. Lutero creyó que el ministro de la iglesia
podría participar en la ceremonia, pero que en realidad estaba funcionando
como un oficial secular, representando al estado. El llegó a esta conclusión por
su concepto de que el cristiano tiene que vivir en dos mundos, el espiritual y el
secular, siendo fiel a Dios en ambas esferas. Los reformadores reaccionaron
fuertemente contra la concupiscencia de muchos sacerdotes y dirigentes
católicos de su época. Desgraciadamente, a la Reforma no le fue permitida
tener ninguna entrada en España, de donde los colonizadores llegaron a las
Américas. En un sentido general la reforma salvó el matrimonio para los
cristianos para que lo vieran como algo legítimo y sano para ellos y no como un
estado inferior al del clero. Sin embargo, el proceso de la secularización
después fue llevado a un extremo tal que ni la iglesia ni la Biblia mantienen
mucha influencia sobre la marcha del matrimonio ni del hogar en estos días
presentes.
4. De la Época Moderna: La Nueva Moralidad
Bainton explica que la era moderna ha enfatizado el compañerismo y la
igualdad entre los esposos.f53 quizá este movimiento de democratizar al hogar
es un fenómeno experimentado más en América del Norte que en el sur del
continente. Por ahora, lo que se busca en este estudio es comprender algo de
las razones de tanta confusión al respecto del sexo.
Sin duda, en la actualidad, el sexo es mal entendido por la onda de una nueva
moralidad que promueve una secularización y humanización del trato sexual en
todos sus aspectos. Hay la corriente común de la proliferación de pornografía y
de toda clase de lujuria. Las guías de este estilo de vivir son revistas como
Playboy y Penthouse. El gusto del individuo es lo que vale en este sistema. Ira
Reiss justifica este modo de vida, diciendo que la moral es algo privado.
También dice que si las personas se aman, el sexo antes o fuera del matrimonio
está bien con tal de que nadie sea perjudicado. Esto es permisividad con
afecto. Esta interpretación de Reiss es lo que comúnmente se llama la “nueva
moralidad”. Al contrario, es una nueva inmoralidad. Sea cual sea su nombre es
la causa fundamental de la confusión actual concerniente al sexo. Henlee
Barnette expone otras causas de este movimiento de promiscuidad. Hay una
pérdida en la autoridad de la iglesia sobre la moralidad social. Ha sido
popularizado el concepto de romance que glorifica la fornicación y el adulterio
especialmente en el cine y las revistas. Los jóvenes se están declarando libres
de la cultura de los padres, quitando toda restricción moral para ser más
“abiertos” para experimentar. Con “la píldora” y otros anticonceptivos
modernos es más fácil evitar el embarazo. La industrialización ha proveído a la
mujer una emancipación del hogar, dándole constantemente contactos sociales
y profesionales con aquellos del sexo opuesto. Se agrega a todo esto la
facilidad de movilizarse en automóvil y la comodidad de los moteles y se ve la
facilidad que una cantidad de personas cada vez mayor tiene de actuar
ilícitamente. La confusión es de tan grandes proporciones que en nuestros días
el sexo es casi deificado, como en el antiguo culto a Venus o Afrodita.f55
Cuando se levanta la cuestión de la nueva moralidad, es preciso entender que
hay un grupo de comentaristas y teólogos de renombre que han desarrollado
una ética racional que apoya esta interpretación liberal de la moralidad. Son los
sistemas racionales y humanistas de aquellos, como John A. T. Robinson,
Joseph Fletcher y Rudolf Bultmann, los que han planteado literalmente la nueva
moralidad. Su posición eleva al individuo y sus valores personales por encima
de cualquier regla o principio. Ellos afirman que el único principio es el amor
que se espera que todo hombre utilice en sus decisiones. En realidad ponen
gran confianza en que el hombre moderno sea el “nuevo” hombre, libre y
capaz. Estos exponentes enseñan que en cada situación hay que sentir la
responsabilidad para actuar con amor hacia otros.f56 Aun esto es lo que Dios
espera de todo hombre, dicen ellos. La tendencia en la nueva moralidad es
hacer que todo hombre sienta que es un paladín de moral correcta, cuando en
realidad no es capaz de desligarse de su ego y amar verdaderamente con el
agape de Dios. En vez de aclarar el amor para el hombre moderno, lo enredan
más. Es interesante cómo Joseph Fletcher ilustra sus explicaciones del principio
de amor con casos del acto sexual. El fin de su presentación no resulta en más
honra para el matrimonio sino sirve para justificar el adulterio y la fornicación.
5. Resultados de la Confusión sobre el Sexo
Uno de los resultados de la confusión corriente es la distorsión y aun
destrucción de un amor verdadero. Hay una plena desconfianza en muchas
personas que llegan al altar para contraer matrimonio. No debe causar sorpresa
que más adelante esto engendre grandes problemas de celos entre la pareja en
su relación personal. También estas presiones atacan la personalidad,
convirtiendo, especialmente, a la mujer, en un objeto como un juguete o como
un pedazo de caña que se chupa y después se tira. Quizá peor, es que la
práctica promiscua hace que el acto sexual no sea más que una función animal,
es satisfacer un apetito igual que el comer. En todo esto, está perdido el gran
concepto original de Dios, en formar de dos personas una sola carne. Hay que
oír otra vez Hebreos 13:4: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho
sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.”

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