Actualmente hay una tremenda confusión en cuanto al sexo. Este
estado
caótico tiene raíces que se extienden hasta la antigüedad, pero
también hay
influencias modernas que han contribuido.
1. De la Iglesia Primitiva: El Matrimonio Sacramental
La confusión comienza con la interpretación que algunos han dado
al celibato
en el Nuevo Testamento. Jesús mismo lo practicaba y reconoció que
no fue
algo para ser ejercido por todos. (Mateo 19:11, 12.) Pablo apoyó
el
celibato como un estado de mayor utilidad para las cosas del
Señor, pero
nunca lo destacó como algo de superior santidad sobre el
matrimonio. (1
Corintios 7:28, 32, 36-38.) Pablo fue especialmente influenciado
en su opinión
por su firme convicción de que Cristo pronto regresaría a la
tierra y que el
tiempo era muy breve. (1 Corintios 7:26, 29.) Por lo tanto,
aconsejaba a
los cristianos que se dedicaran a la obra con la menor cantidad de
impedimentos. (1 Corintios 7:35.) Para poder resistir, o mejor
decir, no
necesitar el trato matrimonial, Pablo reconocía la necesidad del
don de
continencia. (1 Corintios 7:7-9.)
Los padres de la iglesia interpretaron, en un sentido general, que
el celibato era
superior al matrimonio. Tertuliano (c. 200 d. de J.C.) razonaba
que debido a la
persecución, aquellos que tenían el menor número de impedimentos y
relaciones en el mundo tendrían más posibilidades de sobrevivir.
El pensaba
que los cristianos, como los soldados, podían entrar mejor en
campaña si no
tenían familias. Además, antes de Constantino y la popularidad de
la iglesia
(325 d. de J.C.), sufrir el martirio u otro aspecto de abnegación
fue algo de
mayor mérito. Después de Constantino, el celibato fue exaltado aún
más por el
movimiento monástico. En este último caso, el sentido del
movimiento fue en
contra de la carne en todas sus formas, aun rechazaba la relación
con los
padres. Jerónimo decía que uno debía pisotear a su propio padre si
se postraba
en la entrada de la casa para persuadirle a no salir para entrar
en la vida del
monasterio. Decía: “Con ojos secos vuele a la bandera de la cruz.
En tales
casos la crueldad es el único afecto verdadero.”Por cierto, fueron
menospreciadas también las mujeres y el matrimonio por esta forma
dualistaf50
de interpretar la vida.
Fue Agustín quien llevó a un punto muy elevado el concepto del
matrimonio
como un sacramento. El declaraba que la procreación en el
matrimonio es algo
instituido por Dios no para llenar la tierra sino para llenar el
número de los
elegidos a la salvación. Sostuvo que el acto sexual no es malo en
sí pero que
siempre es acompañado por la pasión humana, y que la pasión es
mala. El
decía que si fuera posible tener niños de otra manera, deberíamos rehusar
participar en el sexo. Puesto que esto no era una posibilidad,
debíamos aceptar
el sexo, lamentándolo todo el tiempo. El acto sexual entonces trae
pecado a la
vida, razonó, pero este pecado es venial, no mortal, si se comete
dentro del
matrimonio, porque el matrimonio es un sacramento. El estado
sacramental
también cubre el pecado de participar en el sexo con el fin de
satisfacerse en
vez de participar en la procreación. De este modo la virginidad y
el celibato
fueron exaltados sobre el matrimonio porque eran estados de mayor
pureza y,
por tanto, de mayor santidad. Parte de este criterio fue también
la aplicación de
este principio en la elevación a un plano moral más alto a los que
se separaron
de todo lo carnal, específicamente el clero.
2. De la Edad Media: El Amor Romántico
Hasta el siglo XII el matrimonio se vio como un sacramento
permanente,
primordialmente para procreación, sin romance y por debajo de la
virginidad.
Durante el Renacimiento surgió el concepto del amor de los
cortesanos que
exaltó a la mujer al punto de ser adorada. También el amor
ennoblecía a los
contrayentes pero, por el otro lado, el amor era siempre una cosa
de
incertidumbre, es decir, que se buscaba en solicitud, ansiedad y
vehemencia de
pasión. Este amor ferviente y apasionado fue considerado imposible
en el
matrimonio porque en el matrimonio el amor se da por sentado. Las
condiciones del amor romántico se realizaron mejor cuando el
amante trataba
de conquistar a una mujer casada porque hacía de la experiencia
algo para
gozar sólo en secreto y como una aventura. Así el amor cortesano
llegó a ser el
culto del adulterio. Bainton señala que los orígenes de esta
interpretación de la
actividad sexual son desconocidos. Sin embargo, hay varias teorías
en cuanto a
su oriGénesis El lado que enfatiza la adoración y exaltación
mística de la mujer
quizá viene del culto a la virgen que había llegado a ser un
fanatismo en la edad
media. El lado físico bien puede haber venido de la influencia de
los árabes en
España.f51 Debe recordarse que los conquistadores españoles que
llegaron a
América Latina proyectaron este concepto romántico del amor a la
cultura que
formaron. Es la base de mucho de lo que se entiende por el
machismo que
todavía tiene su popularidad. En cuanto al resultado del machismo
en el
concepto del sexo, la mujer es idolatrada como un objeto del
placer del
hombre, y muchos niños han sido criados sin el compañerismo ni
modelo moral
de un padre.
3. De la Reforma: El Matrimonio Secularizado
La Reforma en Alemania y en Suiza exaltó el matrimonio otra vez
sobre el
celibato. Lutero interpretó que el acto de coito en el matrimonio
no es más
pecaminoso que cualquier otra actividad del hombre. Vio el
matrimonio como
el medio dado por Dios para controlar el impulso sexual que es
natural. Pensó
que el casado puede controlarse mejor que el monje que no tiene el
don de
continencia. La interpretación de Lutero y Calvino fue la de que
el matrimonio
es sagrado pero no es sacramento. Es sagrado porque pertenece al
orden de la
creación no al de la redención. Como tal, razonó Lutero, el
matrimonio debe
ser algo administrado por el estado. Lutero creyó que el ministro
de la iglesia
podría participar en la ceremonia, pero que en realidad estaba
funcionando
como un oficial secular, representando al estado. El llegó a esta
conclusión por
su concepto de que el cristiano tiene que vivir en dos mundos, el
espiritual y el
secular, siendo fiel a Dios en ambas esferas. Los reformadores
reaccionaron
fuertemente contra la concupiscencia de muchos sacerdotes y
dirigentes
católicos de su época. Desgraciadamente, a la Reforma no le fue
permitida
tener ninguna entrada en España, de donde los colonizadores
llegaron a las
Américas. En un sentido general la reforma salvó el matrimonio
para los
cristianos para que lo vieran como algo legítimo y sano para ellos
y no como un
estado inferior al del clero. Sin embargo, el proceso de la
secularización
después fue llevado a un extremo tal que ni la iglesia ni la
Biblia mantienen
mucha influencia sobre la marcha del matrimonio ni del hogar en
estos días
presentes.
4. De la Época Moderna: La Nueva Moralidad
Bainton explica que la era moderna ha enfatizado el compañerismo y
la
igualdad entre los esposos.f53 quizá este movimiento de
democratizar al hogar
es un fenómeno experimentado más en América del Norte que en el
sur del
continente. Por ahora, lo que se busca en este estudio es
comprender algo de
las razones de tanta confusión al respecto del sexo.
Sin duda, en la actualidad, el sexo es mal entendido por la onda
de una nueva
moralidad que promueve una secularización y humanización del trato
sexual en
todos sus aspectos. Hay la corriente común de la proliferación de
pornografía y
de toda clase de lujuria. Las guías de este estilo de vivir son
revistas como
Playboy y Penthouse. El gusto del individuo es lo que vale en este
sistema. Ira
Reiss justifica este modo de vida, diciendo que la moral es algo
privado.
También dice que si las personas se aman, el sexo antes o fuera
del matrimonio
está bien con tal de que nadie sea perjudicado. Esto es
permisividad con
afecto. Esta interpretación de Reiss es lo que comúnmente se
llama la “nueva
moralidad”. Al contrario, es una nueva inmoralidad. Sea cual sea
su nombre es
la causa fundamental de la confusión actual concerniente al sexo.
Henlee
Barnette expone otras causas de este movimiento de promiscuidad.
Hay una
pérdida en la autoridad de la iglesia sobre la moralidad social.
Ha sido
popularizado el concepto de romance que glorifica la fornicación y
el adulterio
especialmente en el cine y las revistas. Los jóvenes se están
declarando libres
de la cultura de los padres, quitando toda restricción moral para
ser más
“abiertos” para experimentar. Con “la píldora” y otros
anticonceptivos
modernos es más fácil evitar el embarazo. La industrialización ha
proveído a la
mujer una emancipación del hogar, dándole constantemente contactos
sociales
y profesionales con aquellos del sexo opuesto. Se agrega a todo
esto la
facilidad de movilizarse en automóvil y la comodidad de los
moteles y se ve la
facilidad que una cantidad de personas cada vez mayor tiene de
actuar
ilícitamente. La confusión es de tan grandes proporciones que en
nuestros días
el sexo es casi deificado, como en el antiguo culto a Venus o
Afrodita.f55
Cuando se levanta la cuestión de la nueva moralidad, es preciso
entender que
hay un grupo de comentaristas y teólogos de renombre que han
desarrollado
una ética racional que apoya esta interpretación liberal de la
moralidad. Son los
sistemas racionales y humanistas de aquellos, como John A. T.
Robinson,
Joseph Fletcher y Rudolf Bultmann, los que han planteado
literalmente la nueva
moralidad. Su posición eleva al individuo y sus valores personales
por encima
de cualquier regla o principio. Ellos afirman que el único
principio es el amor
que se espera que todo hombre utilice en sus decisiones. En
realidad ponen
gran confianza en que el hombre moderno sea el “nuevo” hombre,
libre y
capaz. Estos exponentes enseñan que en cada situación hay que
sentir la
responsabilidad para actuar con amor hacia otros.f56 Aun esto es lo que Dios
espera de todo hombre, dicen ellos. La tendencia en la nueva
moralidad es
hacer que todo hombre sienta que es un paladín de moral correcta,
cuando en
realidad no es capaz de desligarse de su ego y amar verdaderamente
con el
agape de Dios. En vez de aclarar el amor para el hombre moderno, lo
enredan
más. Es interesante cómo Joseph Fletcher ilustra sus explicaciones
del principio
de amor con casos del acto sexual. El fin de su presentación no
resulta en más
honra para el matrimonio sino sirve para justificar el adulterio y
la fornicación.
5. Resultados de la Confusión sobre el Sexo
Uno de los resultados de la confusión corriente es la distorsión y
aun
destrucción de un amor verdadero. Hay una plena desconfianza en
muchas
personas que llegan al altar para contraer matrimonio. No debe
causar sorpresa
que más adelante esto engendre grandes problemas de celos entre la
pareja en
su relación personal. También estas presiones atacan la
personalidad,
convirtiendo, especialmente, a la mujer, en un objeto como un
juguete o como
un pedazo de caña que se chupa y después se tira. Quizá peor, es
que la
práctica promiscua hace que el acto sexual no sea más que una
función animal,
es satisfacer un apetito igual que el comer. En todo esto, está
perdido el gran
concepto original de Dios, en formar de dos personas una sola
carne. Hay que
oír otra vez Hebreos 13:4: “Honroso sea en todos el matrimonio, y
el lecho
sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará
Dios.”
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