Cierto día que Jesús predicaba, notó la presencia de dos barcas vacías a la orilla del mar, porque los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes. Al subir a una de ellas, Jesús le pidió a Simón, el dueño de la barca, que la empujara al agua. Luego se sentó y desde allí enseñaba a las multitudes.
Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: - Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.
-Maestro -respondió Simón-, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.
Esta vez las redes se llenaron de tantos peces, que comenzaron a romperse. Un grito de auxilio atrajo a los compañeros que estaban en la otra barca y pronto las dos estaban llenas de peces y a punto de hundirse.
Posiblemente hoy te encuentras como Pedro, desanimado y frustrado por no haber podido obtener lo que deseabas. Déjame decirte que Jesús te pide que pesques nuevamente. Él sabe que tus redes están vacías. Sabe que tu corazón está cansado porque ya lo intentaste varias veces y quisieras darlo todo por terminado. Pero Él te insta a que lo hagas una vez más, porque “no es demasiado tarde para intentarlo de nuevo” cuando lo tienes a Él de tu lado.
Ten la misma actitud que tuvo Pedro y di: “Como tú me lo mandas, echaré las redes”. Sin importar la prueba que estés atravesando sigue confiando en Dios, pues Él es quien tiene la última palabra, el único que puede cambiar tus circunstancias y hacer realidad el milagro que estás esperando.
Nada está perdido cuando Dios está en control de tu vida. Vuélvelo a intentar y encara los desafíos de la vida con coraje y valor.
Hoy es tiempo de ir por más!!
Confía en el Señor con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento. Proverbios 3:5
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