Judas dice:
"Es muy difícil hacerlo".
El Maestro
vuelve y observa el lago y dice:
"El lago
está tranquilo, sólo lo salpica el viento cuando sopla; la vida es un lago que
debe permanecer tranquilo; si lo salpica el viento peligra el nadador. Por eso
es que tú ves muy difícil nadar como los peces; aunque el lago se salpique por
el viento, el pez, en su interior, está tranquilo".
En ese
momento el Maestro miraba a los aires y veía a las aves volar y dijo:
"¡Con
qué perfección vuelan las aves!, así vosotros también deberéis aprender a volar
como ellas".
Judas lo
interpela y dice :"Usted nos está
hablando de cosas
que para nosotros son demasiado difíciles".
El Maestro le
dice:
"Judas,
tú aprenderás estas cosas para que cuando Yo vaya a mi Padre tú las hayas hecho y las enseñes a quienes crean en
Mí".
"Te digo
que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino
del Espíritu no está en la tierra".
"Todo lo
que os digo hoy, Ustedes no me entienden, porque vosotros habéis creído en Mí y
estas cosas las hago Yo por Ustedes, pero cuando Yo vaya a mi Padre, mi Padre
iluminará vuestro entendimiento para que vosotros hagáis por la Humanidad lo que Yo he
hecho por vosotros, y así se cumplirán las
Escrituras y la Palabra de «Quien esté conmigo y escuche mi
Palabra, también estará con EL que me
envió y recibirá su Luz»".
"Por lo
tanto, os digo a vosotros, mis hermanos, que la muerte cuando llega desprende
el Alma de la materia y así el Alma no piensa más en la materia, porque para
ella ya no existe; piensa en EL que la envió, espera en EL, confía en EL.
"Por lo
tanto, vosotros que habéis creído en Mí
y escucháis mi Palabra, debéis
despojaros de lo que no os corresponde para que en Espíritu os elevéis al seno
de mi Padre".
Replica
Judas: "De lo que tenemos aquí, ¿qué no nos corresponde?".
Contesta el
Maestro:
"Ya os
he dicho que ni vuestros huesos, ni vuestras carnes, ni vuestros padres, ni vuestros hijos, ni lo que habéis
aprendido de vuestros antepasados os sirve, ni os corresponde".
"Sólo la Palabra que ha abierto las
puertas de vuestro Espíritu y os ha llevado a beber de la fuente de la Sabiduría , será la que
os conduzca por lo desconocido; lo que no conoce vuestra mente, ni vuestro yo,
porque ellos no podrán llegar donde
Ustedes, como Espíritu, han de llegar".
Estando el
Maestro con sus Discípulos en casa de Marta, les dice:
"Os voy
a enseñar a vivir como el aire, como la tierra, como las aguas y como el
fuego".
Se acerca
Judas y le dice: "Maestro, ¿no será conveniente que estas cosas se hagan
en otro lugar?".
El Maestro le
dice:
"Judas,
nosotros somos UNO SOLO, hoy hacemos estas cosas aquí, tú más tarde las harás en un lugar secreto para que
no se profanen, porque.... ¿qué sacamos con darle de comer a un cerdo en un
alfaro nuevo?; ensucia la comida y
ensucia el alfaro".
"Para
vosotros la Palabra
es alimento, por lo tanto, os digo: «Aprended de Mí para que enseñéis textual
como os enseño»".
Se dirigió a
todos y dijo:
"Vosotros
veis la tierra quieta, mas ella gira alrededor de la Vida, que es el Sol".
"Nosotros
estamos aquí quietos como la tierra, pero espiritualmente no estamos quietos;
estamos girando alrededor de la
Vida , por lo tanto, en estos momentos somos la Tierra que da alimento a la Vida que es el
Espíritu".
Se detuvo un
momento y dijo:
"Todos
nosotros, en este momento, somos el Aire,
porque nos despojamos de una
materia que es tierra y volamos por los aires
con la libertad del
Espíritu....."
Guardó un
poco de silencio y dijo:
"Nosotros
todos, en este momento, somos el Agua, porque nos hemos convertido en la fuente
eterna del Espíritu; de ella bebemos para nutrir el cuerpo y calmar la sed del Alma....".
Guardó un
poco de silencio y dijo:
"Todos nosotros, en este momento, somos un Fuego
abrasador, porque nos hemos convertido
en el Fuego del Espíritu que a todos nos devora, nos limpia y nos
purifica".
"Así,
queridos hermanos, nuestros cuerpos y nuestro
Espíritu se integran para
prepararnos hacia la
Resurrección ".
Le dice
Judas: " Maestro, nosotros sabemos que todo lo que Usted hace es para que
nosotros también lo hagamos, pero.... ¿cuándo lo podemos hacer?".
El Maestro le
dice:
"Todos
vosotros sois UNO conmigo y estas cosas podéis hacer, pero hoy no las hacéis
porque Yo estoy con vosotros".
"Cuando
Yo vaya a mi Padre, vuestro Padre vendrá a vosotros y seréis como Yo y haréis todas estas cosas y muchas
más".
Contesta
Pedro y le dice: "Maestro, Usted
resucita muertos, cura leprosos, saca
demonios de los poseídos, ¿por qué no nos enseña a hacerlo?".
El Maestro
contesta:
"El Discípulo
no es más que su Maestro, pero es justo que aprenda lo que se le enseña".
"Una
medicina no es más que la enfermedad, pero, por la gracia de Dios, cura".
"Vosotros
erais muertos que Yo resucité; erais leprosos que Yo sané; erais poseídos de
demonios que Yo os saqué; erais ciegos y Yo os puse a ver; erais sordos y Yo os
di oídos; andabais a oscuras y Yo os he dado la Luz ".
Dice Judas:
"Maestro, y ¿cómo hacemos para que el mundo nos crea lo que nosotros hemos
vivido, lo que nosotros hemos visto, como testimonio?".
Dice el
Maestro:
"Dos
higueras nacen en el huerto, una de ellas no da frutos, la otra da muchos
frutos; ¿a cuál de las dos se acerca el que tiene hambre?".
"Así
vosotros debéis hacer, dar buenos frutos para que el que tiene hambre llegue
donde vosotros a alimentarse de vuestros frutos".
Dice Judas :
"Maestro, entendido, pero tengo dudas de mí mismo, pienso que el día que
esté solo, lejos de su presencia, no lo pueda hacer".
Contesta el
Maestro:
"Antes
de que Yo me retire, tú tienes que haber muerto".
Contesta
Judas, diciendo: "Pero por su Gracia yo he resucitado de entre los
muertos".
Y dice el
Maestro:
"Sí, así
es, pero necesitas morir nuevamente, y para esto es necesario que tú te
dediques a eliminar tus sombras; a eliminar lo que has sido; a eliminar lo que
otros han pensado de ti y tú has creído; a eliminar tus pensamientos que son
los que te alejan de la capacidad que ya tienes por mi Gracia".
Estando el
Maestro reunido con los Discípulos, les dijo:
"¿Quién
de vosotros me dice lo que debemos hacer en el día de mañana?".
Unos
opinaron: "En el día de mañana estaremos en el Templo"; otros:
"En el día de mañana estaremos en ayuno".
Dijo el
Maestro:
"El Hijo
del Hombre es como el Sol, al que tiene frío le da calor; es como las nubes,
donde hace falta lluvia, lleva el agua; es como la madre amorosa, cuando el
hijo tiene hambre, le alimenta".
"Así
pues, el día de mañana estaremos dando de comer al hambriento, dando de beber
al sediento, dando calor a quien tiene frío, para que se cumpla la Palabra : «Que todo lo que
está bajo el Sol, ha sido creado por el Señor y sólo EL velará por sus
criaturas e hijos»".
"Por eso
os digo que si no tenéis una ofrenda para Dios, velad primero que si alguien ha
tenido hambre y no le disteis de comer; ha tenido sed y no le disteis de beber;
ha tenido frío y no le disteis abrigo. Esa ofrenda que llevas, aún no la presentes
todavía, porque sería inútil dar a Dios
una ofrenda que se la hemos negado
a nuestro hermano".
Replica Judas
y le dice: "Maestro, pero la
Ley de Moisés nos enseña a amar a Dios sobre todas las cosas
y Usted nos manda a servir primero al hombre".
Y el Maestro
contestó:
"¿Qué
Padre justo y sensato se sentaría a la mesa a comer, si sus hijos tienen
hambre".
"Así
mismo es el Padre: esto nos hace entender la trascendencia que tiene para
nosotros la Vida
que llevamos, cómo la vivimos, cómo nos comportamos"
Salió el
Maestro al campo con sus Discípulos y en el camino le salían muchas personas a
consultarle, otros le seguían.
Cuando
llegaron a la cima del Monte EHOS, el Maestro se detuvo y miró a la multitud y
dijo a sus Discípulos: "Estas gentes buscan curar sus males". Mandó
que se sentasen y empezó a hablarles.....
Pasaron las
horas y Pedro se le acercó y le dijo: "Maestro, estas gentes buscan ser curadas y ya es tarde y son
muchos".
El Maestro
guardó silencio y continuó hablándoles......
Pedro se
acercó a Judas y le dijo: "El Maestro dijo que estas personas necesitaban
ser curadas, es tarde y son muchas".
Judas se
acercó al Maestro y le dijo: "Maestro, se hace tarde y los enfermos son muchos".
El Maestro le
miró y le dijo:
"Judas,
cuando tú tienes hambre, buscas pan para alimentarte; cuando tienes sed, buscas
el agua para calmar tu sed".
"Así la Palabra del Hijo del
Hombre es el Pan que calma el hambre, es la fuente para calmar la sed".
Replica Judas
y dice: "Maestro, eso
yo lo entiendo,
pero ellos tienen
enfermedades,
muchas de
ellas inmundas".
Replica el
Maestro:
"Quien
come del Pan y bebe el Agua de la Vida Eterna , nunca volverá a tener hambre ni sed
y sus males desaparecerán de él, porque tiene en su interior la Gracia que la Palabra le ha
dejado...."
"Quien
tiene un cultivo de trigo, primero retira las malezas, posteriormente, le pone riego, no sea que con el riego se
alimenten también las malezas".
"Así el
Hijo del Hombre, primero retira las malezas del Pueblo y, posteriormente, le da
a tomar de la Fuente
de Vida que le curará todos los males".
(Continuará)
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