viernes, 23 de noviembre de 2012

Judas Iscariote Continuación



Judas dice: "Es muy difícil hacerlo".

El Maestro vuelve y observa el lago y dice:
"El lago está tranquilo, sólo lo salpica el viento cuando sopla; la vida es un lago que debe permanecer tranquilo; si lo salpica el viento peligra el nadador. Por eso es que tú ves muy difícil nadar como los peces; aunque el lago se salpique por el viento, el pez, en su interior, está tranquilo".

En ese momento el Maestro miraba a los aires y veía a las aves volar y dijo:
"¡Con qué perfección vuelan las aves!, así vosotros también deberéis aprender a volar como ellas".

Judas lo interpela y dice :"Usted   nos   está   hablando   de  cosas   que   para   nosotros son demasiado difíciles".

El Maestro le dice:
"Judas, tú aprenderás estas cosas para que cuando Yo vaya a mi Padre tú las   hayas hecho y las enseñes a quienes crean en Mí".
"Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la tierra".
"Todo lo que os digo hoy, Ustedes no me entienden, porque vosotros habéis creído en Mí y estas cosas las hago Yo por Ustedes, pero cuando Yo vaya a mi Padre, mi Padre iluminará vuestro entendimiento para que vosotros hagáis por la Humanidad lo que Yo he hecho por vosotros, y así se cumplirán las   Escrituras y la Palabra de «Quien esté conmigo y escuche mi Palabra,   también estará con EL que me envió y recibirá su Luz»".
"Por lo tanto, os digo a vosotros, mis hermanos, que la muerte cuando llega desprende el Alma de la materia y así el Alma no piensa más en la materia, porque para ella ya no existe; piensa en EL que la envió, espera en EL,    confía en EL.
"Por lo tanto, vosotros que  habéis creído en Mí y escucháis mi Palabra,   debéis despojaros de lo que no os corresponde para que en Espíritu os elevéis al seno de mi Padre".

Replica Judas: "De lo que tenemos aquí, ¿qué no nos corresponde?".
Contesta el Maestro:
"Ya os he dicho que ni vuestros huesos, ni vuestras carnes, ni vuestros   padres, ni vuestros hijos, ni lo que habéis aprendido de vuestros antepasados os sirve, ni os corresponde".
"Sólo la Palabra que ha abierto las puertas de vuestro Espíritu y os ha llevado a beber de la fuente de la Sabiduría, será la que os conduzca por lo desconocido; lo que no conoce vuestra mente, ni vuestro yo, porque ellos no podrán llegar   donde Ustedes, como Espíritu, han de llegar".

Estando el Maestro con sus Discípulos en casa de Marta, les dice:
"Os voy a enseñar a vivir como el aire, como la tierra, como las aguas y como el fuego".
Se acerca Judas y le dice: "Maestro, ¿no será conveniente que estas cosas se hagan en otro lugar?".

El Maestro le dice:
"Judas, nosotros somos UNO SOLO, hoy hacemos estas cosas aquí, tú más   tarde las harás en un lugar secreto para que no se profanen, porque.... ¿qué sacamos con darle de comer a un cerdo en un alfaro nuevo?; ensucia la  comida y ensucia el  alfaro".
"Para vosotros la Palabra es alimento, por lo tanto, os digo: «Aprended de Mí para que enseñéis textual como os enseño»".

Se dirigió a todos y dijo:
"Vosotros veis la tierra quieta, mas ella gira alrededor de la Vida, que es el   Sol".
"Nosotros estamos aquí quietos como la tierra, pero espiritualmente no estamos quietos; estamos girando alrededor de la Vida, por lo tanto, en estos momentos somos la Tierra que da alimento a la Vida que es el Espíritu".

Se detuvo un momento y dijo:
"Todos nosotros, en este momento, somos el Aire,  porque nos despojamos   de una materia que es tierra y volamos por los aires  con la libertad del   Espíritu....."

Guardó un poco de silencio y dijo:
"Nosotros todos, en este momento, somos el Agua, porque nos hemos convertido en la fuente eterna del Espíritu; de ella bebemos para nutrir el   cuerpo y calmar la sed del Alma....".

Guardó un poco de silencio y dijo:
"Todos   nosotros, en este momento, somos un Fuego abrasador, porque nos   hemos convertido en el Fuego del Espíritu que a todos nos devora, nos limpia y nos purifica".
"Así, queridos hermanos, nuestros cuerpos y nuestro  Espíritu se integran    para prepararnos hacia la Resurrección".
Le dice Judas: " Maestro, nosotros sabemos que todo lo que Usted hace es para que nosotros también lo hagamos, pero.... ¿cuándo lo podemos hacer?".

El Maestro le dice:
"Todos vosotros sois UNO conmigo y estas cosas podéis hacer, pero hoy no las hacéis porque Yo estoy con vosotros".

"Cuando Yo vaya a mi Padre, vuestro Padre vendrá a vosotros y seréis como   Yo y haréis todas estas cosas y muchas más".

Contesta Pedro y le  dice: "Maestro, Usted resucita muertos, cura leprosos,   saca demonios de los poseídos, ¿por qué no nos enseña a hacerlo?".

El Maestro contesta: 
"El Discípulo no es más que su Maestro, pero es justo que aprenda lo que se le enseña".
"Una medicina no es más que la enfermedad, pero, por la gracia de Dios,   cura".
"Vosotros erais muertos que Yo resucité; erais leprosos que Yo sané; erais poseídos de demonios que Yo os saqué; erais ciegos y Yo os puse a ver; erais sordos y Yo os di oídos; andabais a oscuras y Yo os he dado la Luz".

Dice Judas: "Maestro, y ¿cómo hacemos para que el mundo nos crea lo que nosotros hemos vivido, lo que nosotros hemos visto, como testimonio?".

Dice el Maestro:
"Dos higueras nacen en el huerto, una de ellas no da frutos, la otra da muchos frutos; ¿a cuál de las dos se acerca el que tiene hambre?".
"Así vosotros debéis hacer, dar buenos frutos para que el que tiene hambre llegue donde vosotros a alimentarse de vuestros frutos".

Dice Judas : "Maestro, entendido, pero tengo dudas de mí mismo, pienso que el día que esté solo, lejos de su presencia, no lo pueda hacer".

Contesta el Maestro:
"Antes de que Yo me retire, tú tienes que haber muerto".

Contesta Judas, diciendo: "Pero por su Gracia yo he resucitado de entre los muertos".

Y dice el Maestro:
"Sí, así es, pero necesitas morir nuevamente, y para esto es necesario que tú te dediques a eliminar tus sombras; a eliminar lo que has sido; a eliminar lo que otros han pensado de ti y tú has creído; a eliminar  tus pensamientos que   son   los que te alejan de la capacidad que ya tienes por mi Gracia".

Estando el Maestro reunido con los Discípulos, les dijo:
"¿Quién de vosotros me dice lo que debemos hacer en el día de mañana?".

Unos opinaron: "En el día de mañana estaremos en el Templo"; otros: "En el día de mañana estaremos en ayuno".

Dijo el Maestro:
"El Hijo del Hombre es como el Sol, al que tiene frío le da calor; es como las nubes, donde hace falta lluvia, lleva el agua; es como la madre amorosa, cuando el hijo tiene hambre, le alimenta".
"Así pues, el día de mañana estaremos dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, dando calor a quien tiene frío, para que se cumpla la Palabra: «Que todo lo que está bajo el Sol, ha sido creado por el Señor y sólo EL velará por sus criaturas e hijos»".

"Por eso os digo que si no tenéis una ofrenda para Dios, velad primero que si alguien ha tenido hambre y no le disteis de comer; ha tenido sed y no le disteis de beber; ha tenido frío y no le disteis abrigo. Esa ofrenda que llevas, aún no la presentes todavía, porque sería inútil  dar a Dios una ofrenda que se la hemos     negado a  nuestro hermano".

Replica Judas y le dice: "Maestro, pero la Ley de Moisés nos enseña a amar a Dios sobre todas las cosas y Usted nos manda a servir primero al hombre".

Y el Maestro contestó:
"¿Qué Padre justo y sensato se sentaría a la mesa a comer, si sus hijos tienen hambre".
"Así mismo es el Padre: esto nos hace entender la trascendencia que tiene para nosotros la Vida que llevamos, cómo la vivimos, cómo nos comportamos"

Salió el Maestro al campo con sus Discípulos y en el camino le salían muchas personas a consultarle, otros le seguían.
Cuando llegaron a la cima del Monte EHOS, el Maestro se detuvo y miró a la multitud y dijo a sus Discípulos: "Estas gentes buscan curar sus males". Mandó que se sentasen y empezó a hablarles.....

Pasaron las horas y Pedro se le acercó y le dijo: "Maestro, estas gentes   buscan ser curadas y ya es tarde y son muchos".
El Maestro guardó silencio y continuó hablándoles......

Pedro se acercó a Judas y le dijo: "El Maestro dijo que estas personas necesitaban ser curadas, es tarde y son muchas".

Judas se acercó al Maestro y le dijo: "Maestro, se hace tarde y los enfermos   son muchos".

El Maestro le miró y le dijo:
"Judas, cuando tú tienes hambre, buscas pan para alimentarte; cuando tienes sed, buscas el agua para calmar tu sed".
"Así la Palabra del Hijo del Hombre es el Pan que calma el hambre, es la fuente para calmar la sed".

Replica   Judas   y   dice:   "Maestro,   eso   yo   lo   entiendo,   pero   ellos   tienen   enfermedades,
muchas de ellas inmundas".

Replica el Maestro:
"Quien come del Pan y bebe el Agua de la Vida Eterna, nunca volverá a tener hambre ni sed y sus males desaparecerán de él, porque tiene en su interior la Gracia que la Palabra le ha dejado...."

"Quien tiene un cultivo de trigo, primero retira las malezas, posteriormente, le   pone riego, no sea que con el riego se alimenten también las malezas".

"Así el Hijo del Hombre, primero retira las malezas del Pueblo y, posteriormente, le da a tomar de la Fuente de Vida que le curará todos los males".  (Continuará)


No hay comentarios: