Prov. 4:20 Hijo mío, estate atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.
Prov. 4:21 No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón;
Prov. 4:22 Porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo. Prov. 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
Prov. 4:24 Aparta de ti la perversidad de la boca y aleja de ti la iniquidad de los labios. Prov. 4:25 Tus ojos miren lo recto y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Prov. 4:26 Examina la senda de tus pies y todos tus caminos sean rectos.
Prov. 4:27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.
Los oídos (v 20): ¿Estamos escuchando la Palabra de Dios con claridad y entendimiento? ¿Estamos haciendo lo que la Palabra nos dice?
Los ojos (vv20, 25): ¿Mantenemos nuestros ojos puestos en las enseñanzas que nos guiarán hacia la justicia? ¿Estás mirando con los ojos del Espíritu Santo su visión?
El corazón (v23): ¿Tienes un corazón perdonador, lo guardas de todo mal?
La boca (v24): ¿Está nuestra boca limpia y pura, son dignos nuestros labios de pronunciar el nombre de Jesucristo?
Los pies (v 26) ¿Estamos en el Camino (Juan 14:6), sin desviaciones?
¿Existen áreas donde necesitas tomar acción? Este chequeo debe ser periódico, para así poder restablecer tu vitalidad espiritual.
Yo el Todopoderoso te digo: Te amo sobre todas las cosas.
Te guardo de todo mal.
Te confío mi Reino.
No tienes que hacer nada para ser mi hijo !!!!
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