Pr. Manuel A Morejón Soler. Vedado, La Habana.
Dios habla hoy:
Escuchen ahora, gobernantes y jefes de Israel, ¿acaso no corresponde a ustedes saber lo que es la justicia?
En cambio, odian el bien y aman el mal; desgarran a mi pueblo y le dejan los huesos pelados.
Se comen vivo a mi pueblo; le arrancan la piel y le rompen los huesos; lo tratan como si fuera carne para la olla.
Un día llamarán ustedes al Señor, pero él no les contestará.
En aquel tiempo se esconderá de ustedes por las maldades que han cometido. (Miqueas 3:1-4)
Síntesis del momento histórico.
Este era el ambiente de la época de Miqueas (742-687 a. C)
El nombre de Miqueas significa “¿Quién es como Jehovah?”.
En ese tiempo el rey Acaz había dejado en ruinas la economía del país.
Cuando Ezequías subió al trono comenzó un lento camino hacia la recuperación y el vigor económico. Ezequías probablemente escuchó mucho del consejo del profeta Miqueas.
Miqueas predicó que el gran deseo de Dios no era que le ofrecieran sacrificios en el templo Dios se deleita en la fe que produce justicia, amor por los demás y obediencia a Él. No obstante a que el amor es el principal atributo de Dios, su ira es también real y ardiente y se levanta como justo juez, para impartir castigo a todos los que lo desafían (1:5). Al mismo tiempo el profeta detalla un listado de estos pecados despreciables: el fraude (2:2), el robo (2:8), la codicia (2:9), el libertinaje (2:11), la opresión (3:3), la hipocresía (3:4), la herejía (3:59), la injusticia (3:9), la extorsión y la mentira (6:12) y el asesinato (7:2). Sobre todos los que practican estos pecados el juicio de Dios vendrá inexorablemente.
El sábado 28 de junio, se conmemoró en la Catedral Episcopal de la Santísima Trinidad, localizada entre las calles 13 y 6 del capitalino barrio habanero del Vedado, el 70 aniversario de la creación del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC).
Asistió con una comitiva oficial el gobernante Raúl Castro y allí afirmó que Cuba necesita “hoy más que nunca las bendiciones de sus iglesias evangélicas”, respondiendo así al presidente del CIC, Rev. Marcial Miguel, quien “elogió las propuestas de cambio emprendidas por el gobierno.”
El Señor se esconde de los indignos.
Miqueas predijo la ruina para todos los líderes que oprimían y explotaban a los pobres. Y aún así nadie hablaba o hacía algo para detenerlos.
Dios no protegerá nunca tales injusticias y con mucho más rigor juzgará a los falsos profetas y sacerdotes corruptos, que han pervertido la fe realizando públicamente ceremonias religiosas en su nombre buscando en privado ganar influencia por parte de los gobernantes.
El Señor les asegura en su Palabra:
“Un día llamarán ustedes al Señor, pero él no les contestará.
En aquel tiempo se esconderá de ustedes por las maldades que han cometido.” (Libro del profeta Miqueas 3:4)
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