viernes, 15 de abril de 2011

“LA RESTITUCIÓN Y EL PERDÓN”


Por Pr Manuel Morejón Soler El Vedado, La Habana, de abril del 2011 (PD) imorejon@yahoo.es







Habló Jehová a Moisés, diciendo:

-Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre, entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación. Y para expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación. Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender. (Libro de Levítico Cap.6 versos del 1-7)

No importa lo prominente y visible que sea el hombre, ni siquiera si es tan alto como el cielo, pues la “Palabra de Dios” está por encima de todas las cosas ( Salmo 138:2) y ésta es libre para todos, ya que en las cosas eternas Dios no permite que un hombre sea sometido a otro hombre. El imperio del hombre, por extenso y poderoso que sea, termina remotamente lejos de donde comienza el señorío de Dios. Hay quien pudiera decir: -bueno esa ley fue para los tiempos de Moisés. Entonces la respuesta es negativa, pues las inmoralidades de aquellos tiempos siguen siendo las mismas para todos los tiempos, así también las normas para impedirlas y sus correspondientes restituciones para resarcir los daños causados continuarán siendo válidas en todos los tiempos.

Se puede observar que en todos los atropellos al prójimo, se exige la correspondiente restitución con intereses por encima del daño causado, como condición para la obtención del perdón de Dios. De ahí que la cuantía de la restitución será siempre sobre el agravio.

La razón dominante de la restitución es para que no se incurra en atropellos ni abusos.

Hay tiranos que les sería imposible resarcir todo el daño que han causado al pueblo durante su prolongado mandato, frustrando sueños y vidas con su despotismo, opresiones y crímenes. De ahí es que no quieren creer en el Eterno ni en su reino de justicia, creyéndose así que podrán evadir la responsabilidad que les corresponde ante Dios.

“Es humano cometer pecados; cristiano, odiarlos; divino, perdonarlos; diabólico, persistir en ellos”.

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