Carta de un líder religioso cubano a la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba en Villa Clara.
Esta es una carta abierta de un líder bautista del centro de la Isla que se dirige a la jefa del Departamento de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba en la Provincia de Villa Clara y lo hace en estos términos, Luis Ramón Santos Martin, quien expresa:
La misiva que, adjunta a esta declaración usted podrá leer, fue presentada personalmente por quién la suscribe, en la recepción del Partido Provincial de Villa Clara, el 19/5/2010 a las 8.00 a.m. con el objetivo de que conocieran mi inquietud y, a la vez, recibir una respuesta convincente. Sin embargo no recibí ninguna respuesta. Fue entonces que decidí mandar por segunda vez la carta el 11/7/10, en esta ocasión por manos de una trabajadora de esa entidad que, por cuestión de ética y principios no revelaré su nombre, y hasta hoy 20/10/10 tampoco he recibido respuesta alguna. Esto me ha preocupado un poco porque, como cristiano no puedo juzgar sino con justo juicio, pero pudiera interpretar este silencio al menos de dos maneras posibles: una, que la destinataria no la haya recibido, lo que deja percibir la falta de seriedad y responsabilidad en algunos de sus trabajadores, y dos, que la destinataria no tuviera respuesta o no le diera la debida importancia al asunto tratado, lo que de ser así, empañaría el prestigio de dicha organización y su credibilidad como funcionaria del gobierno. Cualquiera que sea la causa (la cual yo desconozco), esto ha aumentado mis inquietudes, por la postura que existe en este departamento gubernamental hacia la Iglesia del Señor. Por tanto, en mi derecho como ciudadano cubano, hago de esta carta una circular pública para que los pastores y líderes de las diferentes denominaciones conozcan la realidad del asunto, y mi preocupación.
Circular pública de la carta para conocimiento de los pastores y líderes de la ciudad de Santa Clara.
A: Odalis Sabalo Mira
Jefe Dpto. Asuntos Religiosos
PCC. Villa Clara.
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo (1 Co. 1:3).
Mi nombre es Luís Ramón Santos Martín, soy el Ministro del Departamento de Evangelismo y Misiones de La Primera Iglesia Bautista “La Trinidad” de Santa Clara. Me dirijo a usted, a título personal, con el mayor respeto que merece a través de la presente, para compartir algunas preguntas que me inquietan desde que me convertí a Cristo Jesús, y siento la gran necesidad de predicar el Evangelio a mis conciudadanos para compartir con ellos lo que el Señor ha hecho en mi vida:
1) ¿Por qué el Dpto. que usted dirige nos dice ( porque casi nunca lo dan por escrito) que no podemos hacer programas públicos en los barrios, parques, campos, CPA. etc. alegando que nosotros tenemos templos y capillas destinados para eso, cuando ustedes también tienen locales especiales y específicos para realizar sus programas políticos (porque cada empresa, u organismos estatales incluyendo escuelas, universidades y hospitales tienen salones de reuniones) y sin embargo usan las plazas, los parques, los barrios, las CPA. para fomentar sus principios teniendo todos los permisos y apoyo necesarios? ¿Por qué una parte de los ciudadanos sí, y nosotros no? ¿Es que acaso los cristianos no somos cubanos que tienen los mismos derechos?
2) ¿Por qué nos engañan al decirnos que pidamos permisos para hacer las actividades, y después no los dan o los cancelan momentos antes de los programas incentivando así el disgusto de la comunidad cristiana? Ejemplo, el día 9 de enero en la explanada de vigía Sur. Deseo aclarar que no ha sido la única vez.
3) ¿Por qué cuando pedimos permiso a presidentes de CDR, delegados de zona, presidentes de cooperativa etc. nos dicen que ellos no están autorizados a darlo para actividades religiosas, que debemos acudir a los funcionarios del partido de sus respectivos municipios. Sin embargo, cuando vamos a estos, también nos dicen que no están autorizados y nos van llevando hacia una escalera ascendente e interminable de poder? Esto me ocurrió con un programa en Jorobada el 20 de diciembre del 2009 (confírmelo, si lo desea, con Orelvis Torres del partido Provincial en Manicaragua) aunque no ha sido el único ¿Cómo es posible que si no tienen poder para autorizarlas, lo tengan para negarlas y decirnos que no podemos hacerlas? ¿Tienen o no tienen autoridad? Y si no ¿Quién la tiene, para acudir a la persona designada por el gobierno sin ser peloteados?
4) ¿Por qué el Dpto. que usted dirige tiene una postura discriminatoria con respecto a los programas cristianos evangélicos de las iglesias enfocados hacia la comunidad? Mencionaré un ejemplo: Los programas de fiestas populares, los grupos musicales, las actividades folklóricas afrocubanas, u otras manifestaciones culturales del país tienen a su disposición las calles, las plazas, estadios, cines, parques etc. además de la anuencia del gobierno. Esas fiestas son hasta altas horas de la noche, algunas de ellas incluyen bebidas alcohólicas y muchas veces terminan con problemas y tragedias humanas; sin embargo, eso no se tiene en cuenta porque sus promotores siguen teniendo la autorización para hacerlas ¿Por qué esa negativa con nosotros, aún cuando muchos reconocen que el cristianismo no enseña nada malo y todo lo que promueve, es por el bien del ser humano, la familia, la sociedad y el mundo?
5) Ustedes (le hablo en calidad de gobierno) quieren que la Iglesia coopere para rescatar los valores que se han perdido en la Sociedad (¡por fin se dieron cuenta!). pero, ¿Cómo lo vamos a hacer si nos confinan a los templos, nos niegan los permisos y ponen obstáculos a nuestros programas? ¿Dónde están los jóvenes (y mayores también) prostituidos, violentos, alcohólicos, drogadictos etc.? ¿No están en los barrios, parques, en las calles, los campos y lugares públicos? Pues sepan que allí es donde hay que buscarlos y ayudarlos, no hay otra opción.
Quiero terminar con esta pequeña reflexión, que espero sirva a los funcionarios del Dpto. que usted dirige para pensar un poquito más en cuanto a su posición con respecto al cristianismo y a Dios.
Nuestro Señor Jesucristo vivió en el imperio más terrible que haya existido, el Imperio Romano. Y ese imperio o gobierno no le impidió, ni le pudo impedir que El predicara, enseñara y juntara multitudes en las calles, campos y plazas para hablarles del Reino de Dios y el Evangelio. Si han leído la Vida y Obra de Jesús en el Nuevo Testamento, verán que su ministerio fue público. Por eso cuando resucitó de los muertos y antes de ascender a los cielos, le encomendó la misma tarea a sus discípulos y a la Iglesia. Leamos sus palabras: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulo a todas las naciones…” (Mateo Capítulo 28 versos 18 y 19). Ahora bien ¿Cómo se entiende que ustedes que tanto abogan por los derechos del ciudadano cubano y por la libre expresión tronchen, intimiden, obstaculicen y prohíban lo que Cesar, ni el Imperio Romano hicieron ni pudieron? ¿Quiénes, entonces, está siendo más injusto y más intransigente? ¿Por qué se empecinan en seguir luchando contra Cristo, cuando ya saben que el precio a pagar por vivir de espaldas a El ha sido y es muy caro? Es verdad que la Biblia dice que debemos obedecer a las autoridades (y lo hacemos) pero también dice que: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos capítulo 5 verso 29). Las puertas están abiertas para el diálogo sincero, imparcial e incondicional y aunque yo no soy el más indicado para esta sugerencia, pues no soy pastor, estoy seguro de que los pastores de las diferentes iglesias acogerán con gusto tal iniciativa. Espero atentamente su respuesta. La saludo con el amor de Cristo y le deseo muchas bendiciones de Dios.
Luís Santos Martín.
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