viernes, 1 de febrero de 2019

Una ola de gloria, consagración y una purificación de tres meses

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Anthony y Melissa Medina, Cedar Hill (Texas)
Generalmente comenzamos cada año nuevo con 40 días de ayuno y oración.  A principios de diciembre, mientras buscaba al Señor acerca de nuestro próximo ayuno, La primera frase de un viejo himno salió repentinamente de mi espíritu.
 
"Toma mi vida y deja que esté consagrada a Ti, Señor ..."
 
Una y otra vez, fluyeron desde mi interior las palabras de esa canción, convirtiéndose en mi oración de arrepentimiento y entrega. Entonces escuché al Señor pronunciar las instrucciones dadas a Su pueblo, Israel, justo antes de cruzar el río Jordán (en la temporada de cosecha) para poseer su herencia:  

"Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes"
(Josué 3:5).
 
Este llamado a la consagración se hizo en realidad cada vez que Dios deseaba enviar un poderoso movimiento de Su Espíritu entre Su pueblo.  Sentí que esta invitación no era para mí solo.  El Señor me estaba pidiendo, como lo hizo con Josué, que emitiera un llamado conjunto a la consagración mientras cruzamos este nuevo año de poder y gran cosecha.
 
Confirmando el llamado a la consagración
 
Tan solo unos días después de recibir esta palabra profética y comisión pública, vino un profeta queriendo reunirse con nosotros para darnos una palabra del Señor. Comenzó a compartir una visión que el Señor le había dado de una gran ola de avivamiento, gloria y reforma. ¡Viene la ola grande!" ¡Viene la ola grande!" Dijo una y otra vez, "Y los veo a ustedes montados sobre la cresta de la ola. Al igual que un surfista en el mar, mirando y esperando atrapar una ola grande, ustedes deben hacer vigilia. ¡Hay que remangarse para las cosas espirituales! Estudien los avivamientos del pasado para prepararse para la gran ola que está a punto de venir".
 
Alrededor de ese mismo tiempo yo (Melissa) recibí una llamada de mi querida amiga, Dehavilland Ford, quien dirige un ministerio denominado "818 The Sign". Su misión es levantar a una generación de Isaías 8:18: "Aquí me tienen, con los hijos que el Señor me ha dado. Somos en Israel señales y presagios del Señor Todopoderoso..." 

Ella compartió un sueño que recibió uno de los líderes de su ministerio. En ese sueño, yo (Melissa) les llamé por teléfono y empecé a gritar con urgencia: "¡818, encuéntrense conmigo en el lugar secreto!"
 
El Señor estaba anunciando Su ola de avivamiento y gloria, que viene con señales, prodigios y una cosecha más grande que cualquiera que hayan visto. Dios desea que caminemos en la plenitud de todo lo que Él tiene destinado para nosotros. Él nos está llamando para que nos encontremos con Él en el lugar secreto de la consagración para que podamos estar listos para navegar en Su ola.
 
La purificación de tres meses
 
Alrededor del mismo tiempo en que Melissa oyó el llamado de Dios a la consagración, el Señor me estaba hablando a mí (Anthony) acerca de que venía una época de purificación. Me recordó los eventos que ocurrieron un día normal y corriente de 2006.
 
Melissa y éramos estudiantes en el Instituto Cristo para las Naciones, una escuela bíblica en Dallas (Texas). Los estudiantes y el personal habían disfrutado otra maravillosa mañana en adoración y momentos íntimos con Jesucristo. Cuando el director de la escuela se levantó para hacer la transición y enviarnos a nuestras aulas, un hombre en la primera fila levantó la mano y preguntó si podía decir algo públicamente. El director aceptó y le invitó a acercarse al micrófono.
 
"Quisiera arrepentirme públicamente ante mi hermana aquí sentada a mi lado", confesó. "Te he estado mirando con ojos de lujuria y no quiero seguir haciendo eso. Yo soy un hombre casado pero te he estado mirando de forma equivocada. Por favor, perdóname". El ambiente se transformó. La angustia y el arrepentimiento azotaron todo el auditorio de 1200 estudiantes.
 
Esa confesión pública abrió la puerta a horas de confesiones públicas, liberaciones y gran libertad. Las clases comenzaban a las 8:00 de la mañana y se suponía que tenían que finalizar al mediodía, pero todo esto siguió hasta bien pasadas las 5:00 de la tarde de ese día. Era una invitación a la santidad, la puerta hacia el avivamiento.
 
"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah". (Salmo 24:3-6)
 
Oigo que el Cielo declara que el primer trimestre de 2019 es "La purificación de tres meses". El Señor nos está llamando a rendir nuestros corazones delante de Él. Nos llama a dejar a un lado nuestra soberbia y nuestro orgullo para permitir que Su luz purificadora entre en nuestros lugares oscuros. Nuestro ministerio puede traer vida a muchas personas al mismo tiempo que el ministro está poco a poco muriendo espiritualmente. Esto no puede ser.
 
Viene una gran difusión de poder y una increíble cosecha de almas en 2019 y el Señor desea que hijos e hijas limpios administren aquello que Él envía.
 
Tal vez esta no sea una forma de hablar "popular" en el panorama moderno de la Iglesia de hoy en día, pero los tiempos que corren exigen un nivel de consagración que todavía no hemos visto.
 
"Pero ahora -lo afirma el Señor-, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios, y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa! Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo". (Joel 2:12-13)
 
Ya sea que ustedes sean neófitos en el Señor o hayan caminado con Él durante muchos años, existen niveles de consagración más profundos a los que Dios les invita. Es hora de tener vigilias. Hay que remangarse. Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes. 
 
Anthony y Melissa Medina
HopeFires International
Correo electrónico: info@hopefires.com
Sitio web: www.hopefires.com
 
Anthony y Melissa Medina son un matrimonio y equipo con un cometido de prender esperanza, sanidad y hambre espiritual. Su visión y pasión es recibir la presencia y poder de Dios para cambiar vidas y transformar naciones. Tras experimentar a través de su vida personal como la profecía abre los corazones y la oración viene antes de los grandes movimientos de Dios, ellos están dedicados a discipular a otros en la oración y la profecía para impulsar estilos de vida de avivamiento y reforma en todos los ámbitos. Juntos fundaron HopeFires International, un ministerio itinerante mediante el cual emplean sus dones complementarios para impartir sólidas enseñanzas bíblicas, ministerio profético y demostraciones del poder de Dios para sanar y liberar a las personas.Anthony y Melissa son ministros proféticos reconocidos y miembros del Consejo Apostólico de Ancianos Proféticos. También forman parte de del equipo pastoral y de enseñanza en la iglesia Trinity Church y la Escuela de Ministerio Sobrenatural de Trinity en Cedar Hill (Texas), Donde residen con su hijo Caleb.
 

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