¿Cuál
es la clave para obtener resultados evangelísticos en la iglesia a
medida
que
avanzamos hacia el siglo XXI? ¿Deben todas las iglesias adoptar el
patrón
de
la iglesia que establece como blanco alcanzar a los que buscan ayuda
espiritual
de entre las parejas jóvenes o de edad media con hijos? ¿Debemos
organizar
las escuelas dominicales para ser instrumentos evangelísticos?
¿Experimentaremos
una cosecha mayor si utilizamos las células que ofrecen
suplir
una necesidad específica? ¿Consideramos el evangelismo personal una
reliquia
del pasado? ¿Debemos tomarnos la molestia de entrenar a los laicos a
hacer
lo que ellos no tienen ninguna intención de hacer? ¿Qué hacemos
con las
campañas
de evangelización tradicionales?
Todas
son preguntas y preocupaciones legítimas, porque es obvio que la
iglesia
de
hoy ha perdido su afán evangelístico. El crecimiento de la iglesia
por medio
del
evangelismo no se ha mantenido a la par con el crecimiento de la
población
en
los últimos años. En realidad vamos detrás del crecimiento de la
población
en
un once por ciento durante los últimos treinta años. En la
Convención
Bautista
del Sur, una denominación que ha ganado fama por su fervor
evangelizador,
5.771 iglesias (o sea, el 16 por ciento) no celebraron ningún
bautismo
en 1992. Un estudio de la membresía de los Bautistas del Sur en
1990
reveló que el 29 por ciento de los adultos laicos había testificado
a
alguien
de Cristo, y el 8 por ciento había llevado a alguien a Cristo
durante el
año
anterior. Pero el 47 por ciento de los miembros adultos no había
hecho
nada
para llevar a un amigo a la iglesia o presentarle a Cristo.
Hay
que hacer algo diferente si vamos a ser fieles en cumplir con la Gran
Comisión
en nuestra generación. Mientras las preguntas que hicimos al
principio
del
capítulo pueden ser legítimas, no son las críticas. Tenemos
programas y
materiales
superiores que los que se han tenido en cualquier otro tiempo en la
historia
de la iglesia, y estamos logrando menos que en cualquier otro tiempo.
El
crecimiento evangelístico de la iglesia no depende de la resolución
del debate
sobre
si el inconverso va a entrar por la “puerta principal” por medio
de los
cultos
de adoración dirigidos a los interesados, o por la “puerta
lateral” de las
células
que atraen a personas con intereses comunes. Eso reduce la iglesia a
asuntos
de métodos y modelos, y eso no es el problema más crítico que la
iglesia
del siglo XXI tiene que enfrentar. El
problema no es falta de
programación;
más bien es falta de pasión. Nos
hemos vuelto indiferentes
con
referencia a la condición de los perdidos. Ya no tenemos la
compasión que
hizo
que la iglesia se arrodillara primero y después saliera a las calles
para
testificar.
Aunque no es necesario aferrarnos a los programas del pasado, sí es
necesario
restaurar la pasión
del
pasado que produjo gran fervor evangelístico.
Mi
padre, que murió de un tumor en el cerebro hace dos años, sirvió
de pastor
de
iglesias pequeñas en Carolina del Norte durante cincuenta y cinco
años.
Hicieron
el diagnóstico sobre su tumor en febrero de 1991 y murió en marzo
de
1992.
Durante su último año, yo aproveché para pasar todo el tiempo
posible
con
él. Disfruté especialmente de escucharle hablar de sus primeros
años en el
ministerio.
Había escuchado muchas de las historias en varias ocasiones
anteriormente,
pero tomaron un significado muy especial durante el último año
de
su vida.
Un
día especial que hizo impacto en mi memoria es el día en que
visitamos
muchas
de las iglesias que eran parte de la vida de mis padres. Vimos la
pequeña
Iglesia Metodista donde se conocieron. Me pidió que pasara por la
vereda
no pavimentada donde solía manejar su Ford Modelo A cuando eran
novios.
En cierto punto me pidió estacionarnos al lado de la vereda. Allí,
con
lágrimas
en sus ojos, nos relató la experiencia de su conversión. Nos dijo
que
se
había parado en este mismo lugar hacía unos sesenta años un
domingo en la
tarde,
con sus ojos llenos de lágrimas, y entregó su vida a Cristo. ¿Qué
le
compelió
a pararse al lado de la vereda? Cayó bajo una convicción profunda
de
sus pecados en el momento preciso cuando sus padres y otros líderes
de la
iglesia
se habían reunido bajo un emparrado detrás del templo para orar por
su
salvación.
Cuando era pequeño se había reunido con la iglesia, pero él sabía,
y
los
demás sabían que no se había convertido todavía. Los líderes de
la iglesia
nunca
habían cesado de orar por la conversión de mi padre.
Siguió
relatando una tras otra las historias de los frutos evangelísticos
que
vinieron
como resultado directo de las oraciones apasionadas. Contó de
campañas
de evangelización y de pecadores empedernidos que venían
corriendo
hacia el altar. Relató cómo sus profesores de la Universidad de
Mars
Hill,
Carolina del Norte, estaban más interesados en la salvación de sus
alumnos
que en su conocimiento de las materias. Recordó cómo estos grandes
profesores
solían orar apasionadamente por la salvación de los perdidos en las
clases,
y después les testificaban personalmente.
Los
testimonios poderosos de las oraciones contestadas son abundantes en
los
campos
misioneros y en las naciones en vías de desarrollo, pero con poca
frecuencia
se escucha de las iglesias aquí en EE. UU. de A. ¿Será que hemos
llegado
a ser tan sofisticados que los cultos de oración que perduraban toda
la
noche
parecen reliquias de un pasado supersticioso?
El
asunto, otra vez, no es sobre método, sino sobre investidura del
poder de
Dios.
Una vez que un individuo o una iglesia desarrolla una pasión por los
perdidos,
desarrollará un plan para alcanzarlos. La iglesia debe sentir la
libertad
de
utilizar cualquier estrategia que les capacite para cumplir la Gran
Comisión,
mientras
que no se aparten de las Escrituras.
Para
cumplir la Gran Comisión, un plan para el evangelismo tiene,
primero, por
necesidad,
que incorporar una estrategia para ir
“por
las plazas” y testificar a
los
perdidos en su propio terreno. Segundo, tiene que asegurar que los
que se
ganan
son bautizados
para
ser miembros de una iglesia local. Los lectores de
este
libro quizá difieran en cuanto al modo o el significado del
bautismo, pero
todos
podemos por lo menos estar de acuerdo en que involucra la
incorporación
y la asimilación dentro de la vida de una iglesia local. Finalmente,
la
iglesia tiene que tener en función una estrategia para enseñarles
todas las
cosas
que Jesús mandó. El
evangelismo y el discipulado tienen que ser
igualmente
equilibrados si la iglesia ha de experimentar el crecimiento estable,
que
encamina a la madurez y a alcanzar a la comunidad y al mundo.
UNA
MIRADA A ANTIOQUÍA
Hemos
estado viendo a Antioquía como el modelo de una iglesia que Dios
utilizó
para revolucionar el mundo. Cuando leemos el recuento sobre esta
iglesia
en Hechos, nos impresiona inmediatamente su fervor evangelístico.
Tres
veces
Lucas indicó que muchos fueron alcanzados y equipados por la iglesia
de
Antioquía.
“La mano del Señor estaba con ellos, y un gran número que creyó
se
convirtió al Señor” (<441121>441121>Hechos
11:21). “Y mucha gente fue agregada al
Señor”
(<441124>441124>Hechos
11:24). “Y sucedió que se reunieron todo un año con la
iglesia
y enseñaron a mucha gente. Y los discípulos fueron llamados
cristianos
por
primera vez en Antioquía” (<441126>441126>Hechos
11:26).
Es
muy significativo el hecho de que la iglesia en Antioquía fue
establecida por
los
creyentes judíos quienes se habían esparcido por causa de la
persecución
en
Jerusalén (11:19). ¡No había ni un solo apóstol en su medio!
Llamaríamos
“laicos”
a estos plantadores de iglesias. La mayoría eran personas recién
convertidas.
Como judíos que creían que Jesús era el Mesías, habían llegado a
ser
expulsados de sus propias familias, forzados a dejar su querida
tierra natal
como
resultado de la persecución que surgió en conexión con Esteban.
Sin
embargo,
no consideraron sus circunstancias como un inconveniente trágico.
No
echaron la culpa a Dios por su sufrimiento. Con entusiasmo predicaron
el
mensaje
del Señor Jesús en todas partes (v. 20). Lucas mencionó otro
detalle
significativo:
los que llegaron a Antioquía principiaron a predicar a los griegos
también.
Su pasión por los perdidos les capacitó para extenderse más allá
de
las
barreras que anteriormente habían sido paredes de división. El
Señor honró
su
pasión y colocó su mano sobre ellos, y como resultado gran número
de
personas
se salvaron.
A
medida que visito a las iglesias que están creciendo a través de
nuestro país,
encuentro
muchos métodos y modelos para llevar a cabo el evangelismo. Los
métodos
de las iglesias evangelísticas difieren en su forma tanto como los
campos
y estilos de liderazgo pastoral. Pero todos tienen un solo
denominador
común:
el pastor y la iglesia tienen tanta pasión para ver a los perdidos
llegar a
conocer
a Cristo, que son impelidos a llevar el mensaje a su comunidad. Antes
del
desarrollo de la metodología, tenemos que redescubrir la pasión y
el poder.
DESARROLLE
UNA BASE TEOLÓGICA SANA
Muchos
miembros de las iglesias evangélicas establecidas se portan como si
todo
el mundo fuera a ir al cielo. Tal vez rechazamos el universalismo —la
doctrina
que dice que todos van a ser salvos al final— pero ciertamente
funcionamos
como si eso fuera el caso. En años recientes hemos visto una
disminución
de las enseñanzas doctrinales en muchas iglesias, y ya estamos
cosechando
los resultados de la falta de convicción bíblica.
El
estudio por Johnson, Hoge y Luidens, que analizó la declinación de
las
denominaciones
establecidas, nos instruye en este punto. Estudiaron
específicamente
la declinación en la Iglesia Presbiteriana en EE.UU. de A., y
determinaron
que la razón principal fue la falta de convicción de parte de los
laicos
de que Jesús es el único medio de salvación. Los investigadores
encontraron
que los padres en estas iglesias preferían que sus hijos fueran
presbiterianos,
pero no se preocupaban si sus hijos se unían a otros grupos
religiosos,
mientras que fueran gente buena. Era, según la conclusión de los
investigadores,
este “liberalismo teológico laico” lo que dio como resultado la
declinación
continua de la Iglesia Presbiteriana en EE. UU. de A. Un estudio
comprensivo
del crecimiento de los varios grupos religiosos en América por
Roger
Finke y Rodney Stark llegó a una conclusión similar: “No todas
las
denominaciones
compartieron en esta alza inmensa en números de miembros, y
en
la proporción en que las denominaciones rechazaron las doctrinas
tradicionales
y dejaron de hacer demandas serias sobre sus miembros, hasta
ese
grado dejaron de prosperar.”
Los
presbiterianos no están solos en su vacío teológico. La mayoría
de las
iglesias
tienen dificultad para reunir a un puñado de personas para estudiar
doctrina,
y, sin embargo, llenan el lugar de cultos para eventos especiales.
Mientras
los eventos especiales pueden ser clave para atraer a los
inconversos,
no
podemos desarrollar una iglesia fuerte solamente con una dieta de
actividades
especiales de tipo de función artística. Tenemos que basar todo el
crecimiento
de la iglesia y las actividades evangelísticas sobre una base
teológica
sólida. Hay una conexión íntima entre la actividad evangelizadora
y la
enseñanza
teológica sana. Una no perdura por mucho tiempo sin la otra.
A
continuación presentamos ocho
bloques clave para
la edificación doctrinal
de
una teología de evangelismo. Tal vez esto no incluye todo, pero
puede
ayudar
a edificar una base evangelística.
1.
Tenemos
que entender la condición de los perdidos.
A menos que
tengamos
una firme convicción establecida de la crítica situación de las
personas
que no conocen a Cristo, nunca vamos a tener una motivación para
desarrollar
y sostener un énfasis perenne sobre el evangelismo. Tenemos que
creer
y enseñar que la reconciliación con Dios en Cristo no es algo que
hace la
vida
más agradable, o el sufrimiento más pasajero, o que el individuo
sea una
persona
más buena, es la vida misma. Sin Cristo no hay ni vida ni esperanza.
Tenemos
que creer que las personas sin Cristo están perdidas, que su destino
eterno
es el infierno, y que sólo Cristo es la respuesta. Algo menos que
esta
convicción
deja a la iglesia sin la pasión para alcanzar a otros que están
afuera.
Una
lectura de Romanos 1—3 nos da un cuadro seguro de la condición
perdida
de los religiosos tanto como de los no religiosos. La descripción de
los
seres
humanos en los últimos versículos de Romanos 1 suena como los
titulares
de
los periódicos o las noticias en la televisión.
Como
ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, los entregó Dios a una
mente
reprobada,
para hacer lo que no es debido. Se han llenado de toda injusticia,
maldad,
avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios,
contiendas,
engaños, mala intención. Son contenciosos, calumniadores,
aborrecedores
de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de
males,
desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin
misericordia.
A pesar de que ellos reconocen el justo juicio de Dios, que los
que
practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino
que
también
se complacen en los que las practican (Rom. 1:28-32).
Cuando
Pablo abordó el tema de la condición de los judíos, inquirió
sobre si
eran
mejores que los gentiles, y contestó con una colección de pasajes
del
Antiguo
Testamento. “No hay justo ni aun uno; no hay quien entienda, no hay
quien
busque a Dios. Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no
hay
quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Rom. 3:10-12).
Fue
esta comprensión de la condición humana que causó al apóstol
Pablo tanto
dolor
y tristeza que aun llegó a desear ser separado de Cristo para el
bien de
los
judíos. Fue su convicción de que a todos los que habían sido
reconciliados
con
Dios ahora se les daba el ministerio de la reconciliación lo que
llevó a
Pablo
a rogar que la gente se reconciliara con Dios (<470501>470501>2
Corintios 5:18-21).
Cuando
una vida está en peligro, la gente responde en forma instintiva a la
crisis.
El bombero se lanza dentro de un edificio incendiado para rescatar a
un
niño
atemorizado. Una madre se tira frente a un automóvil que se acerca
para
rescatar
a un niño. Un nadador de capacidades ordinarias se tira a un río
tormentoso
para rescatar a un extraño que está ahogándose. ¿Qué es lo que
motiva
tales actos heroicos? Una sola cosa: el
conocimiento seguro de las
consecuencias
si no intentan el rescate.
Si el evangelismo ha de llegar a ser
natural
en nuestras iglesias, tenemos que desarrollar un conocimiento pleno
de
las
consecuencias
si
no extendemos la mano.
Dicho
sea de paso, un entendimiento claro de la condición de los perdidos
impulsará
a la iglesia a salir fuera de los edificios, hacia las calles porque
los
muertos
no caminan.
Si los inconversos están muertos en sus transgresiones y
pecados
(<490201>490201>Efesios
2:1), no podemos dejarles para que solos encuentren a
Cristo.
Puesto que la Biblia enseña que ni un solo perdido busca a Dios
(Rom.
3:11),
tenemos que llegar a ser los buscadores de ellos.
2.
Tenemos
que creer que Cristo provee el único acceso al Padre. Este
versículo
es familiar para la mayoría de los cristianos: “Jesús le dijo:
‘Yo soy el
camino,
la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí’”
(<431406>431406>Juan
14:6).
Pedro
repitió esta misma verdad cuando fue confrontado por los
gobernantes,
ancianos
y escribas: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro
nombre
debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(<440412>440412>Hechos
4:12).
Si
creemos que sólo Cristo concede acceso al Padre, entonces tenemos el
mandato
de testificar. Por ejemplo, sin tal convicción, no es muy probable
que
pensemos
que las personas de otras religiones necesitan nuestro testimonio.
Las
encuestas
muestran que el 64 por ciento de los estadounidenses creen que
todas
las religiones oran al mismo Dios. Esta estadística reveladora puede
explicar
el por qué sólo el 28 por ciento de los adultos creen que tienen
una
responsabilidad
de compartir sus creencias religiosas y el 25 por ciento sienten
fuertemente
que no tienen tal responsabilidad.
3.
Tenemos
que creer que los campos están blancos para la siega. Cuando
visito
una iglesia que está bajando en sus estadísticas de bautismos y
asistencia,
con
frecuencia descubro que ellos justifican tales cifras citando la mala
calidad
del
terreno alrededor de la iglesia. Se quejan de que “esta gente
simplemente
no
responde al evangelio”. Otros echan la culpa al número grande de
otras
iglesias
alrededor de ellos que han causado que disminuya la cosecha. Puede
ser
cierto que algunas áreas del país no son tan receptivas como otras,
y puede
ser
que hemos seguido el ejemplo de los restaurantes que venden comidas
rápidas
y hemos construido nuestros “puestos de comida” cerca de
“restaurantes”
bien establecidos, pero todavía hay multitudes de personas
inconversas
que necesitan a Cristo en todas las áreas de nuestra nación.
Ha
sido mi experiencia que en cada lugar donde hay iglesias que se
quejan de
las
condiciones de ese lugar y la falta de conversiones, otras iglesias
han
descubierto
que los campos están blancos para la siega. La mayoría de los
pastores
en Chicago nunca hubiese pensado que una iglesia como la de Willow
Creek,
enfocada en ganar a las personas con orientaciones seculares, podría
tener
los resultados tan tremendos. Bill Hybels vio el campo blanco en vez
del
suelo
rocoso.
Ricardo
Warren, atraído por una carga apasionada por los perdidos de
California,
ha construido una de las iglesias evangelísticas más grandes en los
Estados
Unidos en un lugar donde casi todos pensaban que sería imposible.
Leland
Herriford, a los sesenta y cuatro años de edad, aceptó el llamado
de
Dios
a una comunidad menguante en Modena, Missouri. Leland no percibió
una
población declinante, un campo rural imposible; más bien vio una
gran
oportunidad
para edificar una iglesia evangelizadora. Ed Young, hijo, principió
una
iglesia en un sector próspero de Dallas. Todavía la iglesia se
reúne en un
salón
de cine alquilado, pasan de mil quinientos en asistencia, y están
alcanzando
a gente secular que muchos pensaban que eran inalcanzables.
Recientemente
estaba hablando en el Seminario Bautista en Nueva Orleáns y
conocí
a un joven pastor, Chris Stephens. Había
salido de su preparación del
seminario
a una iglesia pequeña en el campo cerca de Jennings, Louisiana,
lugar
donde
decían que nadie podría establecer una iglesia. La población de su
comunidad
era de 11.000 y el noventa por ciento, católicos. Aparentemente él
no
se fijó en las estadísticas demográficas, porque la iglesia, con
veinticinco en
la
escuela dominical cuando llegó en 1990, ahora tiene un promedio de
300 y
ha
sido primera en la asociación en el número de bautismos, habiendo
bautizado
a más de sesenta cada año.
Stan
Frye no se puso a pensar que el área alrededor de Conover, Carolina
del
Norte,
ya estaba tan saturada de iglesias que sería imposible encontrar a
grandes
números de inconversos que necesitaran escuchar el mensaje de
Cristo.
Su iglesia ha crecido de cuarenta miembros a mil en cuatro años bajo
su
liderazgo.
La iglesia ha bautizado a 353 durante estos cuatro años, alcanzando
127
durante el año pasado. Historias como estas se podrían repetir
centenares
de
veces en virtualmente todas las áreas del país. Proveen evidencia
amplia de
que
la mies es abundante.
Los
datos demográficos por cierto pueden ser herramientas útiles para
ayudar a
cualquier
iglesia a saber mejor cómo alcanzar a su comunidad. Sin embargo,
algunos
los han utilizado como para excusar la falta de resultados
evangelísticos.
Hasta algunas iglesias tienen la enfermedad mortal de la parálisis
por
análisis. Pasan más tiempo haciendo análisis de su comunidad que
presentando
el evangelio a los inconversos. Permítanme asegurarles que los
campos
alrededor de sus iglesias están blancos para la cosecha. Hay más
personas
abiertas a escuchar el evangelio que testigos entrenados para
compartirlo.
Presento como evidencia los resultados de la Cabeza de todo
crecimiento
de la iglesia, el mismo Señor: “Entonces dijo a sus discípulos:
‘A la
verdad,
la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor
de
la mies, que envíe obreros a su mies.’” (<400937>400937>Mateo
9:37). No podemos
echar
la culpa por nuestra falta de resultados evangelísticos a la calidad
pobre
del
suelo ni a la falta de viabilidad de la semilla; el problema todavía
es el
mismo:
los
obreros son pocos.
Una
mirada a los resultados de la encuesta hecha por George Gallup
confirma
que
los campos están blancos para la siega. Gallup descubrió que el 58
por
ciento
de estadounidenses indicaron que probablemente regresarían a la
iglesia,
el
63 por ciento creen que la Biblia es la Palabra literal o inspirada
de Dios y el
77
por ciento oran a Dios ocasionalmente. No estamos viviendo en una era
pos-cristiana,
como algunos temen: estamos viviendo en una era de superstición
religiosa.
El crecimiento rápido de sectas y de las enseñanzas de la Nueva Era
dan
testimonio poderoso del enorme vacío espiritual que existe alrededor
del
mundo.
La iglesia que eficientemente siembra la buena semilla del evangelio
va
a
experimentar una cosecha abundante.
4.
La
Gran Comisión no es una sugerencia divina.
Esta posiblemente es el
área
en la que la confusión teológica ha causado el mayor daño al
ministerio
evangelizador
de la iglesia. La mayoría de los pastores llegan a los campos de
sus
iglesias pensando que la mayoría de los miembros comparten su
convicción
de
que la iglesia recibe sus órdenes de marcha de la Gran Comisión,
como dice
<402819>402819>Mateo
28:19,20. Esta es una suposición injustificada. Una encuesta
reciente
reveló lo opuesto. Nueve de cada diez pastores indicaron que la
misión
principal
de la iglesia era alcanzar a los inconversos y a los que no estaban
en la
iglesia.
En respuesta a la misma pregunta ocho de cada diez miembros de
iglesia
piensan que el ministerio principal de la iglesia es suplir las
necesidades
de
los miembros. Solamente dos de diez vieron la función principal de
la iglesia
como
la de alcanzar a los que no asistían. Si el pastor y los miembros
están
trabajando
desde perspectivas tan diferentes, la confusión y la frustración
será
experiencia
común cada día.
¿Para
qué existen las iglesias? Leith Anderson presenta cinco opciones: 1)
la
denominación;
2) el edificio; 3) el pastor; 4) los miembros; o 5) la comunidad.
Anderson
argumenta que la iglesia de hoy que vive para, y se interesa en
otros,
será
la iglesia que perdure. Estoy completamente de acuerdo con el énfasis
evangelístico
de Anderson, pero encuentro incompletas sus cinco sugerencias.
¡La
iglesia existe para Dios solamente! Fue fundada por su Hijo (Mateo
16),
redimido
por su muerte, investido por su resurrección y la comisión de su
Espíritu
y un día él regresará por su esposa gloriosa.
Esto
no es solamente asunto de semántica; es tema teológico céntrico.
Si la
iglesia
pertenece solamente a Dios, él tiene el derecho de moldear su
ministerio
y
propósito. El lo ha hecho en forma condensada a través de la Gran
Comisión
que
contiene un mandato singular: ir y hacer discípulos. Las tres formas
verbales
en el versículo —id, bautizándoles y enseñándoles— sostienen
el
mandato
original. Estos tres definen cómo la iglesia ha de cumplir la
declaración
de
propósito dada por nuestro Señor. Note que el primer mandato
envuelve la
acción
de ir para alcanzar a los inconversos. Estoy completamente de acuerdo
con
Leith Anderson que demasiadas iglesias hoy han pasado por alto una
prioridad
esencial de la Gran Comisión. Se han retirado a sus grupos carentes
de
espiritualidad y han colocado el aviso “Ocupado” para los
inconversos.
Note,
sin embargo, que hay dos otras estrategias para hacer discípulos:
bautizar
y
enseñar a la gente a obedecer los mandatos de Cristo. El bautizar se
refiere a
la
incorporación del creyente en la comunidad de la fe, la iglesia
local. Chuck
Colson
ha subrayado con fuerza esta necesidad en su libro The
Body (El
cuerpo).
“El evangelismo siempre tiene que ser diseñado para atraer al
convertido
a la iglesia local, donde el trabajo de discipular puede ser hecho.”
La
iglesia también tiene que hacer el compromiso de enseñar a los
creyentes los
mandatos
de Cristo. Bill Hull argumenta que la iglesia que hace discípulos
tiene
la
clave para la evangelización mundial. Cuando la iglesia hace
discípulos, dos
resultados
buenos siguen: 1) los cristianos son sanos y se reproducen; y, a
medida
que se multiplican, 2) el mundo es evangelizado según el plan de
Dios.
Aquí
el tema del equilibrio se vuelve crítico para el crecimiento sano de
la
iglesia.
Si insistimos en que la iglesia existe solamente para alcanzar a los
inconversos,
pasamos por alto las necesidades de los creyentes para
desarrollarse
y por consiguiente debilitamos la iglesia. Varias actividades de la
iglesia,
por definición, son para creyentes. Por ejemplo, la adoración es
para
creyentes,
puesto que ellos pueden participar en un evento que se basa en una
relación
personal con Dios. La comunión es para creyentes, puesto que sólo
los
miembros
de la familia experimentan el nivel más profundo de las relaciones
que
resultan
de nuestro nacimiento común. En un sentido, la iglesia sirve a los
creyentes,
puesto que solamente los creyentes pueden participar en forma plena
en
sus actividades. Pero las actividades de la iglesia diseñadas para
edificar las
relaciones
sanas y desarrollar a creyentes maduros existen para que la iglesia
pueda
ser utilizada por Dios para alcanzar al mundo. Chuck Colson observa
correctamente
que el evangelismo fluye naturalmente de la adoración y
comunión.
Argumenta que el evangelismo es producto de la vida espiritual que
fluye
de un cuerpo sano nutrido por la Cabeza. Las iglesias que declaran
tener
adoración
dinámica y comunión maravillosa, pero que no tienen el compromiso
de
ganar a los perdidos necesitan mirar de nuevo la Gran Comisión.
La
iglesia saludable debe mantener un equilibrio entre el evangelismo y
el
discipulado,
con la meta final de obedecer a Cristo en el cumplimiento total de
la
Gran Comisión.
5.
Cada
cristiano es llamado a ser testigo.
Mientras que la iglesia evangélica
no
siempre ha actuado sobre esta verdad, generalmente ha estado de
acuerdo
en
que todo creyente debe estar preparado para compartir su fe. Esto
parece
no
ser el caso en la actualidad. En días recientes varios escritores
sobre el
crecimiento
de la iglesia han argumentado que solamente el 10 por ciento del
cuerpo
de Cristo tiene el don del evangelismo; por eso, los esfuerzos en
entrenamiento
deben concentrarse en este diez por ciento. Gary McIntosh y
Glen
Martin escriben: “Aquí encontramos, como dijimos antes,
aproximadamente
el 10 por ciento del cuerpo de la iglesia que son los que
ganan
almas y tienen el don del evangelismo.” En forma similar, Robert
Logan
habla
de las herramientas para preparar a creyentes que no tienen el don
del
evangelismo.
Estoy seguro de que ninguno de estos hombres intenta implicar
que
otros miembros de la iglesia no tengan responsabilidad para la
evangelización
de los perdidos, pero eso ha sido la aplicación que se ha dado a
sus
declaraciones en muchas iglesias. Ha dado a algunos cristianos la
excusa
teológica
que han estado buscando para evitar la tarea desafiante de compartir
la
fe.
Esta
aseveración que solamente el 10 por ciento de los creyentes tienen
el don
del
evangelismo ha sido defendida tanto por la observación como por la
apelación
a la dispersión de los dones espirituales. Algunos han observado que
solamente
el 10 por ciento de los laicos en la iglesia promedio están
involucrados
en alguna actividad de extensión evangelística de la iglesia.
Primero,
tenemos que luchar contra la idea de que podemos basar nuestra
estrategia
sobre la observación en vez de la revelación. Hay muchas cosas que
podemos
observar acerca de la iglesia que no corresponden a la revelación
escrita
de Dios. No debemos seguir bajando las normas para conformarlas a la
apatía
de los creyentes carnales.
El
argumento basado en los dones espirituales a lo menos apela a la
teología y
no
a la observación. La conclusión de que el 10 por ciento de los
creyentes
tienen
el don del evangelismo se basó en los resultados de una encuesta
sobre
los
dones espirituales dada en un gran número de iglesias locales.
Solamente el
10
por ciento llenaron la encuesta indicando que ellos tenían el don
del
evangelismo.
Los inventarios en el mejor de los casos son herramientas no
precisas,
y mucho depende de la manera de formular la pregunta y las
explicaciones
que hace el monitor. El mero hecho de que el “testificar” y el
“evangelismo
confrontacional” son vistos por muchos como maneras
demasiado
agresivas y anticuadas, fácilmente podría afectar los resultados en
forma
negativa. Personalmente no estoy sorprendido de encontrar que muchas
personas
contestarían preguntas acerca de testificar en forma negativa basada
en
el conocimiento de cuán pocos de verdad testifican. También
podríamos
preguntarnos
cuántos cristianos admitirían el tener el don de dar dinero (Rom.
12:8).
Si descubriéramos eso como también igualmente bajo,
¿desarrollaríamos
entonces
una estrategia para entrenar apenas a un porcentaje muy pequeño
para
diezmar?
Miremos
<490411>490411>Efesios
4:11, un pasaje clave que trata del asunto. Aquí aparece
en
la lista de dones el del evangelista. La epístola a los Efesios es
compañera de
la
de a los Colosenses, escrita para contrarrestar las enseñanzas
falsas que
afectaban
a las iglesias en esa sección de Asia. Por esa razón, en esta
epístola
Pablo
enfocó a los líderes dotados que Dios había dado a las iglesias
por
medio
del Señor exaltado. “Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a
otros
profetas,
a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros, a fin de
capacitar
a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de
Cristo”
(<490411>490411>Efesios
4:11, 12). Los evangelistas en esta lista de dones son
comparados
con los apóstoles, profetas y pastores-maestros. El paralelismo es
crucial
para una comprensión correcta. Pablo estaba refiriéndose a
evangelistas
dotados,
tales como Billy Graham en nuestro día, quienes son dados a la
iglesia
en
la misma manera como el pastor-maestro o el profeta. Estos líderes
dotados
son
dados por el Señor exaltado para el establecimiento y el desarrollo
de la
iglesia
para que los miembros dotados puedan ser equipados para el ministerio
del
servicio.
La
Gran Comisión incluye a todos los que han aceptado a Cristo. Los que
conocen
a Cristo están bajo el mandato divino de testificar de su relación
personal
con él. En 2 Corintios Pablo expresó con toda claridad que todos
los
reconciliados
con Cristo han recibido el ministerio de la reconciliación:
Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio
de
Cristo, y nos ha dado el ministerio de la reconciliación; que Dios
estaba en
Cristo
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta sus
transgresiones
y encomendándonos a nosotros la palabra de la reconciliación.
Así
que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios os exhorta
por
medio nuestro, rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconciliaos con Dios!
(<470501>470501>2
Corintios 5:18-20).
Es
el privilegio y el llamado de cada creyente ser un embajador de
Cristo. Por
esa
razón, debemos seguir las instrucciones de Pedro: “Más bien,
santificad en
vuestros
corazones a Cristo como Señor y estad siempre listos para responder
a
todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros, pero
hacedlo
con
mansedumbre y reverencia” (<600315>600315>1
Pedro 3:15).
La
doctrina del sacerdocio de los creyentes, apreciado grandemente por
muchos
grupos evangélicos, da por hecho el testimonio de todos los
creyentes.
Un
sacerdote del Antiguo Testamento funcionaba de tal manera que podría
traer
a las personas a la presencia de Dios. Escuche la descripción de
Pedro
del
pueblo de Dios: “Pero vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio,
nación
santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de
aquel
que
os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (<600209>600209>1
Pedro 2:9). Dios
desea
poseernos para que proclamemos sus excelencias.
Es
verdad que algunos miembros del cuerpo son más comunicativos que
otros
y
por eso encontrarán que el dar testimonio personal es más natural,
pero esto
no
quiere decir que no todos los cristianos puedan dar un testimonio
verbal. El
testificar
en forma efectiva se basa en la investidura sobrenatural del poder de
Dios,
no en las tendencias naturales. Cuando el Espíritu Santo vino sobre
los
primeros
cristianos, ellos hablaron con valentía de Cristo. El esfuerzo total
de
testificar
de la iglesia será un esfuerzo de equipo. Podemos aprender a
trabajar
juntos
llevando un testimonio efectivo que aprovecha hasta lo máximo las
experiencias
únicas y las fuerzas de todos los miembros de la iglesia. Esto es el
beneficio
del evangelismo de la familia. Podemos enseñar varios métodos de
testificar
y proveer numerosas oportunidades para enfrentarnos a la comunidad
inconversa.
Podemos enseñar a nuestros miembros a invitar a sus amigos a la
iglesia,
a compartir sus testimonios y conectar su plan de testimonio personal
con
otros miembros de la familia de Dios. Por ejemplo, en la Primera
Iglesia de
Norfolk,
tuvimos a varias personas judías que aceptaron a Cristo como
Salvador.
Cuando tenía la oportunidad de testificar a un judío, con
frecuencia
solía
llevar a estas personas conmigo. Tuvimos a alcohólicos que
encontraron a
Cristo
y la liberación completa de su adicción. Ellos eran muy eficaces en
guiar
a
las personas con los mismos problemas a una experiencia de conversión
con
Cristo.
Esta práctica aprovecha los varios aspectos de la homogeneidad, el
principio
de que el evangelio progresa más efectivamente por una relación o
amistad.
Aunque es cierto que tenemos que trabajar juntos en equipo de
evangelismo
como familia, tenemos que desafiar a todos los creyentes para ser
testigos
y entrenarles para ser eficaces.
6.
El
Espíritu Santo nos da el poder para testificar.
Nos hace recordar
inmediatamente
la promesa del Señor, registrada en <440108>440108>Hechos
1:8: “Pero
recibiréis
poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me
seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último
de la
tierra.”
El Espíritu Santo suministra el poder que capacita a los discípulos
para
hacer
obras mayores que las que él hizo (<431412>431412>Juan
14:12). Estas obras mayores
abarcaron
el testimonio investido del poder de Dios de manera sobrenatural a
todos
los creyentes. Vemos ejemplo de esto en <440431>440431>Hechos
4:31: “Cuando
acabaron
de orar, el lugar en donde estaban reunidos tembló, y todos fueron
llenos
del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valentía.”
Los que
los
acompañaban (4:23) ciertamente incluyeron a más personas que el
círculo
de
los apóstoles. Recuerde que la iglesia en Antioquía fue establecida
por el
testimonio
poderoso de los que se habían esparcido como consecuencia de la
persecución
(<441119>441119>Hechos
11:19-21). Según Hechos 8 los apóstoles
permanecieron
en Jerusalén y los creyentes esparcidos estaban dando
testimonio
de Cristo.
En
<490518>490518>Efesios
5:18 Pablo dirigió a sus lectores a ser constantemente llenos del
Espíritu
Santo. En ese contexto comparó el estar llenos del Espíritu con el
estar
embriagados
con vino. Mientras Pablo desaprobó la embriaguez, utilizó la
ilustración
para comparar su gran efecto. Cuando una persona está ebria, las
funciones
corporales son controladas por el efecto del alcohol, las
personalidades
se alteran, el habla se afecta y los movimientos corporales son
limitados.
Cuando los creyentes están llenos del Espíritu, él influirá en su
comportamiento,
su habla y su funcionamiento. Cuando los cristianos
argumentan
que no testifican porque tal práctica no les viene naturalmente, yo
respondo:
“No es natural; ¡es sobrenatural! Cuando el Espíritu posee a la
persona,
ésta recibe la investidura para hacer lo sobrenatural. El testificar
no
requiere
tener el don de evangelismo; requiere ser un creyente entregado al
Señor
e investido por el Espíritu Santo.
7.
Dios
da los resultados por medio de nosotros.
Una de las verdades más
animadoras
acerca de testificar es que Dios dará los resultados sobrenaturales.
La
iglesia primitiva estaba disfrutando de la comunión maravillosa,
estaba
partiendo
pan de casa en casa y tenía el favor de todas las personas. Su
comportamiento
y su habla eran tales que “el Señor añadía diariamente a su
número
los que habían de ser salvos” (<440247>440247>Hechos
2:47). ¿Recuerda el
testimonio
de Pablo concerniente a su trabajo en Corinto? “Yo planté, Apolos
regó;
pero Dios dio el crecimiento” (<460306>460306>1
Corintios 3:6). Si usted y su iglesia
son
obedientes en sembrar la semilla por medio de su testimonio, y
regarla por
medio
del cultivo de relaciones, el Señor dará el crecimiento. El
agricultor sabe
que
al fin y al cabo la plenitud de la cosecha está fuera de su control.
Depende
de
la lluvia y del sol. El potencial para la cosecha evangelística de
la iglesia está
asegurado
por Dios, pero tenemos que ser fieles para hacer nuestra parte al
sembrar
la semilla y regar la tierra. Aquí otra vez vemos el eslabón de la
soberanía
divina y la responsabilidad humana. Dios ha decidido traer su
cosecha
evangelística por medio de instrumentos humanos.
8.
Los
creyentes tienen que obedecer y aceptar su pertenencia.
<400935>400935>Mateo
9:35-10:23
nos ofrece una mirada analítica sobre el envío de los doce para
testificar
y ministrar. Jesús estaba pasando por todas las aldeas, enseñando,
predicando
y sanando. Fue movido por las necesidades de la gente que estaba
acongojada
y abatida, y que era como ovejas que no tenían pastor. Primero
instruyó
a sus discípulos a orar al Señor de la mies, para que enviara
obreros a
la
mies. La oración forma la base para la respuesta de los doce. Jesús
después
les
dio autoridad e instrucción antes de mandarles fuera.
La
primera acción esencial de testificar del creyente es obedecer. El
valor para
testificar
en realidad viene por la obediencia. El testificar requiere la fe de
que
Dios
proveerá los recursos y dará la cosecha, y por consiguiente demanda
la
obediencia.
Tenemos que obedecer aun cuando no nos sentimos competentes.
¿Por
qué hay tan pocos que obedecen el mandato de ir a la cosecha? Esta
bien
puede
ser la pregunta más crucial de este capítulo. Sin duda esto está
ligado
vitalmente
con el poco tiempo que invertimos en la oración para cosechar. No
podemos
presentarnos ante el Dios Santo para interceder por los perdidos sin
al
mismo tiempo ser movidos por su compasión por los perdidos. Pero aun
estando
orando por los perdidos, parece que algo falta.
Este
verano, mientras estaba meditando sobre este texto, me vi forzado a
hacerme
a mí mismo la pregunta: ¿Por qué sintió Jesús tanta compasión
por los
perdidos,
y por qué siento yo tan poquita? Me di cuenta de que si yo fuera
movido
por la compasión, sentiría la necesidad de estar más involucrado
en
testificar
personalmente. El Señor utilizó un evento en la vida de nuestra
familia
para
darme la contestación a mi pregunta.
Recientemente
construimos una nueva casa, y en el proceso del arreglo del
jardín
trasero yo instalé dos estanques pequeños. Apenas había terminado
el
trabajo
y los había llenado de agua cuando tuve que salir del hogar para
participar
en otra serie de conferencias sobre el crecimiento. Una tarde cuando
llamé
a la casa, mi hija Raquel me pidió permiso para comprar unos
pececillos
para
el estanque. Yo sabía que el agua del estanque no había sido
suficientemente
curada como para que los pececillos vivieran, pero me sentía un
poco
culpable por haber estado afuera de la casa durante varios días, de
modo
que
di mi permiso. Le instruí para comprar los pececillos dorados más
baratos
posibles,
porque sabía que probablemente no iban a sobrevivir más que unos
pocos
días.
A
la tarde siguiente cuando llamé a la casa, Raquel con mucho
entusiasmo me
contó
acerca de sus hermosos pececillos. De alguna manera supe que los
pececillos
dorados no podrían ser tan hermosos, pero no me atreví a preguntar
y
no quería apagar su entusiasmo. Pocos días después regresé a casa
y fui
saludado
por dos hijas muy alegres. “¡Papi, ven a ver nuestros peces!” De
verdad
los pececillos eran hermosos. Tenían que serlo; eran de la clase
Koi, un
pez
japonés caro y decorativo. Las hijas comenzaron a decirme los
nombres de
cada
pez y quién era dueño de cada uno. Así es, había cinco peces,
cada uno
con
nombre de una persona de nuestra familia.
Esa
tarde noté que dos de los pececillos estaban nadando en una forma
anormal.
¡Eso no era buena señal! A la mañana siguiente descubrí al primer
muerto.
Cuando notifiqué a mis hijas de nuestra pérdida, su primera
pregunta
fue:
¿de quién era ese pez? Cuando respondí que era mío, ambas
respiraron
con
alivio. Pronto hubo más muertos. El último en morir fue el de
Raquel.
Cuando
le di la noticia, se puso muy triste. ¡Su pez había muerto! ¿Cuál
era la
causa
de que la muerte de este pez fuera tan trágica? Era un solo factor:
pertenencia,
el pez pertenecía a ella.
De
repente entendí el pasaje en Mateo con mayor claridad. Jesús era el
pastor
y
eran sus ovejas las que estaban acongojadas y abatidas. Esa es la
razón por
la
que él se sentía apesadumbrado. La
clave que nos mueve a la obediencia
en
testificar es la pertenencia.
¿Recuerda
el relato de Jonás? Dios llamó a Jonás para que fuera a la ciudad
de
Nínive.
Jonás estaba tan entusiasmado de ir a Nínive como nosotros de ir a
visitar
los lunes en la noche. De mala gana obedeció; sin embargo, Dios dio
una
cosecha
abundante. Pero Jonás no se regocijó por la cosecha; estaba
enfurruñado
porque Nínive se había arrepentido y porque la planta que lo había
protegido
del sol se había secado. El Señor le preguntó: “¿Te parece bien
enojarte
por lo de la planta de ricino? El respondió: ‘¡Me parece bien
enojarme,
hasta la muerte!’ Y Jehovah le dijo: ‘Tú te preocupas por la
planta
de
ricino, por la cual no trabajaste ni la hiciste crecer, que en una
noche llegó a
existir
y en una noche pereció. ¿Y no he de preocuparme yo por Nínive,
aquella
gran ciudad, donde hay más de 120.000 personas que no distinguen su
mano
derecha de su mano izquierda, y muchos animales?’” (<320409>320409>Jonás
4:9-11).
Los
habitantes de Nínive habían sido creados por Dios pero cegados por
el
pecado.
Le pertenecían a él. La compasión va ligada a la pertenencia.
Lea
otra vez el final del relato del hijo pródigo (Lucas 15). El padre
estaba
gozoso
porque su hijo había regresado a la casa, pero el hermano mayor
estaba
enojado y con mala cara. El hermano mayor nunca se refirió a su
hermano
menor como hermano, solamente lo llamó “hijo de su padre”. El
padre
lo
corrige: “Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos, porque este
tu
hermano
estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado”
(<421532>421532>Lucas
15:32). Mientras que usted no acepte la pertenencia de su
comunidad
y los perdidos alrededor de su iglesia, no será movido a compasión
para
alcanzarlos. La pertenencia y la obediencia son elementos esenciales
para
el
evangelismo eficaz.
DESARROLLANDO
EL CLIMA PARA EL EVANGELISMO
El
desarrollar una iglesia evangelizadora no es tanto asunto de
encontrar el
programa
y estrategia correctos, como de desarrollar un clima evangelizador.
La
iglesia evangelizadora es penetrada con el deseo de ganar a los
perdidos y
extender
la familia. La pasión por el evangelismo crece cuando el clima es
propicio,
y esto a su vez guiará hacia una estrategia evangelística
apropiada.
Nuestra
primera prioridad tiene que ser comprender y desarrollar el clima.
Siete
elementos esenciales de un clima evangelizador
1.
La
conversación sobre el evangelismo es natural.
La iglesia
evangelizadora
habla naturalmente acerca de ganar almas. Se escucha desde el
púlpito,
de los maestros de la escuela dominical y de otros laicos de la
iglesia.
Está
encarnado en las oraciones de la iglesia y se ve con frecuencia en
los
materiales
impresos. Literalmente satura la iglesia. La conversación
evangelizadora
principia con el pastor, pero tiene que ser acogida por la iglesia
si
ha de llegar a ser parte del clima natural de la misma.
2.
La
iglesia evangelizadora se distingue por un espíritu profundo de
amor.
El pastor y los miembros expresan su amor en forma abierta para el
Señor,
el uno para el otro, y por los perdidos. Existe un nivel profundo de
cuidado
en la comunión entre los miembros.
3.
Un
espíritu de expectación y entusiasmo permea la iglesia
evangelizadora.
Los miembros de la iglesia llegan a los cultos cada domingo
con
la expectación de que el Espíritu de Dios va a dar una cosecha
maravillosa
de
almas. Puede sentir la alegría cuando entra en los predios del
templo. Tal
expectación
depende de si la semilla ha sido sembrada semanalmente por el
pastor
y los miembros de la iglesia. Al pastor le es más fácil presentar
la
invitación
con un sentido de expectación si él ha traído a alguien al templo
que
ha
ganado para Cristo durante la semana.
4.
Un
ambiente de urgencia motiva a la gente para tomar en serio el
alcance
evangelizador.
La mayoría de los cristianos sabe que debe testificar,
pero
no son entusiastas en su compromiso. Un sentido de urgencia viene de
un
entendimiento
claro de la condición perdida de la humanidad y la necesidad
absoluta
de la salvación.
5.
La
iglesia evangelizadora tiene una teología fuerte y conservadora.
La
actividad
se basa al fin y al cabo en la doctrina. He citado en varias
ocasiones
el
estudio de Johnson, Hoge y Luidens, que indicó que el mejor
pronóstico del
crecimiento
de la iglesia es la creencia cristiana ortodoxa. Descubrieron que las
iglesias
en declinación habían desarrollado un sistema de teología que
rechazaba
las verdades exclusivas del cristianismo y la doctrina de que Dios
manda
a alguien al infierno. Este liberalismo laico no fue encontrado en
una fe
dinámica
que infundía energía y, por consiguiente, los adeptos intentaban
con
poca
frecuencia convertir a alguien a su punto de vista.
6.
La
iglesia evangelizadora espera que Dios obre en forma sobrenatural.
Muchas
iglesias están paralizadas por su incapacidad de creer que Dios
puede
cambiar
las vidas en forma sobrenatural. Escuchamos este concepto en frases
como:
“Es imposible alcanzar a personas en esta comunidad.” o “El
nunca va a
cambiar.”
7.
La
iglesia evangelizadora se caracteriza por un espíritu de equipo y
una
visión
compartida. El
pastor no se ve como “un obrero contratado” para
hacer
todo el trabajo evangelístico. Los laicos entienden que todos los
creyentes
son responsables del cumplimiento de la Gran Comisión.
Creando
el clima
Si
su iglesia no tiene tal clima, debe dar los pasos inmediatos para
remediar la
situación;
de otra manera cualquier plan de evangelismo fracasará porque le
falta
la motivación correcta. Siga estos doce pasos y verá cambiar el
ambiente:
1.
Enseñe
las bases teológicas para desarrollar un sentido de convicción.
Predique
una serie de sermones o enseñe una serie de lecciones sobre la
doctrina
de la salvación.
2.
Principie
a orar evangelísticamente.
Si usted es pastor o líder laico, no
tenga
miedo de orar públicamente por los perdidos. Principie grupos de
oración
que enfoquen las oraciones por los perdidos. La mayoría de los
cultos
de
oración en las iglesias son poco más que “recitales de órganos”,
donde se
ora
por los miembros que tienen problemas con los distintos órganos del
cuerpo.
Oramos por el hígado de la tía Susana y por los pulmones del tío
Juan.
Algunos
de estos queridos santos están agotados y anhelan la muerte para
poder
ir al cielo, pero seguimos orando para que sigan viviendo. Sin
embargo,
pocas
veces oramos por los perdidos que viven alrededor de nuestras
iglesias
que
están muriendo y yendo al infierno.
3.
Cree
una actitud de optimismo.
Muchas iglesias pasan la mayor parte de
su
tiempo explicando por qué no pueden ganar a sus comunidades en vez
de
buscar
maneras creativas de ganar a los perdidos. Deje de hablar de los
problemas;
busque soluciones.
4.
Sature
los medios de comunicación de la iglesia con énfasis
evangelizadores.
Utilice
el contacto personal, boletines semanales, clases de la
escuela
dominical y comités para hablar de la necesidad de alcanzar a la
comunidad
para Cristo.
5.
Presente
un modelo del comportamiento evangelizador.
Si la
comunicación
verbal no va acompañada por el estilo de vida, no producirá
resultados.
Puede empezar llevando a alguien consigo en una visita
evangelística.
Si no tiene el entrenamiento para hacer una visita evangelística,
pídale
a un amigo que aprenda con usted. Tome un tratado sencillo como Las
Cuatro
Leyes Espirituales y
pídale permiso a una persona perdida para
leérselo.
A medida que crece en sus capacidades de testificar, podrá adquirir
técnicas
adicionales personales en un curso como Evangelismo
Explosivo,
Entrenamiento
Continuo Evangelístico,
o un programa equivalente provisto
por
su denominación.
6.
Empiece
una actividad evangelizadora.
Actividades tales como una noche
especial
para la visitación o la programación de una campaña de
evangelización
pueden
ayudar bastante a crear un ambiente evangelizador. Cuando Kirk
Hadaway
observó a iglesias que habían sido capacitadas para salir de una
curva
plana de crecimiento, descubrió que la razón principal y singular
para el
crecimiento
eran las actividades de evangelización.
Aun
si la actividad de evangelización no cosecha grandes resultados,
será útil
para
crear un buen clima.
7.
Anime
a la gente a traer a sus amigos.
Si aceptamos el descubrimiento de
que
del 76 al 89 por ciento de las personas vienen a la iglesia por la
invitación
de
un amigo o miembro de la familia, entonces debemos animar a los
miembros
a
traer a sus amigos. La cuarta parte de todos los que no están dentro
de una
iglesia
dicen que nunca han sido invitados a asistir, pero irían si alguien
los
invitara.
Hay que crear un culto de adoración, clases de escuela dominical y
eventos
especiales de calidad para que las personas tengan deseo de invitar a
sus
amigos. Si su gente siente que sus necesidades son suplidas por medio
de la
iglesia
y tiene un interés genuino por la gente, traerá a los amigos
necesitados.
Alguien
ha dicho: “¡Los verdaderos amigos no permiten a sus amigos manejar
cuando
están ebrios!” A eso podemos decir: “¡Los verdaderos amigos no
dejan
a los amigos ir al infierno!”
8.
Coloque
a personas designadas para saludar en los estacionamientos y
en
las puertas.
Recientemente un amigo nos contó de su primera visita a la
Primera
Iglesia de Norfolk. Había sentido renuencia a asistir por el tamaño
de
la
iglesia, pero cuando llegó alguien le indicó un espacio en el
estacionamiento
para
visitantes. Cuando llegó a la puerta, una persona le saludó con
entusiasmo.
“Fue
como si me hubiesen estado esperando”, dijo él. Chuck Kelley hace
notar
este
mismo punto al comparar un cuarto del hotel con el cuarto para los
huéspedes
en casa de un amigo. Con frecuencia cuando una persona es
invitada
a pasar la noche en casa de un amigo, descubre que el ropero está
lleno
de ropa guardada para otra estación del año. El visitante no tiene
acceso a
un
teléfono privado, y tiene que compartir el baño con la hija
adolescente de la
familia.
El hotel, por otra parte, tiene cajones vacíos en los cuales colocar
su
ropa,
un baño privado y limpio, y un teléfono privado. El hotel está
declarando
claramente:
“Le hemos estado esperando; nos gozamos de que esté aquí;
quédese
todos los días que quiera.” El cuarto de huéspedes en la casa de
un
amigo
parece decir: “No estamos acostumbrados a tenerle aquí, es
bienvenido,
pero
no se quede mucho tiempo.” Da una impresión incómoda de que la
visita
es
una inconveniencia para la familia. ¿Proyecta su iglesia, a los
pecadores, la
atmósfera
de un cuarto de huéspedes o la de un cuarto de hotel?
9.
Equipe
a los laicos para compartir su fe.
El clima para el evangelismo no
se
extenderá hasta que los laicos estén personalmente involucrados.
¡Descubra
un
método con el que se sienta cómodo, y comience a entrenar!
10.
Establezca
metas evangelizadoras.
¿Cuáles son las metas más
prominentes
en su iglesia? ¿Qué crea más discusión y recibe mayor publicidad?
Para
la mayoría de las iglesias, la contestación sería las finanzas.
¿Es el dinero el
asunto
más crítico en su iglesia? Establezca metas relacionadas con las
conversiones
y mantenga a la gente informada sobre si estas metas están siendo
alcanzadas.
Antes de argumentar que tales metas son carnales y fabricadas, le
advierto
que la mayoría de las iglesias establecen metas financieras. ¿Por
qué
entonces
tenemos que disculparnos por establecer metas relacionadas con la
Gran
Comisión? Si no se fijan metas evangelizadoras para el crecimiento,
en
realidad
se están estableciendo metas para no crecer.
11.
Subraye
las conversiones logradas por medio del testimonio de los
laicos.
Se puede invitar a la persona que Dios utilizó para ganar a otra a
pararse
al lado del recién convertido cuando éste es presentado a la
iglesia. En
el
boletín de la iglesia se puede incluir, junto al nombre del nuevo
miembro, el
nombre
del que le testificó.
12.
Preste
atención a las necesidades de los creyentes.
Si los miembros de
la
iglesia no se sienten amados y atendidos, la actividad evangelizadora
disminuirá.
Este tema se discutirá más extensamente en la próxima
característica,
en el capítulo ocho.
DESARROLLE
UNA ESTRATEGIA DELIBERADA
Cada
iglesia debe tener una estrategia intencional para alcanzar a la
comunidad.
No
necesita copiar el programa de extensión de otra iglesia. Su
programa debe
ser
diseñado con el conocimiento especial de su comunidad y los dones y
recursos
de su iglesia. Sin embargo, varios elementos básicos tienen que
estar
presente
para que una estrategia sea eficaz.
Cinco
componentes esenciales de una estrategia evangelizadora
1.
Descubra
a los creyentes en perspectiva.
La iglesia tiene que descubrir a
las
personas que pueden ser alcanzadas con el evangelio y después crear
las
avenidas
para hacerlo. El mejor sistema para descubrir a los miembros en
perspectiva
es la invitación personal de los miembros de su iglesia. Si entrena
a
sus
miembros para ser sensibles a las necesidades de los que los rodean,
descubrirán
a más personas en perspectiva que lo que pueda imaginar. Podría
pedir
a uno de los grupos pequeños que haga una lista de las personas que
conocen
en el trabajo, en los clubes sociales y en el vecindario, que
actualmente
no asisten al templo. Los nuevos residentes en la comunidad
siempre
presentan buenas perspectivas. Algunas iglesias han utilizado el
sistema
de
las encuestas sobre las necesidades existentes. Usted puede elaborar
su
propia
encuesta, de acuerdo con la comunidad donde vive, pero hay que
recordar
la importancia de enfocar el descubrimiento de necesidades para
ministrar
de acuerdo con ellas. Es más probable que los adultos respondan en
forma
positiva a los jóvenes bien presentados. Puede hacer unas pocas
preguntas
en la puerta, o pedir que la persona llene la tarjeta y la deje
colgada
en
la puerta para que sea recogida posteriormente, por ellos. Las
personas que
han
asistido a su templo a algún evento especial seguramente serán
receptivas a
una
invitación. Muchas iglesias pierden excelentes oportunidades para
descubrir
miembros
en perspectiva porque no llevan un registro de los visitantes que
asisten
a los eventos especiales, tales como conciertos, escuela bíblica de
vacaciones
y presentaciones musicales especiales.
Las
maneras de descubrir a personas en perspectiva no tienen límites.
Pida
sugerencias
de los laicos. Ellos viven, trabajan y se relacionan socialmente con
la
gente que la iglesia ha sido comisionada para ganar. Descubrirá que
ellos
pueden
sugerir muchas ideas creativas para encontrar miembros en
perspectiva.
Si
se les permite a los laicos sugerir las maneras para encontrar
miembros en
perspectiva,
ellos sentirán mayor motivación para participar en los proyectos.
2.
Equipe
a los laicos para presentar el evangelio con el poder del Espíritu
Santo.
Muchos buenos métodos y programas existen para entrenar a la gente a
testificar.
Algunos proveen entrenamiento a través de varias semanas, mientras
que
en otros casos puede lograrse en una sola tarde. Busque uno que se
ajuste
a
su iglesia y sus propios dones, y comience. Otra opción es
simplemente
invitar
a dos personas para acompañarle en una visita evangelística. Si
utiliza un
tratado
o un Nuevo Testamento con versículos del plan de salvación
marcados,
demuéstreles
cómo utilizarlo. Uno aprende mejor a testificar por medio del
ejemplo
que por conferencias.
En
la característica 3 analizamos la estrategia de Jesús para equipar
a los
discípulos.
Usted puede seguir su ejemplo entrenando a otros miembros para
testificar:
presente un modelo con su comportamiento, comparta su compasión,
enséñeles
a orar, entréneles en el procedimiento para testificar, pida el
poder
del
Espíritu Santo sobre ellos y mándeles a testificar; provéales los
recursos
necesarios
y observe, afirme y corrija.
Si
usted no se siente cómodo actualmente con su propia técnica de
testificar,
busque
a alguien para que le entrene. Si no puede encontrar a nadie en su
iglesia,
pida a un creyente maduro en otra iglesia que le ayude o asista a una
conferencia
sobre el evangelismo personal. Aprenda a testificar y después
multiplique
sus esfuerzos, equipando a otros.
3.
Lleve
las buenas nuevas a su comunidad.
La metodología de
entrenamiento
y la enseñanza de Jesús indican claramente que él esperaba que
sus
discípulos llevaran el mensaje al mundo perdido. La Gran Comisión
comienza
con un énfasis en ir.
La parábola de la cena en <421415>421415>Lucas
14:15-24
concluye
con el mandamiento: “Vé por los caminos y por los callejones, y
exígeles
a que entren para que mi casa se llene.” En Lucas 15 descubrimos
tres
parábolas
de artículos perdidos. El pastor busca su oveja y una mujer revuelve
la
casa en busca de una moneda perdida. En ambas parábolas el énfasis
está en
el
gozo que se experimentó al encontrar los objetos perdidos. La
tercera
parábola
del hijo perdido es distintivo en que nadie buscó al hijo. El padre,
que
representa
el Padre celestial, no pudo buscar al hijo. Pero hay alguien que
pudiera
haber ido: el hermano mayor. Porque él rehusó ir, no pudo
participar
en
el gozo del regreso de su hermano. El hermano mayor no era un hombre
malo
por cierto. El se había quedado en casa, cuidando la granja y
obedeciendo
a su padre. “He aquí, tantos años te sirvo, y jamás he
desobedecido
tu mandamiento; y nunca me has dado un cabrito para
regocijarme
con mis amigos” (<421529>421529>Lucas
15:29). A pesar de su servicio y
obediencia
no pudo compartir el gozo de su padre porque no estaba dispuesto
a
salir de la casa para buscar a su hermano. El gozo verdadero se
experimenta
cuando
participamos en la búsqueda de los hijos perdidos de Dios.
Recientemente
se ha dado mucha atención a los cultos de adoración como
herramienta
para ganar a otros. Expresiones tales como “apuntando hacia el
inconverso”,
“motivado por los inconversos”, “sensibilidad hacia los
inconversos”
son términos muy comunes en uso hoy en día. La iglesia
evangelizadora
utilizará todo medio posible para alcanzar a los perdidos, y por
eso,
no puede pasar por alto a los inconversos que asisten a los cultos.
Me
alegro
de que los que escriben sobre el culto dirigido a los que buscan nos
han
estimulado
a mejorar la calidad de los cultos de adoración, quitar las barreras
artificiales
y tradicionales que hacen sentir incómodos a los visitantes y de
desplegar
el aviso de bienvenida en el “hotel” para los pecadores. Haremos
bien
en responder positivamente a estas sugerencias.
Muchas
iglesias, que tienen cultos orientados hacia los inconversos, han
podido
mantener
un equilibrio positivo, pero algunas personas, al escuchar de su
éxito
al
asistir a una conferencia, han copiado sus métodos sin mantener ese
mismo
equilibrio.
Por eso, quisiera incluir unas palabras de advertencia: Primero,
no
puede
diluir la adoración auténtica y al mismo tiempo desarrollar una
iglesia
sana.
La adoración primeramente tiene que ser dirigida a Dios y exaltar a
Cristo.
Una persona inconversa no puede adorar, pero los salvos tienen que
adorar,
de lo contrario no podrán desarrollarse ni reproducirse. No permita
que
los salvos mueran por inanición espiritual. Segundo,
un culto dirigido hacia
los
que buscan es simplemente otro término para un servicio
evangelístico.
Cuando
yo era muchacho, muchas iglesias solían tener cultos evangelísticos
los
domingos
en la noche. Eran muy parecidos a los cultos de hoy, enfocados en
los
inconversos: con coritos, una atmósfera informal y un énfasis en la
importancia
de invitar a los no creyentes. Se ha comprobado que es difícil
mantener
un culto así semana tras semana durante un período largo de tiempo,
porque
las personas no son tan inclinadas a invitar a sus amigos cuando el
elemento
novedoso ha pasado. Se tiene que hacer énfasis constante sobre la
invitación
personal o estar preparado para abandonarla como método de
crecimiento
cuando ya no da resultados. Tercero,
la mayoría de las iglesias que
tienen
tales cultos con éxito no dependen solamente de este tipo de cultos
para
su
programa de alcance evangelístico. Si utiliza tal método, no deje
de practicar
otras
maneras para alcanzar a los inconversos. Cuarto,
los cultos dirigidos
hacia
los inconversos son un método de crecimiento, no un principio. El
principio
que opera detrás de él es la invitación personal. Quinto,
si decide
intentar
tal servicio, hágalo con calidad, no sacrifique los principios
bíblicos y
provea
una experiencia excelente y positiva para los creyentes. Vigile la
asistencia
de ambos grupos, para asegurarse de que los creyentes estén
recibiendo
el alimento espiritual y que a la vez está alcanzando a los
inconversos.
Sexto,
no permita que la terminología usada con los inconversos
confunda
a los de su iglesia con relación a la identificación en cuanto a
quiénes
son
los verdaderos buscadores. Dios es el que busca siempre, pues mandó
a su
Hijo
para buscar y salvar a los perdidos. La presentación del evangelio a
los
inconversos
tendrá lugar principalmente en el mundo y no dentro del templo.
No
permita que la terminología utilizada para los inconversos opaque el
compromiso
para alcanzarlos. La idea de que la humanidad pecadora está
buscando
a Dios puede engañarnos. No podemos cambiar la estrategia de “ve
y
cuenta” por una de “ven a ver”, y al mismo tiempo permanecer
fieles a la
Gran
Comisión.
4.
Desafíe
a los perdidos a aceptar a Cristo.
Cada estrategia para testificar
tiene
que tener un plan para recoger la red, no sólo para echarla. Muchos
cristianos
hacen muy bien el trabajo de cultivar a los inconversos y hasta en
compartir
su testimonio, pero fallan en el momento de hacer la invitación de
aceptar
a Cristo. Una vez que el evangelio haya sido presentado en el poder
del
Espíritu Santo, es natural invitar a las personas a hacer una
decisión.
5.
Los
nuevos creyentes deben ser asimilados y alimentados.
La Gran
Comisión
no concluye con las instrucciones para ir. Si vamos a ser fieles a la
Gran
Comisión, tenemos que bautizar (asimilar) y enseñar a los nuevos
cristianos
a obedecer todo lo que Cristo mandó. Algunas iglesias se concentran
solamente
en el nuevo nacimiento de los inconversos pero no se preocupan por
su
desarrollo. Finalmente esto lleva a la frustración ya que, mientras
que
grandes
números de convertidos aparecen en los registros, los resultados
perdurables
son pocos, porque estos nuevos convertidos no son incorporados
en
la iglesia local y, por consiguiente, no llegan a ser cristianos que
se
reproducen.
Desarrolle
una estrategia personalizada
Nadie
conoce a su iglesia y su comunidad como usted mismo; por
consiguiente,
usted
debe diseñar la estrategia evangelística que funcionará mejor en
su
contexto.
Siéntase en libertad de usar ideas de otros y adaptarlas. Mantenga
un
equilibrio
y sea claro en su propósito. Aquí tiene unas sugerencias que pueden
servirle
para comenzar a desarrollar su propia estrategia personalizada:
1.
El
evangelismo eficaz por regla general es la combinación de muchos
factores.
Las iglesias que tienen éxito no dependen de un solo método de
alcanzar
a otros; utilizan estrategias múltiples. Cuantos más anzuelos eche
al
agua,
más peces va a pescar. ¡Sea creativo! No tenga miedo de intentar
algo
nuevo.
Si no da resultados, entiérrelo y continúe adelante.
2.
Aprenda
todo lo posible sobre la gente que intenta alcanzar.
Los buenos
pescadores
por regla general están bien informados acerca de los peces que
están
intentando pescar. Sería una tontería utilizar una carnada diseñada
para
pescar
róbalos si esa clase de pescado no habita en el lago donde usted
está
pescando.
La mayoría de las denominaciones ahora proveen información
demográfica
que ayuda a conocer la comunidad. Nada, sin embargo, puede
reemplazar
la experiencia personal. Salga para conocer a las personas a
quienes
intenta ganar. Converse con ellas, descubra sus necesidades y sus
aspiraciones.
3.
Desarrolle
una presencia en la comunidad.
¿Se da la gente cuenta de que
su
iglesia existe? Puede sorprenderle el saber de la gran cantidad de
personas
que
se han acostumbrado a ver el edificio de su iglesia, y pasan por alto
su
presencia
y su ministerio. Esto es verdad en cualquier comunidad, no importa el
tamaño.
Conviene considerar la posibilidad de patrocinar una actividad para
toda
la comunidad para desarrollar un sentido de su presencia allí.
Invite a la
comunidad
para utilizar su edificio. En Norfolk invitamos a la Fuerza Naval
para
utilizar nuestro salón de compañerismo para celebrar sus sesiones
antes de
que
algún grupo se embarcara. Esto dio a grandes cantidades de personas
la
oportunidad
de conocer nuestra iglesia, el templo, y el personal, y comenzó a
crear
una actitud receptiva. ¡Piense en forma creativa! Existen grupos que
necesitan,
de vez en cuando, un lugar de reunión. Cada vez que la comunidad
entra
en su propiedad y en sus edificios, está rompiendo las barreras y
creando
una
presencia en la comunidad. Recuerde que su edificio no es más que el
papel
que envuelve el paquete del ministerio de su iglesia. Utilice su
edificio
como
herramienta evangelizadora.
Sin
embargo, para desarrollar un sentido de presencia, hay que hacer más
que
invitar
a las personas a venir a donde nosotros estamos; tenemos que llegar a
ser
parte de la comunidad. Los cristianos deben ser entrenados para ver
cada
relación
en la comunidad como una avenida potencial para ganar a alguien para
Cristo.
En esto también el pastor tiene que dar el ejemplo. El pastor es la
persona
que más visiblemente representa a la iglesia ante la comunidad.
Puede
buscar
oportunidades especiales para desarrollar el sentido de presencia.
Ofrézcase
para ayudar en las ligas deportivas, ore en una competencia
deportiva
o reúnase con un club cívico. La lista no tiene fin; debe ser
guiado
por
las necesidades de la comunidad y sus propios intereses.
Por
ejemplo, Johnny Hunt, pastor de la Primera Iglesia Bautista de
Woodstock,
Georgia, EE.UU.A., es aficionado a las carreras de automóviles.
Principió
a asistir a las carreras en la pista de su comunidad. Pronto le
invitaron
a
orar al comenzar cada carrera. El dueño se sintió tan impresionado
por el
interés
de Johnny, que quitó un anuncio de cerveza y lo reemplazó con una
invitación
para asistir a la iglesia de Johnny, pagando él mismo los gastos.
Desde
ese momento la iglesia ha celebrado un culto especial en domingo,
donde
los conductores y los aficionados son los invitados especiales. Hay
reconocimiento
especial para este grupo en el culto. Usted puede hacer cosas
similares
para crear una presencia para su iglesia en la comunidad.
¡Diviértase!
4.
Desarrolle
una noche regular para la visitación.
La visitación organizada
siempre
debe ser parte del programa total de extensión de su iglesia.
Principie
visitando
a las personas que son visitantes en los cultos, o en los grupos de
estudio
bíblico o en los eventos especiales. Toda persona que llena una
tarjeta
como
visita debe ser visitada. La gente no es ingenua. Si ellos le dan su
nombre,
su teléfono y dirección, esperarán su visita o su llamada
telefónica. Si
va
a hacer una visita, quizá sea preferible llamar de antemano para
fijar una
hora
para hacerla. Esto ahorra tiempo y asegura que su visita no es en un
momento
inapropiado. Otras iglesias han tenido buen éxito al ir a las casas
durante
una noche específica sin anuncio previo. Ensaye los dos métodos
para
ver
cuál da mejores resultados.
Sin
duda se da cuenta de que algunos escritores argumentan que la
visitación ya
no
tiene eficacia. Hay ocho buenas razones por las que debe tenerse un
programa
de visitación: 1) Ayuda a crear una atmósfera propicia para la
evangelización.
Recuerda a todos sobre la responsabilidad de la iglesia de
alcanzar
a la comunidad. 2) Desarrolla un espíritu de equipo. Las personas
principian
a ver que el evangelismo no es la responsabilidad exclusiva del
pastor.
3) Un programa de visitación regular crea una esfera de
responsabilidad
personal.
Si dejamos a las personas que visiten por su propia cuenta,
encontrarán
razones para no hacerlo. 4) Da a los participantes una visión de
actividad
sobrenatural. Dios dará resultados y la gente verá la mano de Dios
actuando.
5) La visitación es una actividad esencial para sembrar la semilla
que
le
capacitará para experimentar una cosecha evangelística por medio de
otros
eventos.
No menosprecie el impacto de la visitación, aun cuando no vea
resultados
inmediatos. Confíe que la Palabra de Dios tendrá su impacto
oportuno.
6) Un programa de visitación provee una oportunidad de
entrenamiento
para enseñar a los miembros a testificar. 7) La visitación ayudará
a
sensibilizar a su gente a las necesidades actuales que existen en su
comunidad.
El
cristiano con frecuencia llega a estar aislado y apartado del mundo.
La
visitación
puede ayudar a romper ese aislamiento. 8) ¡La visitación todavía
da
resultados!
Los resultados de los Seminarios de Testimonio Continuo y las
escuelas
de evangelismo promovidos por la Convención Bautista del Sur
revelan
que, cuando una persona entrenada presenta el plan de salvación, uno
de
cada tres inconversos permite la presentación inmediata del
evangelio, y por
cada
cuatro veces que se presenta el evangelio, una persona ora para
recibir a
Cristo.
5.
Utilice
eventos para descubrir creyentes en perspectiva.
Mientras no
puede
depender de eventos especiales para lograr que su iglesia crezca, sí
pueden
estos ser una parte de su programa total de extensión. Un evento
especial,
tal como un concierto musical o un orador de fama pueden desarrollar
una
presencia en la comunidad. El éxito del evento evangelizador depende
de la
invitación
personal por los miembros de la iglesia y la conservación inmediata
de
los que asisten. Muchas iglesias pierden el efecto potencial de los
eventos
especiales
porque no llevan un registro de asistencia de los visitantes ni
planean
actividades
para continuar el contacto con los que han asistido.
6.
El
evangelismo basado en el ministerio.
Con frecuencia hacemos una
distinción
artificial entre el ministerio social y el evangelismo. La Biblia no
reconoce
tales distinciones. El ministerio social que no expresa ninguna
preocupación
por las necesidades espirituales de las personas es incompleto, y
el
evangelismo que no muestra ningún interés en las necesidades
físicas y
sociales
de las personas presenta un evangelio parcial. El evangelismo provee
una
oportunidad maravillosa para suplir las necesidades y compartir el
evangelio.
El suplir necesidades abre puertas para la receptividad al evangelio.
El
evangelismo basado en ministrar a las necesidades será programa
normativo
para
la iglesia del siglo XXI. Cada comunidad tiene necesidades únicas y
su
iglesia
está dotada para suplir algunas de esas necesidades. Determine las
necesidades
de la comunidad, examine los dones que operan a través de sus
miembros
y elabore un ministerio para suplir estas necesidades y presentar a
Cristo
en el poder del Espíritu Santo.
La
Primera Iglesia Bautista de Leesburg, Florida, EE.UU.A., tiene más
de
cincuenta
ministerios y bautiza a más de trescientas personas cada año en una
comunidad
de 25.000. El pastor Carlos Rosel explica que los ministerios
principiaron
por la iniciativa de los miembros de la iglesia. Esta iglesia nunca
logró
tantos bautismos hasta que principió un programa de evangelismo
basado
en
el ministerio social.
La
Asociación Metropolitana de Boston de las Iglesias Bautistas del Sur
fue
edificada
sobre un programa evangelístico basado en suplir las necesidades
sociales.
Mientras la asociación aumentó de diecisiete congregaciones a
cincuenta
y siete, los bautismos fueron registrados en una tasa fenomenal de
uno
por cada once miembros de las iglesias. Compare eso con la relación
de un
bautismo
por cada cuarenta en la Convención Bautista del Sur en su promedio
general.
Una iglesia, la Iglesia Bautista de la Gracia en Marlboro,
Massachusetts,
EE.UU.A., principió con cincuenta y cinco personas y creció
hasta
trescientos en ocho años. El pastor, Mark Acuff, invitó al alcalde
para
hablar
de lo que una nueva iglesia debe ofrecer en servicio a la comunidad.
Como
resultado, el alcalde le nombró miembro de un comité de servicios
sociales.
Otra iglesia, la Iglesia Bautista Haitiana Nueva Jerusalén en
Dorchester,
Massachusetts, creció de treinta a quinientos bajo el liderazgo de
Tony
Kebreau, que ofreció ministerios tales como clases de inglés como
segundo
idioma, clases de ciudadanía y beneficencia.
La
Iglesia Bautista Misionera Arbol de Vida, una iglesia afro-americana
en
Gary,
Indiana, EE.UU.A., creció de cero miembros a más de seiscientos en
trece
años. Esta iglesia ha reparado veintisiete apartamentos para gente
de
pocos
ingresos. La ciudad acaba de regalar toda la cuadra de casas de HUD
(organización
federal para el desarrollo de casas en centros urbanos) para su
reparación
y utilización. Esta iglesia ha establecido un programa para los
adolescentes
donde les enseñan carpintería y los dirigen en estudios bíblicos.
Han
visto a muchos de los que reciben los beneficios del ministerio venir
a
Cristo.
José Ratliff, pastor de la Brentwood Baptist Church de Houston,
Texas,
EE.UU.A.,
atribuye su crecimiento fenomenal, de quinientos miembros en 1980
a
diez mil en 1993, a sus cultos efervescentes de adoración combinados
con
ministerios
basados en las necesidades de la gente, abarcando desde la
alfabetización
hasta el cuidado de pacientes del SIDA en sus hogares. La iglesia
de
Brentwood aun estableció su propio servicio de crédito para suplir
las
necesidades
de los que no tenían acceso a los bancos oficiales de la ciudad.
Historias
como éstas de iglesias de varias denominaciones se podrían repetir
en
todas
partes del país de iglesias de varias denominaciones. Todas
suministran
un
ministerio social con una diferencia marcada: las buenas nuevas de
Cristo. El
vaso
de agua fresca es acompañado con la presentación del Agua de Vida.
Tal
vez
su comunidad no tiene las mismas necesidades que las que hemos
mencionado,
pero ciertamente tiene necesidades que proveerán una puerta de
oportunidad
para ministrar en nombre de Cristo.
7.
Programe
una campaña evangelizadora.
Muchas iglesias están
experimentando
buenos resultados de las reuniones evangelísticas. Las claves
son
una preparación amplia por medio de la oración, una buena
planificación
previa,
invitaciones personales para los perdidos y un buen evangelista.
Escoja
a
un evangelista que tenga fama de tener éxito en iglesias parecidas a
la suya.
Asegúrese
de programar todo con anticipación y ejecutar cuidadosamente lo
programado.
Los componentes de la preparación anterior a la campaña que
con
frecuencia se omiten, son la elaboración de una lista de convertidos
en
perspectiva,
la oración evangelística y el testimonio personal en la comunidad.
Las
campañas evangelísticas con frecuencia serán la herramienta para
cosechar
la
semilla sembrada por medio de los testimonios.
Recientemente
visité al pastor Dan Bandel de Idaho, EE.UU.A. Al llegar a su
nuevo
campo de pastorado descubrió que la iglesia había tenido una
sucesión
rápida
de pastores que llegaban y salían, con un descenso marcado en la
asistencia.
Muy pronto después de llegar al campo, él introdujo a la iglesia un
programa
de técnicas evangelísticas y un año más tarde programó una
campaña
de
evangelización. Los miembros le aseguraron que los avivamientos no
darían
resultados
en esta comunidad. Sin embargo, por amor a su nuevo pastor,
consintieron
en programar la campaña. La iglesia oró, la lista de convertidos en
perspectiva
fue elaborada, los miembros visitaron, el evangelista vino y
veinticuatro
personas fueron bautizadas como miembros de la iglesia.
8.
El
personal para el evangelismo.
A medida que la iglesia crece y necesita
más
personal, muchas iglesias consideran la posibilidad de añadir un
miembro al
personal
cuya responsabilidad principal es la extensión evangelística. No
recomiendo
esto porque creo que el pastor es la persona clave en el programa
de
evangelismo y que todos los miembros del personal deben estar
involucrados
integralmente en la estrategia total de extensión de la iglesia. Sin
embargo,
si decide añadir un ministro de extensión al personal, asegúrese
de
que
todos los miembros del personal de la iglesia son conscientes de que
el
ministerio
evangelizador de la iglesia depende de la participación de todos.
9.
Elabore
un presupuesto para el evangelismo.
El presupuesto de la iglesia
reflejará
las prioridades de la misma. Si usted desea ser eficaz en alcanzar a
su
comunidad,
debe proveer los recursos. Es cierto que debe interpretar el
presupuesto
total de la iglesia con relación a la Gran Comisión, pero también
debe
incluir una cantidad para el evangelismo directo local que iguale sus
aportes
para las otras causas misioneras, y que no sea menos que el diez por
ciento
de su presupuesto total. Esto asegurará que seguirá alcanzando a su
comunidad
local y también establecerá una base fuerte para alcanzar al mundo.
Incluya
una partida para los eventos de alcance evangelístico y materiales
de
entrenamiento.
10.
El
interés por evangelizar debe abarcar a todo el mundo.
La iglesia
verdaderamente
evangelizadora no puede descuidar las necesidades de los
perdidos
alrededor del mundo. Debe estar involucrada en la enseñanza de las
misiones,
dar para las misiones y desafiar a las personas para participar en
actividades
misioneras alrededor del mundo. Algunas iglesias han concentrado
todas
sus energías y todos los recursos en alcanzar a su propia comunidad.
Mientras
que tal estrategia puede proveer resultados locales impresionantes,
no
creo
que sea una estrategia efectiva de acuerdo con la Gran Comisión.
El
crecimiento total de la iglesia demanda que vayamos a todo el mundo.
Si las
tendencias
actuales para ofrendar reflejan nuestro compromiso para alcanzar el
mundo,
debemos estar preocupados. La población de los Estados Unidos es el
4.7
por ciento de la población mundial. El total dado para causas
cristianas a
mediados
de 1993 era 175 mil millones de dólares, de los cuales 9.6 mil
millones
fueron para las causas globales. En otras palabras, gastamos el 94.5
por
ciento de todo el dinero dado para llevar el evangelio en el 4.7 por
ciento
de
la población del mundo. ¿Cómo podemos mirar las estadísticas y
declarar
nuestro
compromiso serio para el crecimiento de la iglesia?
El
testimonio contextualizado
Nuestro
testimonio personal es más eficaz si primero determinamos el nivel
de
respuesta
de la persona a quien estamos testificando. Cada persona está en un
punto
diferente, de acuerdo con su trasfondo personal y los contactos
previos
con
creyentes. Aquí tenemos una representación visual de los niveles de
respuesta.
Trate
de considerar a las personas en un punto en esta línea continua que
va
desde
-3 a +3, y procure moverlas hacia una dirección positiva con cada
encuentro.
También le animo a esperar que el Espíritu Santo obre para
moverles
en dirección positiva por medio de los dones y las oportunidades que
Dios
ha dado a usted. No subestime el potencial de algunas personas para
progresar
por varias etapas en un solo encuentro en que se les testifica. Por
ejemplo,
Pablo pasó de ser antagónico a aceptador en un solo encuentro con
el
Señor
resucitado (Hechos 9). Algunos testigos cometen el error de ir
demasiado
despacio o postergar su testimonio a una persona que no es
receptiva
al evangelio.
Si
considera el dibujo en su totalidad, las personas que están al lado
negativo
mirarán
primero para considerar la sal
en
el comportamiento de los cristianos
antes
de sentirse inclinados a responder a la luz
de
nuestro testimonio verbal.
Mi
palabra de precaución para usted es esta: En el proceso de
desarrollar
relaciones,
ice la bandera del testimonio cristiano tan pronto como sea posible.
Hay
dos razones: Primero, si desarrolla una amistad con un vecino
inconverso y
nunca
menciona su relación personal con Cristo, será más incómodo
hacerlo a
medida
que progresa el tiempo. Si no menciona su interés en su salvación
durante
varios meses, ellos cuestionarán la legitimidad de su amistad
posteriormente
cuando menciona el tema. Segundo, él o ella se preguntará
justificadamente,
por qué no le advirtió anteriormente de su condición perdida,
si
en verdad su eternidad está en juego. Debe izar la bandera tan
pronto como
sea
posible. Esto no quiere decir que uno tiene que compartir su
testimonio
completo
de una vez. La verdad es que si la persona es antagónica o
indiferente
no
va a permitir tal presentación. No debiera, sin embargo, ocultar su
compromiso
personal con Cristo o su deseo de ver que su amigo llegue a
conocer
a Cristo. Los que intentan ser agentes secretos del Señor rara vez
ganan
a sus amigos para Cristo.
Cuando
testifique a alguien que esté en la categoría negativa, debe
practicar una
manera
activa de escuchar y vivir de una manera consecuente con su
testimonio
cristiano.
Sea sensible al incrédulo, escuche sus preocupaciones y objeciones,
pero
no vacile en “salpicarles” con un poco del “Agua Viva” en
cada
oportunidad
que se presente. Miremos algunas respuestas positivas a personas
en
cada categoría:
Cultive
relaciones personales con los que son antagónicos hacia su
testimonio y
muéstreles
un amor incondicional. No responda en forma negativa cuando le
atacan
o atacan a sus creencias.
El
indiferente
con
frecuencia responde cuando se le satisface una necesidad
personal.
Busque esos momentos en los que le pueda enseñar alguna verdad
cristiana
o puede alcanzarlo a medida que cultiva su relación con él.
Los
inseguros
hacen
preguntas en cuanto a la vida y pueden responder al que
les
testifica y dialoga con ellos sobre las cuestiones de la vida. Es
posible que
sientan
inseguridad por causa de algún evento en su propia vida o en la vida
de
un
familiar. Ayúdeles a interpretar estos eventos desde la perspectiva
bíblica.
Tal
vez les puede regalar un libro bien elegido que trate sobre dichas
inquietudes,
o quizá pueden asistir a un grupo de apoyo que trate tal necesidad.
El
observador
está
desarrollando una apertura hacia el evangelio. Esta persona
a
menudo responde a la invitación de asistir a un evento especial o a
un grupo
de
apoyo o a un grupo de estudio. Continúe dando su testimonio. Esto
requerirá
que usted responda a las preguntas acerca de la vida que la persona
no
salva le hace.
El
inquisitivo
está
abierto a la posibilidad de asistir a un grupo de estudio
bíblico.
Dése cuenta de que el inquisitivo posiblemente esté investigando
otras
alternativas
de pensamiento. No se ponga a la defensiva si ellos comparan las
creencias
cristianas con las de la Nueva Era, por ejemplo. No tiene de qué
preocuparse;
la cosmovisión cristiana puede defenderse bien ante cualquier
escrutinio
y puede probar su superioridad sobre cualquier otra perspectiva. Si
el
inquisitivo u observador asiste a los cultos con usted, probablemente
no va a
llenar
una tarjeta de visitante o papeleta de registro, no importa la manera
en
que
su iglesia acostumbre saludar a los visitantes.
El
individuo que está en +2 (ver gráfica en página 176), es receptivo
y,
por
consiguiente,
probablemente llenará la tarjeta de visita. Cualquier persona que
llene
una tarjeta debe ser visitada en su hogar por un equipo que ha sido
entrenado
en la visitación evangelística. Esta persona está muy cerca de ser
aceptadora.
Las herramientas para cosechar, tales como “Entrenamiento para
el
testimonio cristiano” y “Evangelismo Explosivo”, son
particularmente útiles en
preparar
a las personas para estas visitas en los hogares. Esto no quiere
decir
que
estas mismas herramientas no sirvan para testificar a las personas
que estén
en
otras etapas de su reacción al evangelio. Aquí de nuevo tenemos que
estar
preparados
para testificar y responder a la obra del Espíritu Santo a medida
que
la Palabra de Dios hace su trabajo sobrenatural.
Discuto
este método de testificar con mayor detalle en el libro, Sharing
Life’s
Answer
with a Friend (Compartiendo
las respuestas de la vida con un amigo).
Podemos
ilustrar el proceso completo de testificar en la siguiente manera:
La
iglesia creciente sentirá pasión por alcanzar a su comunidad y a su
mundo y
utilizará
cualquier medio y oportunidad disponibles para hacerlo.
MÁS
RECURSOS PARA EL EVANGELISMO PERSONAL
Plan
supremo de evangelización,
R. E. Coleman (13816)
Recojamos
la red,
O. S. Hawkins (42099)
No hay comentarios:
Publicar un comentario