jueves, 3 de marzo de 2016

EL CORAZÓN DE LA BÍBLIA JUAN 3: 16










Por Pr Manuel A Morejón Soler -El Vedado, La Habana.
 
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)
El corazón de la Biblia
Todo el evangelio se centra en este versículo. El amor de Dios no es estático ni egoísta, sino que se extiende y atrae a otros. Dios establece aquí el verdadero molde del amor, la base de toda relación de amor. Si uno ama a alguien profundamente, está dispuesto a entregarle su amor a cualquier precio. Dios pagó con la vida de su Hijo, el más alto precio que se puede pagar por la humanidad. Jesús pagó el precio de nuestros pecados y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte.

Miserables ricos y miserables pobres
Hay personas se echan a morir porque viven una vida miserable, aunque la miseria humana nada tiene que ver con el dinero. Hay muchos ricos miserables que viven una vida existencialista porque creen que después de esta vida no hay nada más y otros que rechazan la idea de la eternidad porque han vivido una vida triste y miserable.
La vida eterna no es la extensión de la vida miserable del hombre, vida eterna es la vida de Dios encarnada en Cristo, que se da a todos los que creen como garantía que vivirán ricos en Cristo para siempre. En esta vida no hay más muerte, ni sufrimiento, ni dolor, ni demonios. Cuando no conocemos a Cristo tomamos decisiones pensando tan solo en lo que tenemos.
Creer, creer y creer para no perder
Creer es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar nuestra confianza en Él, como nuestro único salvador. Es poner a Cristo en todos nuestros planes presentes y en nuestro destino eterno. Creer es confiar en su Palabra y depender de él para cambiar.

Si nunca ha creído en Jesucristo haga suya esta promesa de vida eterna y dejará de tener una vida miserable.

@AlianzaCristian



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