viernes, 11 de septiembre de 2015

Festividad que continúa


                                                        Aimée Cabrera.
El 8 de septiembre la Iglesia Católica cubana celebra el Día de la Virgen María de la Caridad del Cobre, Patrona de la Isla y, en este año ha tenido un impacto especial por la visita del Papa Francisco que se realizará entre el 19 y el  22 del presente.
La  Novena de la Virgen de la Caridad se realizó en lugares abiertos cercanos a las iglesias para así atraer a los vecinos que se sumaron con agrado para compartir momentos de oración donde fueron entregados un folleto con extractos de la Carta del Papa Francisco, “Año de la Misericordia” y pegatinas por su próximo viaje a Cuba.
En esta Novena fuera del templo muchas personas de todas las edades se unieron para escuchar distintos mensajes cristianos, estrechar sus manos  en oración, hacer peticiones por los enfermos, la familia y citar  otros puntos de interés social.
Ya comenzó la Novena por la llegada del Pontífice a tierras cubanas que incluye parte de la región oriental- donde se encuentra el Santuario del Cobre- y la misa que tendrá lugar en la Plaza de la Revolución en  la capital, la cual dará fin a su recorrido.
Esta Novena  se realiza también fuera del templo, seleccionándose parques y otras áreas abiertas en horarios que pueden ser antes o después de misa para lograr mayor asistencia de los feligreses, lo cual de hecho, incita a quienes no son católicos, a tener un encuentro inolvidable con Dios.
 El folleto entregado a todos los participantes  contiene parte de la carta del Papa Francisco, quien  convoca a celebrar el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia a partir del 8 de diciembre del 2015 hasta el 20 de noviembre del 2016.
En la misma se invita a las comunidades a convertirse en “oasis de misericordia” y reafirma sus parlamentos con citas Bíblicas como Lc. 6,36; 1Jn 4,8; Lc. 4,16-19 y Mt 5,7, entre otras, las cuales ayudan al pueblo cubano a acercarse al Señor para  descubrir su amor y misericordia, a través de su Palabra y  la vida cotidiana, terreno fértil para llevar a la práctica su misericordia.  


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