viernes, 16 de enero de 2015

LIBRES Y RICOS


Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.

Un hombre de fe                                                                                                             
El 6 de enero de 1822, la esposa de un pastor pobre en Alemania tuvo un hijo, sin soñar jamás que un día este alcanzaría renombre mundial y una gran riqueza.
Cuando Enrique Schlimann tenía siete años de edad, un cuadro de la antiguaT roya en llamas capturó su imaginación. Contrario a lo que muchas gentes creían, Enrique sostenía que los grandes poemas de Homero, La Ilíada y la Odisea, estaban basados en hechos históricos y decidió comprobarlo.
En 1873 descubrió un sitio de la antigua Troya, junto con algunos fabulosos tesoros que sacó de contrabando del país, ante el enojo del gobierno turco. Schlimann llegó a ser famoso y rico porque se atrevió a creer en un registro antiguo y actuar en base a esa fe.

La revelación, motor de fe
 Por esta causa también yo,  habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros,  haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,  el Padre de gloria,  os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”. (Efesios 1:15-18) 

La oración de un preso
En las oraciones de Pablo en la cárcel podemos descubrir las bendiciones que él quería que sus convertidos disfrutasen. En ninguna de estas oraciones Pablo pide cosas materiales. Su énfasis está en la percepción espiritual y el verdadero carácter del cristiano. Él no pide a Yhwh que les de lo que ellos no tienen, sino ora para que Yhwh les revele lo que ellos ya tienen.

Las riquezas de nuestra herencia
Somos coherederos en Cristo de todas sus riquezas en gloria y libres porque Él es la libertad, hasta que no tengamos conocimiento de Él para que sean alumbrados los ojos de nuestro entendimiento no podremos disfrutar de la herencia que ya Él nos legó.



   

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