¡He aquí vengo pronto! Bienaventurado el que guarda
las palabras de la profecía de este libro.
He aquí vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para
pagar a cada uno según sean sus obras. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y
el último, el principio y el fin.
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para
que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las
puertas. Pero afuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los
homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
“Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para daros
testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de
David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!” El que oye
diga: “¡Ven!” El que tiene sed, venga. El que quiere, tome del agua de vida
gratuitamente.
El que da
testimonio de estas cosas dice:
“!Sí, vengo
pronto!”
¡Amen! ¡Ven,
Señor Jesús!
La gracia de nuestro Señor Jesús sea con todos.
Amén.
Apocalipsis 22:7, 12-17, 20, 21
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