martes, 23 de septiembre de 2014

EL LIBERTINAJE Y LA LIBERTAD

















Por Pr. Manuel A Morejón Soler, El Vedado, La Habana.

La Biblia es muy clara en sus sentencias:
“El Señor castigará sobre todo a los que siguen deseos impuros y desprecian su autoridad.
Son tercos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los poderes superiores. Esos hombres son como los animales: no tienen entendimiento, viven solo por instinto y nacen para que los atrapen y los maten. Hablan mal de cosas que no entienden; pero morirán de la misma manera que los animales, sufriendo por lo que han hecho sufrir a otros. Se creen felices entregándose al libertinaje en pleno día. No pueden ver a una mujer sin desearla; no se cansan de pecar. Seducen a las almas débiles; son expertos en la avaricia; son gente maldita. Andan perdidos, porque se han desviado del camino recto. Esos maestros son como pozos sin agua, como nubes llevadas por el viento, están condenados a pasar la eternidad en la más negra oscuridad.
Dicen cosas altisonantes y vacías y con vicios y deseos humanos seducen a quienes a duras penas logran escapar de los que viven en el error. Les prometen libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción; porque todo hombre es esclavo de aquello que lo ha dominado”.  (2ª de Pedro 2:10:19)

Una persona es esclava de aquello que lo domina. Muchos creen que libertad es hacer todo lo que uno quiere. Pero nadie es totalmente libre en ese sentido. Si nos negamos a seguir a Jhvh seguiremos nuestros propios deseos pecaminosos y llegaremos a ser esclavos de los caprichos de nuestro cuerpo. Si sometemos nuestra vida a Jesucristo, el nos librará de la esclavitud de lo que nuestro cuerpo desea. Cristo nos libra para que le sirvamos, lo que viene a resultar  en última instancia para nuestro bien.

El 6 de enero de 1941 el Presidente Franklin D. Roosevelt pronunció un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos de la América del Norte, y entre otras cosas dijo que los Estados Unidos esperaban un Mundo fundado sobre cuatro libertades esenciales:
I.          Libertad de palabra.
II.         Libertad de culto.
III.        Libertad de trabajo.
IV.       Libertad de eludir el temor.

En otras palabras Libertad de palabra, es libertad para expresar tus ideas. Libertad de cultos, es la libertad para adorar a Dios en la forma preferida. La libertad de trabajo, es para elegir la forma de trabajar a fin de no padecer necesidad. Libertad de eludir el temor, es evitar todo aquello que haga que la gente sufra algún miedo.

Desafortunadamente un gobierno que es esclavo de la corrupción no puede prometer estas cuatro libertades esenciales para su pueblo, porque ellos mismos son esclavos de aquello que los ha dominado.




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