Juan 9:25.
Un modernista muy
sabio estaba tratando de ridiculizar el relato bíblico de la
creación del hombre.
Habló con desprecio y en forma blasfema del Dios que
“tomó un pedazo de
barro en su mano, sopló sobre él e hizo un hombre”.
En el auditorio había
un hombre que conocía la gracia salvadora de Dios. Se
levantó y dijo:
“Señor, yo no voy a discutir la creación con usted, pero le dirá
esto: En nuestro
pueblo Dios se inclinó y levantó el pedazo de barro más sucio
de toda la comarca.
Sopló sobre él su Espíritu y fue creado de nuevo; fue
cambiado de un hombre
malvado a un hombre que odia sus pecados pasados y
ama al Dios que lo salvó. Y yo,
señor, era ese pedazo de barro.
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