Por Pr. Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana
Es una celebración memorable y solemne instituida por Dios
mismo y además un estatuto perpetuo para los cristianos en cualquier lugar del
Mundo. La Pascua era una festividad para celebrar la liberación de Israel de
Egipto (Éxodo 12:14) y para recordar al pueblo la muerte y resurrección de
Jesús Pero no así en Cuba, porque desde
que el ateísmo se hizo omnipresente en el país hace 52 años esta conmemoración fue
desterrada del calendario cubano.
Los judíos cristianos la asociaban con la Pascua judía y
la celebraban el decimocuarto día de Nisan sin importar el día de la semana.
Pero los creyentes gentiles celebraban la resurrección en domingo. Esta
diferencia fue resuelta por el concilio de Nicea en el 325 d. de J.C., que
determinó que se celebraría la Pascua el primer domingo después de la primera Luna
llena del equinoccio vernal. Este es el sistema que se sigue hoy. La fecha de
la pascua varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
El ir a una Iglesia Católica una vez al año para buscar
una hoja de “guano santo” y un poco de
“agua bendita” o a una iglesia evangélica a oír el sermón de las “Siete
Palabras” no nos hace salvo, la Pascua debe alcanzar un significado especial
para todos diariamente, ya que se interpreta como figura de la obra redentora
de Cristo en nosotros.
Cristo sin pecado alguno, tomó nuestro lugar en la cruz
del Calvario y murió por nosotros, pero al tercer día se levantó de los muertos
para demostrarnos que después de esta vida hay más. Ese es el gran significado
de esta recordación.
¡Gracias Jhvh por tocar el corazón de los que tuvieron
parte en esta sabia decisión de devolverle al pueblo este día de asueto para
festejar la liberación de la esclavitud que le habían robado!
¡Gracias Jhvh por restituir de nuevo esta conmemoración oficialmente en
nuestro país!
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