martes, 4 de marzo de 2014

La sangre de Jesucristo… nos limpia de todo pecado. 1ª Juan 1:7.





La carrera de trineos con perrospara  ESCUCHAR  ... haga clic aquí ...

       Cada año en Alaska, hay una carrera de trineos con perros de 1000 (mil) millas (1609 km) donde el ganador sale con un premio de mucho dinero y prestigio. Lo que pocos saben es que esta carrera conmemora una carrera original para salvar vidas.

       En enero de 1925, en el pueblo de Nome, Alaska, un niño de seis años mostró señales de difteria, una enfermedad que suele ser tan rápida que acaba en pocas horas con el enfermo. Un día después murió el niño. Debido al peligro de una epidemia entre el pueblo, el Dr. Curtis Welch empezó inmunizando a todos los niños y adultos con un suero antidiftérico. Pero en poco tiempo se acabó su provisión, y el suero más cercano se encontraba en la ciudad de Nenana, a una distancia de 1000 millas en un desierto congelado. Se envió un telegrama pidiendo más dosis de aquel suero.

       Un grupo de hombres ofrecieron hacer el viaje con sus trineos tirados por perros. Operando en relevos, un trineo salió de Nome mientras el otro, cargando el suero, venía desde Nenana. A pesar de la congelación parcial de sus dedos y orejas, pese a su fatiga y agotamiento, estos hombres siguieron esforzándose durante 144 horas con vientos muy fuertes y una temperatura de 40 grados bajo cero, hasta que llegó el suero antidiftérico a Nome.

       La inestimable abnegación de estos hombres había proporcionado el regalo de la vida a un pueblo entero. Finalmente sólo murió una persona más.

       Querido lector, ¿sabe que el Señor Jesús hizo el más grande sacrificio muriendo Él mismo en la cruz, para salvar de la condenación a todo aquel que lo acepta en su vida? ¿Ya ha tomado esa decisión?
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