viernes, 28 de marzo de 2014

EL LÍDER



Lo que hace fuerte a un jugador

por Craig Brian Larson
Los interes de Jesús deben prevalecer (Filipenses 2:19-22)


Lea
Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. (Flp. 2:19-22).

Comprenda
A la mitad de su carta a los filipenses, Pablo se aparta momentáneamente de su enseñanza y habla de logística. Va a enviar a uno de sus colaboradores más cercanos en el ministerio a Filipo, y aparentemente el propósito es evaluar la situación en la iglesia y ser informado por él. Probablemente, Pablo entonces haría el seguimiento a través de otra carta si fuera necesario. Pablo recomienda a Timoteo a los filipenses como un hombre a quien él respeta y en quien confía completamente.
¿Qué hizo de Timoteo el tipo de hombre que Pablo quería –incluso necesitaba- para trabajar con él?
La principal calificación de Timoteo no era su personalidad o talentos. En las cartas de Pablo a Timoteo vemos el retrato de un hombre a menudo tímido e inseguro. Lo que hizo especial a Timoteo era su interés principal en la vida: por sobre todas las cosas, él buscaba los intereses de Jesucristo. Él quería ver a las personas venir a la fe y que fueran capacitadas como seguidores de Cristo. Quería ver a la iglesia fuerte y productiva.
Cualquier organización que va en pos de una causa noble requiere de mucha mano de obra. Cualquier entrenador dirá que no se puede moldear un equipo ganador si los jugadores están más preocupados por otros intereses que por alcanzar la victoria.
Los intereses de Jesucristo son los asuntos fundamentales de la vida: la verdad acerca del bien y del mal, cómo nuestros pecados son perdonados, cómo conocemos y complacemos a Dios, quién va al cielo o al infierno, cómo nos unimos para hacer avanzar los propósitos de justicia de Dios en un mundo de maldad, cómo sanamos a los heridos y alimentamos a los hambrientos, cómo nos reunimos para alabar a Dios. Estas prioridades deben descartar cualquier otra cosa de nuestros programas, y no al revés.
Una persona nunca será un buen jugador para su iglesia si su interés primario es hacer dinero, ir a fiestas, o disfrutar del ocio. Estas cosas tienen un lugar legítimo, pero no el primer lugar. El jugador por excelencia es la persona profundamente dedicada a la obra del Señor.

Comente
  1. Tratar de equilibrar las obligaciones piadosas con las otras necesidades de la vida siempre conlleva cierta tensión. ¿Cuándo ha sentido usted esa tensión?
  2. ¿Qué señales sugieren que un interés legítimo, tal como un trabajo o un pasatiempo, está inutilizando a las personas como siervos para el Señor?
  3. ¿Qué principios bíblicos deben guiar las elecciones en cuanto a dónde pasar el tiempo?

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