Detalle
de una página de la Biblia
del Oso
(Basilea, Suiza, 1569), de Casiodoro
de Reina,
reformador protestante español del Siglo XVI, conteniendo el
principio y los encabezados del Libro de Tobías, uno de los libros
deuterocanónicos.
Los
deuterocanónicos
son textos y pasajes del Antiguo
Testamento
de la Biblia cristiana que no están incluidos en el Tanaj judío
hebreo-arameo; pero que sí se incluyen en la Biblia Griega de los
LXX, llamada Septuaginta
—datada entre los años 280 y 30 a.C.—; el texto utilizado por
las comunidades judías e israelitas de todo el mundo antiguo más
allá de Judea, y luego por la iglesia cristiana primitiva, de habla
y cultura griega.[1]
[2]
Los
deuterocanónicos son:
- Las "adiciones griegas" al Libro de Ester
- Las "adiciones griegas" al Libro de Daniel
- La Oración de Azarías (Daniel 3:24-50)
- El Himno de los tres jóvenes (Daniel 3:51-90)
Contenido
|
Etimología
del vocablo
Los
términos protocanónicos
y deuterocanónicos
no aparecieron nunca antes de mediados del Siglo XVI. Fueron acuñados
en el año de 1566 por Sixto de Siena, teólogo católico de origen
judío, para referirse, respectivamente, a los textos propios del
llamado Canon Palestinense del Tanaj judío –por considerarlo una
“primera norma” o prescripción de textos del Viejo Testamento—,
y a los textos propios del llamado Canon
Alejandrino
de la Biblia Griega —por considerarlo una “segunda norma” o
prescripción de textos del Viejo Testamento—.[3]
"Nombre
que se da a aquellos libros, o parte de libros de la Sagrada
Escritura,
que desde su origen no fueron considerados como inspirados por todos,
y que hoy son rechazados del canon
de la Sagrada
Escritura
por los judíos y protestantes. La Iglesia
Católica,
empero, los considera como verdadera y auténtica palabra de Dios,
y han sido declarados como libros inspirados por los concilios
de Trento
y Vaticano."
Tomo
18, Pág. 721.
Canonicidad
La
canonicidad de los libros deuterocanónicos es distinta para los
diversos grupos que tienen como sagrados a los textos hebreos. La
comunidad judía y algunas de las organizaciones cristianas de origen
protestante no aceptan los libros deuterocanónicos en su canon. La
Iglesia
Católica
y la Iglesia
Ortodoxa
los consideran de segundo canon; o sea que no son tomados como parte
del primer canon, sin embargo se les reconoce autoridad. Los judíos
llaman Canon
Palestinense
al Tanaj
al que se le añaden los deuterocanónicos.
Las
iglesias
cristianas ortodoxas,
e iglesias
orientales,
incluyen en el canon de la Biblia, en adición a ellos, algunos otros
textos, como el Salmo 151, la Oración de Manasés, 3 y 4 Esdras, y 3
y 4 Macabeos; los cuales aparecen en códices
antiguos de la Septuaginta,
así como de otros antiguos textos bíblicos; algunos de los cuales
contenían, asimismo, el Libro de las Odas y el Libro
de los Salmos de Salomón.
En adición a ellos, la Iglesia
copta
también acepta el Libro
de Enoc,
el Libro
de los Jubileos,
y algunos otros más.
Hay
evidencia histórica y neotestamentaria de que los libros
deuterocanónicos eran usados por la iglesia cristiana primitiva. Sin
embargo, siglos más tarde, Lutero reparó en ellos precisamente por
su aparente apoyo a la doctrina del purgatorio, a la cual se oponía.
Lutero afirmó en su proposición 37 que la doctrina del purgatorio
no se apoya en ninguna escritura canónica. Los libros de los
Macabeos, como otros que la iglesia católica romana llama
actualmente deuterocanónicos, o sea de segundo canon, y que siempre
han estado en su canon,
fueron incorporados en la traducción al griego de la Septuaginta,
una versión griega de la biblia hebrea que ha tenido una posición
dominante en las iglesias ortodoxas, e incluso en la católica, antes
de la Vulgata latina de Jerónimo. Según los protestantes, es un
canon que prácticamente ninguna tradición judía hebrea acepta,
pero fue el más usado en los tiempos apostólicos, y existen
referencias a deuterocanónicos en múltiples pasajes del Nuevo
Testamento. Hay evidencia histórica de que el canon amplio de los
judíos alejandrinos comprendía los libros deuterocanónicos.
También existen pruebas de que entre los judíos palestinos pudieron
haber circulado los libros deuterocanónicos: En Qumrán, la
evidencia bíblico-arqueológica más antigua, han sido encontrados
algunos fragmentos de tres libros deuterocanónicos: del Eclesiástico
(gruta 2), de Tobías (gruta 4) y de Baruc (gruta 7).
Los
argumentos en contra y a favor de los deuterocanónicos como parte
del canon son muchos, variados y complejos. El mayor argumento de sus
opositores, y el único de fondo, ha sido su omisión del canon del
Tanaj
judío palestinense, o tal vez su posible supresión en el mismo de
un canon consensual aún más antiguo, como algunos autores proponen.
Pero algunos autores sostienen que el canon del Tanaj representa
posturas fariseas,
y fue elaborado por judíos expresamente opositores al cristianismo
(la escuela de Yabné o Yamnia), mientras que es posible encontrar
referencias a algunos deuterocanónicos como textos sagrados en
escritos judíos de distintas corrientes, y 300 de las 350
referencias al Antiguo
Testamento
que se hacen en el Nuevo
Testamento
son tomadas de la versión alejandrina. Por otra parte, se debate
sobre la lengua de los textos originales de algunos de estos libros,
es decir, el griego;
aunque estas cuestiones no afectan a los textos escritos en hebreo
de forma original, como el Eclesiástico.
Realidad
histórica
Desde
una perspactiva estrictamente histórica, a través de la historia,
los deuterocanónicos han estado presentes en las Biblias de todas
las facciones cristianas anteriores a la reforma protestante del
Siglo XVI. También están presentes en todas las versiones bíblicas
protestantes anteriores al año de 1826, y también en al menos
algunas ediciones posteriores de esas mismas Biblias.[4]
Además de las Biblias cristianas ortodoxas y católicas romanas,
actualmente se siguen incluyendo en las Biblias luteranas,
anabaptistas, anglicanas y episcopalianas.
Notas
y Referencias
- ↑ KELLY, John Norman Davidson; Early Christian Doctrines; Pág. 53; Continuum; Londres, Inglaterra, 1958; ISBN 0-82645-252-3.
- ↑ [http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_20020212_popolo-ebraico_sp.html#E.%20La%20extensión%20del%20canon%20de%20las%20Escrituras EL PUEBLO JUDÍO Y SUS ESCRITURAS SAGRADAS EN LA BIBLIA CRISTIANA: La extensión del canon de las Escrituras]
- ↑ DÍEZ MACHO, Alejandro-BARTINA, Sebastián; Enciclopedia de la Biblia; Lion Publishing; Barcelona, España, 1966; ISBN 847151351X.
- ↑ Usted puede tener acceso, por ejemplo, a los textos completos de la Biblia de Casiodoro de Reina, llamada Biblia del Oso (1569), en formato de archivo escanográfico, en el sitio de Clásicos Digitales de la Universidad Conimbricense. También puede tener acceso al grueso de los textos de la Biblia de Cipriano de Valera, llamada Biblia del Cántaro (1602), en formato de archivo PDF, en el sitio de Libros de Google.es. Los gruesos de los textos de al menos algunas de las numerosas Biblias protestantes inglesas con “Apocrypha” se encuentran disponibles para su descarga en los sitios de e-Sword, y de The Unbound Bible, de Biola University.
Véase
también
Enlaces
externos
- Historia del Canon Bíblico, Parte 3 de 7 en Biblia Esfera
- Historia del Canon Bíblico, Parte 4 de 7 en Biblia Esfera
- Historia del Canon Bíblico, Parte 5 de 7 en Biblia Esfera
- Historia del Canon Bíblico, Parte 6 de 7 en Biblia Esfera
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