Según la Biblia el Fin de los Tiempos, Juicio
Final, Apocalipsis o Fin del Mundo, es un suceso que en nuestros días ya está
causando un efecto destructivo sobre la raza humana. Los resultados de este
acontecimiento puede variar entre una interrupción importante de la
civilización humana, la extinción de la vida humana, la destrucción del planeta
Tierra o la aniquilación de todo el Universo. Los fenómenos naturales, conjuntamente con los sucesos producidos por el hombre,
asociados con los eventos sobrenaturales, son a los que Jesucristo alude cuando
dice:
“Ustedes tendrán noticias de que hay guerras
aquí y allá, pero no se asusten, pues así tiene que ocurrir; sin embargo, aún
no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra
contra otro y habrá hambres y terremotos en muchos lugares. Pero todo eso
apenas será el comienzo de los dolores”.
(Mat 24:6-48)
Los discípulos de Jesús tenían las mismas inquietudes que
las nuestras de hoy y por eso preguntaron por las señales de su venida y por el
fin de los tiempos, a lo que Jesús respondió:
- “¡Mirad que nadie os engañe!". (Mateo 24:4)
El hecho es que
siempre que miramos a las señales nos volvemos susceptibles a ser engañados.
Hay muchos falsos profetas (24.11-24) rondando con falsas señales de
espiritualidad, poder y autoridad. La única manera cierta de guardarnos del
engaño es fijar la mirada en Jesús y sus palabras.
Hubo falsos profetas en los tiempos de Jesús y los
tenemos también hoy. Son líderes populares que esparcen un evangelio falso, que
dicen lo que la gente quiere oír: "Dios quiere que usted sea rico",
"Haga lo que desee", "No existen ni el pecado ni el
infierno". Jesús anunció que vendrían maestros falsos, y puso en alerta a
sus discípulos, así como lo hace con nosotros, para que no escuchemos sus
peligrosas palabras.
Las falsas doctrinas y la pérdida de los valores morales
fecundan una enfermedad particularmente destructiva: la pérdida del verdadero
amor a Dios y a los demás. El pecado enfría nuestro amor por Dios y por los
demás al hacer que nos enfoquemos sólo en nosotros mismos. Nadie podrá amar si
se piensa sólo en sí mismo.
Jesús predijo que los que aborrecen sus puntos de vista
perseguirían con severidad a los cristianos. Sin embargo, los cristianos podrán
tener esperanza en medio de la terrible persecución. Los tiempos de prueba
sirven para diferenciar a los cristianos verdaderos de los que no lo son.
Cuando lo presionen a rendirse y a dar las espaldas a Cristo, no ceda. Recuerde
que solo en Cristo hay SALVACIÓN.
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