viernes, 6 de septiembre de 2013

EL TIEMPO DEL FIN












Por Pr Manuel A Morejón Soler  El Vedado, La Habana.

Según la Biblia el Fin de los Tiempos, Juicio Final, Apocalipsis o Fin del Mundo, es un suceso que en nuestros días ya está causando un efecto destructivo sobre la raza humana. Los resultados de este acontecimiento puede variar entre una interrupción importante de la civilización humana, la extinción de la vida humana, la destrucción del planeta Tierra o la aniquilación de todo el Universo. Los fenómenos naturales, conjuntamente con los sucesos producidos por el hombre, asociados con los eventos sobrenaturales, son a los que Jesucristo alude cuando dice: 

“Ustedes tendrán noticias de que hay guerras aquí y allá, pero no se asusten, pues así tiene que ocurrir; sin embargo, aún no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro y habrá hambres y terremotos en muchos lugares. Pero todo eso apenas será el comienzo de los dolores. (Mat 24:6-48) 

Los discípulos de Jesús tenían las mismas inquietudes que las nuestras de hoy y por eso preguntaron por las señales de su venida y por el fin de los tiempos, a lo que Jesús respondió:
- “¡Mirad que nadie os engañe!". (Mateo 24:4)
 El hecho es que siempre que miramos a las señales nos volvemos susceptibles a ser engañados. Hay muchos falsos profetas (24.11-24) rondando con falsas señales de espiritualidad, poder y autoridad. La única manera cierta de guardarnos del engaño es fijar la mirada en Jesús y sus palabras.
Hubo falsos profetas en los tiempos de Jesús y los tenemos también hoy. Son líderes populares que esparcen un evangelio falso, que dicen lo que la gente quiere oír: "Dios quiere que usted sea rico", "Haga lo que desee", "No existen ni el pecado ni el infierno". Jesús anunció que vendrían maestros falsos, y puso en alerta a sus discípulos, así como lo hace con nosotros, para que no escuchemos sus peligrosas palabras.
Las falsas doctrinas y la pérdida de los valores morales fecundan una enfermedad particularmente destructiva: la pérdida del verdadero amor a Dios y a los demás. El pecado enfría nuestro amor por Dios y por los demás al hacer que nos enfoquemos sólo en nosotros mismos. Nadie podrá amar si se piensa sólo en sí mismo.
Jesús predijo que los que aborrecen sus puntos de vista perseguirían con severidad a los cristianos. Sin embargo, los cristianos podrán tener esperanza en medio de la terrible persecución. Los tiempos de prueba sirven para diferenciar a los cristianos verdaderos de los que no lo son. Cuando lo presionen a rendirse y a dar las espaldas a Cristo, no ceda. Recuerde que solo en Cristo hay SALVACIÓN.

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