Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana,
junio del 2013
Profanación del nombre de JHVH
Y a vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho Jehová
el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a mí no me obedecéis;
pero no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros
ídolos. (Ezequiel 20:39)
El profeta Ezequiel da una visión de la historia de
la rebelión del pueblo de Israel y de la profanación hacia el nombre de JHVH.
JHVH
insistentemente advirtió a los líderes de su pueblo acerca del sacrilegio hacia
su nombre y continuamente restauró al
pueblo a su favor, sólo para que este se volviera a apartar de Él.
A la larga,
la situación ya no tuvo solución. La profanación hacia el nombre del Señor
estaba tan arraigada en el corazón del pueblo de Israel que llegó el día en que
el remedio ya no era posible y el castigo de JHVH sustituyó su misericordia.
El pecado que se repite y del cual nunca se
arrepiente, es un desafío al Señor y una invitación a la ruina.
Bienaventurado el hombre que no es un profano y que
guarda su mano de hacer todo mal.
(Isaías 56:2)
La profanación del poder
La profanación
llega a ser, a la larga, un modo de vida de los poderosos. Los edificios
o instituciones no son ajenos a la profanación. Muchos de ellos, al ser
desatendidos, maltratados y sus elementos sagrados destruidos o robados,
prácticamente pasan por la profanación. Escuelas, conventos, iglesias,
monasterios, mezquitas, sinagogas, camposantos y otras edificaciones
religioso-espirituales son "profanadas" en la medida que son dañadas
o "usadas" con otros fines distintos a los que inicialmente fueron
construidas.
Tratar una cosa sagrada sin respeto o aplicarla a
usos profanos: es abominación.
En Cuba cuando un profanador ya no encuentra ocasión
de robar, se cree un hombre honrado y es sumamente penoso ver cuánta gente se fascina
por la gracia de estos y cuán pocos se le oponen enérgicamente.
Y tú, profano e impío príncipe, cuyo día ha llegado
ya, el tiempo de la consumación de la maldad, así ha dicho Jehová el Señor:
Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y
humillado lo alto. (Ezequiel 21:25-26)
Profanar:
Tratar
(una cosa sagrada) sin el debido respeto o aplicarla a usos profanos.
Fig. Corromper, deshonrar, prostituir, blasfemar,
hacer uso indigno (de cosas respetables).
No hay comentarios:
Publicar un comentario