Por: Pr
Manuel A Morejón Soler El
Vedado, La Habana.
Cruzando el árido desierto voy,
De
la vida en su rudo batallar,
Fervoroso
prosigo con acierto
Hacia
el Reino de gozo singular.
Espejismo
falaz ya se levanta
Excitando
mí sed abrasadora,
Más
de Dios el Oasis se abrillanta
Con
el Agua que anima y corrobora.
De
la Fuente que salta eternamente,
Produciendo ese gozo inigualable.
La
que imparte la vida verdadera
La
que hace la existencia placentera
Con
su alcance eficaz y permanente,
En
el viaje a la patria duradera.
No
te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que
hacen iniquidad.
Porque
como hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán.
Salmo
37:2
Cuando
la gente justa sufre una desgracia y ve al mismo tiempo que muchas
personas malas prosperan y viven felices, se pregunta dolorosamente
si es verdad que Dios gobierna el mundo con justicia.
Este
poema, lo mismo que el libro de Job y que los salmos 37 y 73, tratan
de responder a este inquietante problema.
Dos
argumentos profundos fluyen en estos libros: la prosperidad de los
impíos, dejando a la gente fiel preguntándose por qué tienen que
preocuparse por ser buenos, porque la riqueza del impío parece ser
tan tentadora que hasta quizás los fieles quieran estar en su lugar.
No obstante, estos dos temas finalizan de una manera sorprendente ya
que la riqueza del impío pierde de repente su poder en el momento de
la muerte y las recompensas del bueno sin pensarlo adquieren un valor
eterno. Lo que parecía riqueza, ahora es desperdicio, y lo que
parecía no valer la pena, ahora perdura para siempre.
No
desee ocupar el lugar de los impíos para obtener su riqueza. Algún
día ellos desearán tener el suyo y poseer su riqueza eterna.
Guarda
silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del
que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.
Deja
la ira y desecha el enojo, no te excites en manera alguna a hacer lo
malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en
Jehová, heredarán la Tierra.
(Salmo
37:8-9)
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