En
cierta ocasión un ministro evangélico predicaba la Palabra de Dios
en un parque cerca de la Sección de Intereses de los Estados Unidos
en Cuba. Había un numeroso grupo de personas que escuchaban
atentamente la alocución que no fue muy prolongada. Al terminar el
predicador con la oración final un joven se le acercó y le dijo:
“Cuando
lo distinguí desde donde yo estaba, le pregunté a uno que estaba
parado allí, que quién era el que predicaba y y este me respondió:
“ese es un loco fuera de sí hablando cosas de Jesucristo”. (El
joven ignoraba que le preguntaba a un agente de la policía política,
muy bien conocido por todos los que allí frecuentan.)
Y
como no me pareció verdad lo que me dijo me acerqué para oírlo a
Usted.”
Entonces
el joven se presentó: “yo también soy apóstol y resido en los
EU:
Y
le pido a Dios que nunca se apague esta llama que se ha encendido en
este lugar”.
Este
acontecimiento ocurrió el 18 de diciembre del 2009 y cambió
por completo la idea del ministro evangélico con respecto a la
honradez e integridad de los agentes de la Seguridad del Estado.
¿Estaba
Pablo fuera de sí cuando procuraba salvar a los hombres del
infierno? Entonces los que tengan oídos escuchen:
Porque
si estamos locos, es para Dios; y si estamos cuerdos, es para
vosotros.
Pues
el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión:
que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; y por
todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos. (2Co 5:13-15)
Aunque
los críticos del apóstol Pablo lo llamaban loco, el bien sabía que
sólo trataba de servir a Dios. Si, por otro lado, estaba cuerdo, era
para el beneficio de los demás.
Todo
lo que Pablo y sus colaboradores hicieron fue para honrar a Dios. El
amor de Cristo controlaba sus vidas. Y como Cristo murió por
nosotros, nosotros también debemos morir a nuestra vieja vida. Como
Pablo, no debemos vivir más para agradarnos a nosotros mismos sino
que debemos usar nuestra vida agradando a Cristo, el que murió por
nosotros y resucitó del sepulcro.
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