Cuando el clamor de los hijos de Israel llegó a oídos del
Señor y vio este la opresión con que los egipcios oprimían a su pueblo, dijo
entonces el Señor a Moisés: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para
que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”. Éxodo 3:9-10
La
prognosis, no es profecía
La prognosis es una palabra compuesta por: el
prefijo pro, que expresa la idea de establecer de antemano una situación para
una persona, o una persona para una situación, y gnosis, que conceptualmente
trata sobre el conocimiento cabal de alguien o de algo. Luego entonces la
prognosis no es más que el conocimiento anticipado de un hecho que no
necesariamente es divino. Cuando la previsión se hace a través de un estudio
sobre las experiencias de un hecho, es instructiva y preventiva, por lo cual no
es profecía.
El
profeta. Es aquella persona especialmente que se destaca por declarar
y enseñar la voluntad, los mandamientos, y la naturaleza de Dios.
Moisés el profeta modelo.
La primera persona a la cual la Biblia llama
profeta es a Abraham
(Génesis 20.7), pero fue Moisés quien sirvió de modelo
para todos los verdaderos profetas posteriores hasta la venida de nuestro señor
Jesucristo de quien era precursor (Deuteronomio 18.18; Hechos. 3.22) y de quien
todos los profetas dan testimonio (Hechos. 10.43).
Caracterizando a los verdaderos
profetas de Dios
1. Tener el llamado de Dios Padre para el ministerio
profético. (Éxodo 3:4)
2. Valor para el cumplimiento de la misión de Dios Padre.
Está bien claro que la misión
específica de Moisés encomendada por Dios Padre fue la de enfrentar a faraón
para sacar al pueblo de la esclavitud (Éxodo. 3.9–10).
3. Dar a conocer la
voluntad de Dios Padre. Dios Padre es quien le habla a Moisés, y él al pueblo.
(Éxodo. 19.3-7)
Todos los rasgos que identificaban a los verdaderos
profetas de Dios según la tradición clásica de la profecía se hallaban ya en
Moisés.
Moisés pudo enfrentar a faraón por estar capacitado
idónea y eficazmente en razón de su educación y formación egipcias (Hechos.
7.22), pero sobre todo en un nivel mucho más fundamental, fue un líder supremo
por el hecho de ser fiel seguidor de su Dios dada la fe que tenía.
Cuando una nación
se encuentra en decadencia el Señor levanta a sus verdaderos profetas para
confrontar a faraón y liberar a su pueblo, no hay nada que temer.
Dijo el Señor:”No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a
mis profetas”. Salmo 105:15
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