viernes, 26 de octubre de 2012

TUMBAS FAMOSAS











Por Pr Manuel A Morejón Soler El Vedado, La Habana.

Desde la antigüedad a los monarcas y príncipes se les erigían portentosos funerales y majestuosos panteones. Tales son los ejemplos de las pirámides de los faraones en Egipto, la muy renombrada abadía de Westminster en la ciudad de Londres, Inglaterra, y el no menos famoso Mausoleo de Lenin, conocido también como Tumba de Vladimir Ilich Lenin situada en la Plaza Roja de Moscú, donde su cuerpo embalsamado lleva expuesto al público desde su muerte, en 1924.  


















En ese aspecto Cuba no será diferente al resto del mundo, por lo que es muy probable que ya esté en proyecto un monumento para el líder de la Revolución cubana.
¿El mausoleo cómo y dónde será?                                                                                                           Hay quienes dicen que en Birán (lugar de su nacimiento) se ejecutará el panteón del afamado líder de la Revolución, otros que el Mausoleo se erigirá especialmente para él en el centro de la capitalina Plaza de la Revolución, así como también unos apuestan  que será incinerado y otros en que será embalsamado.
Solamente el pueblo cubano conocerá la verdad cuando toda la intriga que rodea al máximo líder de la Revolución cubana deje de ser un secreto de Estado.

La inmortalidad no es humana.
Los seres humanos se obstinan tercamente en inmortalizar con monumentos majestuosos, emblemas e íconos a sus líderes, pero lo que sí es real es que la vida no se puede perpetuar a través de ningún medio natural. El  testimonio personal, o sea lo que dijo y lo que hizo, es lo que confirma a cada hombre de quien fue.
 Los restos mortales de los que reposan en esas tumbas serán solo un recuerdo que será mucho más vago según transcurra el tiempo y los que fueron célebres y famosos en su época no trascenderán como los monumentos donde ellos yacen que serán escogidos esencialmente con un interés turístico.

El contenido de estas tumbas son las que han hecho famosos estos monumentos, pero la tumba de Cristo, que es la más gloriosa, lo es por lo que no contiene.

“La muerte no es el extinguir la luz de un cristiano, sino el apagar la lámpara porque ha llegado el amanecer. Jesucristo dijo: 
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Juan 11:25 

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