El trabajo dignamente remunerado
es consuelo para las penas, aplaca dolores, enjuaga lágrimas, arranca víctimas
al vicio, al crimen y a la muerte. Pero quienes en el ocaso de sus vidas, cuando ya las fuerzas escasean después
de una trayectoria laboral honrada,
tengan que enfrentarse con gobernantes corruptos e indiferentes a sus
necesidades mínimas para subsistir, no les queda más remedio que depositar toda
su esperanza en Dios y apelar a este tal y como lo hizo el salmista en este
pasaje:
¡Dios mío, rescátame de la mano
del impío, de la mano del malhechor y del implacable! Salmo 71:4
Los mejores placeres con el fruto del trabajo ajeno.
Existe una minoría impía que
nunca ha dedicado sus esfuerzos a un trabajo sinceramente honrado sino para sus
propios intereses y se han levantado en el poder nutriéndose con el sudor del
obrero, deleitándose en lugares de lujo como cayo Seitía en la Bahía de Nipe,
Cayo Largo del Sur, Varadero y de vacaciones en el extranjero, en vez de
cumplir con sus obligaciones de dar solución a los escasos salarios que ya no
satisfacen las necesidades básicas del trabajador, de resolver de forma
creciente y urgente las viviendas y crear puestos de trabajo para los egresados
de la universidad, así como atender de forma rápida y formal el alarmante
deterioro de los hospitales, sin pasar por alto y concientizar que el precio de
un par de zapatos para niños está por encima de un salario completo mensual
(18.00 CUC) y la ropa interior de mujer de
10 CUC por pieza sin mencionar otros artículos
como limpieza, aseo, todos solo disponibles en Tiendas Recaudadoras de
Divisa ( TRD). Entre el pueblo se ha hecho popular el triste lema: ¨Hoy si
comes no te vistes, si te vistes no comes¨.
El fruto del trabajo es el mejor de los
placeres.
La mayoría de los obreros cubanos
se preguntan para qué sirve su inteligencia en un trabajo en el que sólo se
aprecia su esfuerzo, porque cuando verdaderamente se considera y valora el fruto
del trabajo es al retribuir dignamente al obrero por la labor realizada y no
con lemas y consignas por las metas alcanzadas (¿?) y galardones en un mural.
El Rey hará justicia a los pobres
del pueblo y salvará a los necesitados;
¡Él aplastará a los opresores! Salmo 72:4
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