viernes, 16 de diciembre de 2011

DESPERDICIANDO EL PODER













Pr. Manuel A Morejón Soler. Vedado, La Habana.
El poder de Dios se ve en la creación y en el mantenimiento del mundo, pero Dios interviene activamente en muchas ocasiones, evidenciando su poder en hechos milagrosos de liberación. Con “mano fuerte y brazo extendido” sacó a su pueblo de Egipto (Éxodo 15:6; Deuteronomio 5:15) y demostró su poder al darles la tierra prometida (Salmo 111:6)

Desperdiciando el poder espiritual.

Parte de la autoridad de Dios ha sido delegada en el hombre (Génesis 1:26-28; Salmo 8:5-8; 115:16) ; pero este no la ha sabido administrar apropiadamente.

Los gobiernos para proteger las decisiones que quieren tomar dependen de una legislación que han creado conforme a sus intereses, rechazando la Carta Magna Divina, con lo que se han erigido dioses y se resisten así a la voluntad del Creador y como consecuencia de esta rebeldía se puede ya notar la hecatombe que provocan en la naturaleza y la sociedad.

El sistema político cubano fue declarado irrevocable por parte de una Constitución manipulada y ajena a toda libertad y soberanía popular, como si se pudiera detener la historia del país por la voluntad de un solo hombre.

El verdadero poder y la capacidad para ejercer autoridad en forma efectiva, pertenece sólo a Dios. (Salmo 62:11)

Un poderoso no quiere dejar crecer nada bajo su sombra.

Los amos de Cuba lo único que no han dejado de hacer y muy bien, es de prometerle constantemente un paraíso al pueblo cubano que nunca hubieran podido dar, además de inculpar siempre de todas nuestras tribulaciones creadas por ellos mismos a los Estados Unidos, sin reconocer que la situación que padece el país no es más que el producto de la insuficiencia de ellos mismos para gobernar debidamente.

El poder no corrompe; el poder desenmascara. Tenga la certeza de que si los americanos no hubieran existido, el Mentiroso en Jefe los hubiera inventado.

Los medios de comunicación, controlados totalmente por el Partido Comunista (único), no hacen más que difundir lo que ellos llaman logros, encumbrando los que estiman convenientes y desestimando los que consideren contrarios a sus intereses, sin ninguna oposición.

Constantemente popularizan los logros de la educación y la salud. ¿Acaso si fueran ciertos todos esos logros, eso no es lo que tiene que hacer todo gobernante?

En cuanto a la educación está demostrado suficientemente que aún con el alto nivel académico, que se dice que poseen los estudiantes cubanos, cada vez son mayores las pérdidas de valores de la juventud, poniéndose así en duda que todos estos títulos otorgados puedan garantizar un futuro próspero para el país.

Solamente esta situación pudiera cambiar cuando se tengan en cuenta los planes de Dios en la enseñanza para Cuba.

imorejon@yahoo.es





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