sábado, 13 de agosto de 2011

El sacerdote José Conrado Rodríguez, párroco de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, confirmó que será trasladado




Juan Carlos Chávez. jcchavez@elnuevoherald.com

En una decisión que ha levantado polémica entre feligreses y miembros de la disidencia, el sacerdote José Conrado Rodríguez, párroco de la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Santiago de Cuba, confirmó que será trasladado en breve a El Cristo, un templo más pequeño, ubicado a unos 15 kilómetros de la ciudad.

Conrado, una de las figuras católicas más críticas del gobierno cubano, dejará su cargo tras casi 13 años de labor continua.

“Puede ser que esto responda a que hay un poco de temor o alguna presión del gobierno. Pero realmente ése no es mi problema”, declaró Conrado el jueves en una entrevista telefónica con El Nuevo Herald. “Espero ser fiel a mi conciencia dondequiera que la Iglesia me mande. Las otras consideraciones me tienen sin cuidado”.

La orden sobre su nueva misión pastoral fue aprobada por el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, monseñor Dionisio García Ibáñez. El cambio ocurre en un momento de violencia generalizada contra el movimiento opositor interno y activistas de derechos humanos.

Recientemente, un disidente del municipio de Caimanera, en Guantánamo, fue agredido ferozmente a golpes y machetazos por dos miembros de un Comité de Defensa de la Revolución. El domingo, al salir de la misa en la catedral de Santiago, unas 20 integrantes y seguidoras de las Damas de Blanco, madres y esposas de presos políticos, recibieron puñetazos y patadas de una multitud organizada por el gobierno de los hermanos Castro.

Hace dos semanas, las mujeres de Santiago habían sido hostigadas por turbas progubernamentales. Los ataques se registraron a la salida de una misa en el santuario de la Virgen de la Caridad de El Cobre, en las afueras de Santiago. Poco después, partidarios del gobierno acosaron a las mujeres cuando se reunieron en una iglesia en Palma Soriano.

Conrado, de 60 años, criticó enérgicamente los ataques y responsabilizó a las autoridades cubanas del clima de violencia imperante. No es la primera vez que denuncia atropellos y exige mejores condiciones para la sociedad civil. En febrero del 2009 envió una carta abierta a Raúl Castro para reclamar cambios que pusieran fin a la grave situación de la isla. En septiembre de 1994, igualmente se dirigió al entonces gobernante Fidel Castro pidiendo espacios de discusión y la celebración de un referendo electoral.

Fiel a su estilo, Conrado denunció el jueves que la policía de Santiago ordenó en varias ocasiones recientemente “arrestos domiciliarios”. Las detenciones ocurrieron los fines de semana contra miembros de la disidencia para que estos no participaran en la misa dominical, explicó.

“Creo que es importante que no se repitan estos hechos porque no contribuyen a nada. Destruyen la esperanza y, lo más elemental, el respeto a la persona humana”, subrayó Conrado. “Pero si se está dando la violencia es porque de alguna manera se ha dado luz verde y creo que tiene que asumirse la responsabilidad de detener esas cosas. Es incivilizado, destructivo, no hace ningún bien a nadie”.

En abril el gobernante cubano pareció dar su aprobación a los actos violentos en el discurso de clausura pronunciado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

“Nunca vamos a negar el derecho del pueblo a defender la revolución”, afirmó Castro en la reunión más importante del partido en 14 años.

En ese sentido, Conrado recordó que la gestión de las autoridades eclesiásticas por una mejora de las condiciones partió de una crisis de inseguridad y violencia contra las Damas de Blanco. El 19 de mayo del año pasado, la Iglesia Católica y el gobierno cubano iniciaron un diálogo cuando Castro se reunió con el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, y el monseñor García para tratar el tema de los presos políticos.

Como resultado de los encuentros fueron puestos en libertad más de130 prisioneros, entre ellos 52 opositores y periodistas independientes de la llamada Causa de los 75. La mayoría salió directamente de la cárcel hacia el aeropuerto, rumbo a España.

Conrado dijo que la coyuntura actual se contradice con “el espíritu de negociación” que ha tenido la Iglesia.

“La violencia degrada la dignidad del que hace esos ataques y a la vez irrespeta a las personas que son agredidas en su elemental derecho a su seguridad y pensamiento”, precisó Conrado. “No hay ninguna justificación”.


No hay comentarios: