"Esto nos implica a todos, y la buena marcha de estas transformaciones no depende solo de las autoridades (...) en sus decisiones, sino también de la comprensión adecuada, por parte del pueblo", dijo Ortega en su homilía de la Jornada Mundial de la Paz.
Añadió que también depende "de nuestra capacidad crítica para expresar claramente nuestras divergencias o señalar cuanto nos parezca que debe ser modificado".
Las propuestas del mandatario incluyen el despido inicial de 500.000 empleados estatales y la apertura limitada del trabajo privado y cooperativo para darles cabida laboral. También comprenden una ampliación de la inversión extranjera, la eliminación de subsidios y del paternalismo estatal, así como la autonomía a las empresas del Estado en su gestión en busca de eficiencia y mayor productividad.
"Nuestra celebración en este día incluye también una oración por la buena marcha de este proceso renovador para el bien de todo el pueblo", dijo Ortega, quien también expresó sus buenos deseos para todo el pueblo y para "quienes rigen el destino de la nación".
Señaló que tras el diálogo iniciado por la Iglesia con el régimen el 19 de mayo pasado, han sido liberados la mayoría de los 52 presos políticos que quedaban en prisión de los 75 disidentes condenados en 2003, los que han viajado a España con sus familiares.
"Quedan de este grupo 11 en prisión, de los cuales algunos desean viajar a los Estados Unidos y otros permanecer en Cuba. Existe la promesa clara de que todos esos prisioneros serán puestos en libertad", afirmó.
"Tengo además la certeza moral de que en los próximos meses serán puestos en libertad tanto esos prisioneros como otros de un grupo mayor de reclusos sancionados por algún tipo de hecho relacionado con posturas o acciones políticas", agregó el cardenal.
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