martes, 31 de agosto de 2010


Por Carlos Millares Falcón:
Presidente de la Junta Directiva
Fundación Elena Mederos de Cuba
Centro de Información y Documentación – Opiniones


Foto: Carlos Millares Falcón


Este es el tercero; de una saga de artículos, que he venido escriben desde que mi Iglesia ha comenzado a participar en los problemas de mí querido país. Señale, que mi educación fue católica y si tuviera que clasificarme yo mismo, sería: Católico, Apostólico y Romano.

Mis amigos me ubican; como político, en el conservadurismo, aunque con tendencias moderadas y en cuanto a Religión se refiere, no hace falta ni explicar: conservador. He observado con detenimiento todas las acciones en que la Iglesia Católica Cubana ha tomado parte en estos últimos tiempos y señalé, que veía con buenos ojos esa participación; considerando que, nuestros pastores están obligados a cuidar con esmero de su rebaño.

Ayer estando yo; leyendo un libro de sumo interés, mi hija me llama asombrada y me dice: “Papi; están trasmitiendo por el canal 44, una actividad religiosa”. Soltar el libro y plantarme delante de la TV fue la misma cosa y “¡ah”! exclamé asombrado, era verdad, se estaba trasmitiendo nada más y nada menos que el acto que se celebró en el Santuario de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, en el Cobre. Era de mi conocimiento que se celebraban los 400 años de la aparición de la imagen de la Virgen, en aguas de esa zona de Cuba y que se hablaba de actividades en conmemoración.

Escuche con atención y participé desde mi asiento; mi fervor religioso me hacía sentirme allí, con los reunidos, cada palabra y cada acto de la liturgia henchía mi corazón de fe y alegría. La homilía; presentada antes de la misa, fue enteramente de mi gusto, como católico y como cubano, el llamado de mi Iglesia a todo nuestro pueblo; incluidos nuestros gobernantes, fue algo realmente asombroso, las palabras Intolerancia, Reconciliación, Perdón y otras en boca del Obispo, como justo reclamo a todos y el pedido de Paz y Prosperidad para nuestro pueblo me llenaron de regocijo.
La Sagrada Imagen recorrerá Cuba entera, la peregrinación llegará a cada capilla, cada Iglesia, cada congregación, mi Iglesia asume con esto el papel que le corresponde, es momento de un reavivamiento de la Iglesia Católica, y nada mejor que la visita de la sagrada imagen de La Patrona de Cuba, La Virgen María de la Caridad.

No puedo evitar que algunos recuerdos acudan a mi memoria; los conflictos entre El Gobierno y la Iglesia, el maltrato, las ofensas y finalmente la salida de Cuba de monjas y curas, el cierre de Monasterios etc., etc. El ateísmo declarado del marxismo-leninismo, los católicos marginados y segregados. Espero que todo esto haya quedado atrás. Se pudiera pensar que la Iglesia, está recogiendo los frutos de algún compromiso; firmado en los grandes y privados salones de protocolo, sin ojos y oídos ajenos e indiscretos. Estoy seguro que muchos como yo lo pensarán.

Quizás el Gobierno Cubano está pensando; al igual que aquel Bárbaro de la antigüedad, de quien no recuerdo el nombre, y que ante la posibilidad de tomar París; con todas sus riquezas y lujos, sin destrucción y ante el ofrecimiento de la Iglesia de si se convertía sería suyo, exclamó: Cuba bien vale una misa; disculpen, me equivoqué: Paris.

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