Los altercados entre transportistas privados y ciudadanos se han convertido, durante las últimas semanas, en parte de la cotidianidad habanera.
El déficit de petróleo reconocido este miércoles por Miguel Díaz-Canel, y por ende el recorte drástico del abastecimiento en la red estatal de transporte, ha propiciado que los transportistas privados eleven los precios de las rutas, hecho que toma por sorpresa a una población que, impotente, reacciona con indignación, insultos y hasta agresiones.
"¿Hasta cuándo vamos a permitir que todas las mañanas los precios de las cosas, incluyendo el transporte, amanezcan más elevados?, cuestionó Maritza Quiñones tras una discusión con tres boteros de la ruta Parque Curita-Paradero de Playa.
"Hace un mes ese tramo costaba un CUC y desde hace una semana cuesta dos CUC. Por supuesto que tengo que insultarme, porque estoy viva y no gano con mi salario ni para una flauta de pan extra", añadió Quiñones alterada.
Escenas como la anterior se suceden en los puntos de embarque de La Habana, donde las colas, en ocasiones, suelen ser más numerosas que en las paradas de ómnibus urbanos.
La frecuencia del servicio que ofrece la Empresa Transmetro llega a ser hasta de hora y media o más, según pudo corroborar este reportero durante tres días de recorrido por municipios habaneros, y en diferentes horarios.
Choferes estatales preguntados al respecto señalaron el desabastecimiento de combustible en las terminales de ómnibus urbanos subordinadas a la Empresa Provincial de Transporte (EPT). Un jefe de turno en la terminal de Palatino, en el Cerro, mencionó "un recorte de las salidas".
"Como norma establecida por la EPT, cada ómnibus debe realizar seis vueltas diarias que equivalen a 12 viajes. Esta frecuencia está afectada en un 50% y es muy probable que empeore", comentó el funcionario. Dijo que a esto se suman los problemas de los ómnibus que no cumplen con las condiciones técnicas de vialidad y tránsito y no pueden circular.
Incrementar la flotilla en las cooperativas adjuntas a la empresa CubaTaxi, conocidas popularmente como "gacelas", no ha logrado aliviar la crisis en el transporte urbano en La Habana, que se agravó hacia finales del pasado año.
Los "villanos" de la novela
Las restricciones que impone el Gobierno en la Isla al sector privado están también entre las causas que propician el incremento de precios en los servicios.
Decretos aprobados por el Ministerio de Transporte (MITRANS), como parte de las disposiciones generales para el ejercicio del trabajo por cuenta propia, ni benefician ni incentivan la actividad privada, coincidieron transportistas consultados.
"Los transportistas privados hemos llevado la peor parte en esta telenovela", se quejó Luis Manuel Cárdenas, botero que cubre la ruta Vedado-Lawton, quien aseguró haber tenido varios altercados con clientes por los precios de los tramos.
"Como siempre, nos toca a nosotros asumir el papel de villanos ante una población que, aunque comprendo su indignación, no insulta ni agrede a los verdaderos responsables de que la frecuencia de las guaguas del Estado se haya reducido casi a la mitad".
Los habaneros con bajos ingresos y los jubilados son los más afectados por la crisis de transporte.
Y, por lo que dijo Díaz-Canel este jueves, hasta el 14 de septiembre no entrara al país un buque petrolero que permita aliviar la actual situación de caos.
Aunque la crisis se ha agravado en los últimos días, no es nueva.
Yanet Barrios López, madre de una menor de edad, dijo que está a punto de solicitar un traslado de centro laboral, aunque reciba un salario menor.
"Llevo dos meses llegando tarde a mi trabajo, pero no tarde por minutos, a veces es una hora y hasta dos", aseguró.
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