Maldad
Esta palabra expresa en la Biblia la idea del diablo, o sea alguien
malo, despreciable, depravado y corrupto, especialmente todo lo que se opone a
Dios a su voluntad, a su Mesías y a su evangelio. Por ejemplo: Génesis 6:5;
Mateo 16:4; Hechos 2:23 y Romanos 1:28-29, entre otros más.
El origen y fuente de la maldad ha de buscarse no en los corazones
malvados
de los hombres, sino en la obra y astucias del diablo, quien es el
maligno o malo desde siempre. (Efesios 6:12).
Los malditos
El Señor dice:
"Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los
hombres y en
ellos
busca apoyo. Será como la zarza del desierto, que nunca recibe cuidados; que
crece
entre las
piedras, en tierras de sal, donde nadie vive. (Jeremías 17:5-6)
Los benditos
"Pero
bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza. Será como un
árbol
plantado a
la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la corriente y no teme
cuando
llegan los
calores, pues su follaje está siempre
frondoso. En tiempo de sequía no se inquieta,
y nunca deja de dar fruto. (Jeremías 17:7-8)
En tiempos difíciles quienes
confían en el ser humano se empobrecerán y serán débiles
espiritualmente, así que no tendrán fuerzas a las que recurrir. Sin embargo
quienes confían en el Señor tendrán abundantes fortalezas, no solo para sus
necesidades, sino para las de los demás.
Los cristianos nunca deben tener nada que ver con el maligno o la
maldad.
(1 Juan 5:18, 19) .
Dios permite la maldad en esta era, pero no la pasa por alto y Él
juzgará a sus responsables (Mateo 13:49).
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