viernes, 24 de junio de 2011

“LA PALABRA OCIOSA”











Pr. Manuel A Morejón Soler. Vedado, La Habana, del 2011, (PD) imorejon@yahoo.es

“Respecto al comunismo, solo puedo decirles una cosa: no soy comunista, ni los comunistas tienen fuerzas para ser dominantes en nuestro país…”

Discurso del Dr. Fidel Castro en la Sociedad Norteamericana de Editores de periódicos, Washington, DC. Washington Post ,19 de abril de 1959

Jesucristo nos insta a que seamos prudentes al pronunciarnos, pues de ello depende en gran manera nuestra salvación.

“Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. (Evangelio según Mateo 12:36-37)

Antes de introducir el tema de la “palabra ociosa” necesariamente se deben repasar los conceptos de: palabra y Palabra de Dios.

En su concepto secular la palabra es: un sonido articulado a través de las cuerdas vocales que caracterizan a un individuo y está linealmente relacionada con el pensamiento siendo, en sentido general, la expresión de este. El pensamiento puede, en ocasiones, ser expresado en palabras aisladas («sí», «no», «nunca», etc.). Sin embargo, lo normal es que la expresión sea dada en unidades de significado constituidas por grupos de palabras que se modifican entre sí. El lenguaje viene a ser así el medio dinámico por medio del que el pensamiento de una mente es comunicado a otra mente.

La Palabra de Dios: expresa la comunicación de la mente y de los propósitos de Dios al hombre por medio de una revelación proposicional (esto es, expresada por medio de proposiciones), o igualmente llamada inspiración divina. ). La fórmula clásica utilizada en el AT es: «Palabra de Jehová que vino a (lit.: «fue a)…Ej. (Oseas 1:1; cf. Ezequiel 1:3; 12:8; Jonás 1:1; 3:1; Miqueas 1:1). El Salmo 119 se refiere constantemente a la Ley escrita como Palabra de Dios.

La palabra ociosa: Jesucristo nos recuerda (Mateo 12:36) que toda palabra que se expresa revela lo que hay en nuestra alma y a sus ves son una indicación de lo que hay en nuestro corazón. Por lo que nos advierte que toda palabra que no es de Él, la tomará Satanás para nuestra condenación. (Job 1:11).Aquí vemos que Satanás atacó a Job de una manera especialmente severa, solo para que blasfemara en contra de Dios y así este perdiera el amparo divino que disfrutaba.

Concluyendo, se puede afirmar que: mentiras, falsedades, lisonjas, palabras vanas etc. son palabras para condenación, por las cuales se tendrá que rendir cuenta un día ante Dios.

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